Revista Nat Geo
Registrarse
Programación TV
Disney+
National Geographic
National Geographic
National Geographic
Ciencia
Animales
Historia
Medio Ambiente
Viajes
Ciencia
Animales
Historia
Medio Ambiente
Viajes
Página del fotógrafo
Alexander Braczkowski
Un león joven que devora un antílope acuático activa una cámara trampa remota. Sacando fotos en alta resolución de las caras de los leones, cada una con marcas únicas de los bigotes, los investigadores pueden construir una base de datos para identificar a cada león, algo crucial para que el método SECR funcione.
Un cachorro de león en un árbol del parque nacional Reina Isabel. A partir de 2017, mediante un método relativamente nuevo para contar leones llamado captura-recaptura espacialmente explícita (SECR, por sus siglas en inglés), los investigadores estimaron que había una población de 71 leones en la zona, inferior a los cálculos anteriores.
Una leona observa a posibles presas. Gracias al nivel de detalle que aporta el método SECR, los investigadores saben que los leones del parque, tanto machos como hembras, tienen que recorrer más distancia para encontrar comida, ya que su base de presas está agotándose.
Unos cachorros de seis meses descansan en un árbol. Aunque los científicos no se han puesto de acuerdo en cuáles son los mejores métodos para contar leones, sí coinciden en una cosa: sus poblaciones están disminuyendo y no podemos permitirnos caer en la autocomplacencia.
Investigadores y guardabosques colocan un collar de rastreo por satélite a una leona en el parque nacional Reina Isabel. Los collares proporcionan datos sobre los movimientos de los leones, que pueden ayudar a evitar conflictos con ganaderos. Dicha información también orienta la investigación sobre el recuento de las poblaciones.
Una leona descansa en un árbol en el parque nacional de la Reina Isabel, en Uganda. Las poblaciones de leones están mermando rápidamente, por eso los investigadores insisten en la importancia de contar con estimaciones de poblaciones claras y precisas para guiar las iniciativas de conservación.
Este cachorro es uno de los ocho que murieron esta semana en el parque nacional de la Reina Isabel, en Uganda, probablemente por envenenamiento.
Dos de los ocho cachorros que fallecieron se relajan en un árbol candelabro. La manada era célebre por relajarse sobre los árboles, lo que la convirtió en una atracción turística.
Jimmy Kisembo, guarda de la Uganda Wildlife Authority, observa a una leona. Ella también fue asesinada en un supuesto envenenamiento.
Una de las leonas vigila desde un árbol. Como la mayoría de las leonas tienen una camada de cachorros cada año —y contribuyen a la población general—, la pérdida de una hembra reproductora es más devastadora que la pérdida de un macho.