Las primeras imágenes de Ultima Thule revelan que es un «muñeco de nieve» espacial

La NASA ha desvelado sus primeras imágenes del objeto 2014 MU69, que muestran un mundo gélido compuesto de dos partes.

Por Michael Greshko
Publicado 3 ene 2019, 13:25 CET
Media hora antes de que la New Horizons realizara su máximo acercamiento al mundo helado 2014 MU69, el telescopio LORRI de la sonda sacó esta foto del objeto, el más distante visitado por una sonda. Esta imagen de MU69 se sacó desde 29.000 kilómetros de distancia, con una escala original de 730 pies (1175 metros) por píxel.
Fotografía de NASA, Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, Instituto de Investigación del Suroeste

Hace unos días, los restos de la formación del sistema solar estaban tan tranquilos a más de 1.600 millones de kilómetros más allá de la órbita de Neptuno. Pero justo cuando los humanos celebraban el año nuevo en la Tierra, una exploradora robótica —la sonda New Horizons de la NASA— sobrevoló el objeto a 16 kilómetros por segundo, sacó fotos y las envió a casa.

Ayer, el equipo de la New Horizons compartió con el mundo las primeras imágenes en toda regla de la roca espacial, cuyo nombre oficial es 2014 MU69, aunque el equipo la ha apodado Ultima Thule.

«Solo hace día y medio, apenas 36 horas, que la New Horizons pasó por Ultima Thule en un logro técnico que supera cualquier otro intento en [la historia del] vuelo espacial», declaró Alan Stern, investigador principal de New Horizons, en una rueda de prensa el miércoles. «Básicamente la perseguimos en la oscuridad a 51.500 kilómetros por hora».

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Ya en 2018, los investigadores habían especulado que el objeto tenía una forma parecida a la de un bolo. Ahora sabemos que lo que han visto es un gélido muñeco de nieve de 34 kilómetros de alto. Las últimas imágenes de MU69 revelan que, en realidad, está compuesto por dos protuberancias esféricas de roca y hielo, en apariencia unidas por una colisión y que rota en el espacio cada 15 horas aproximadamente. Las imágenes también muestran que las dos protuberancias de MU69 miden 19 y 14 kilómetros de diámetro y tienen un color marrón rojizo con manchas.

«Es como tierra para macetas. Se trata de un objeto muy oscuro», declaró en una rueda de prensa Cathy Olkin, científica del Instituto de Investigación del Suroeste y científica adjunta del proyecto del equipo de la New Horizons. «Pero muestra una variación [de brillo] significativa —un factor de dos— sobre su superficie».

Los tonos rojizos del objeto coinciden con los de otros cuerpos primitivos del sistema solar. Se cree que el color se debe a compuestos de carbono llamados tolinas, una mancha rojiza que se forma cuando las partículas solares bombardean los exóticos hielos de nitrógeno y metano. Durante un sobrevuelo de 2015, la New Horizons detectó tonalidades similares en Plutón y su luna más grande, Caronte, cuyo polo norte —apodado Mordor Macula— está cubierto con manchas de aspecto sanguinolento.

La punta del iceberg

Las nuevas imágenes de MU69 aún no revelan demasiados rasgos superficiales, ya que el ángulo del sol durante el sobrevuelo no permitió a la sonda observar muchas sombras. Pero con una resolución de 137 metros por píxel, los científicos pueden distinguir ligeras variaciones en la textura de la superficie del objeto, como picos y valles de más de kilómetro y medio de altura. Las manchas más redondas y brillantes dan paso a vetas o crestas más oscuras. Las ondulaciones en la protuberancia más pequeña de MU69 podrían ser los límites de una meseta.

Y si MU69 es un muñeco de nieve, parece que lleva algún tipo de collar. La región en la que se unen las dos protuberancias tiene un color más claro y es más reflectante que la mayor parte de MU69. Es posible que la diferencia se deba la acumulación de una gran cantidad de partículas pequeñas a lo largo del barranco circular o quizá porque el «cuello» tiene una composición química diferente a la del resto de la roca circundante.

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    Las formas casi esféricas de las dos protuberancias y la falta de cráteres aportan algunas pistas sobre la formación de MU69. Cientos de miles de años después de la formación del sistema solar, innumerables piedrecitas se combinaron en un proceso de acreción. Finalmente, las dos protuberancias quedaron como cuerpos separados que se orbitaban mutuamente. A medida que estas formaciones perdían desechos, se fueron acercando para conservar el empuje de su danza. Entonces, al mismo ritmo al que se camina, los dos objetos se besaron y formaron una unión que ha durado 4.500 millones de años.

    «Son los únicos componentes básicos restantes en el patio trasero del sistema solar a partir de los cuales se formó todo en lo que vivimos, lo que vemos por nuestros telescopios o lo que visitamos con nuestras sondas», declaró durante la rueda de prensa Jeffrey Moore, miembro del equipo de la New Horizons y científico del Centro de Investigación Ames de la NASA. «Creo que deberíamos considerar a la New Horizons una máquina del tiempo configurada a tiempo cero».

    Sin embargo, por ahora la New Horizons solo ha transmitido menos del uno por ciento de los datos almacenados durante el sobrevuelo y tardará 20 meses en completar la transferencia.

    «Todo lo que les contamos es solo la punta del iceberg», declaró Stern en la rueda de prensa.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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