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Esther Ruth Mbabzi
Las trampas son simples pero eficaces: cuando el animal introduce la pata en el aro de alambre, este se aprieta alrededor de la extremidad. Los animales pueden morir de hambre, de deshidratación o desangrados.
Luhonda Peter y Sophia Jingo, que trabajan en la iniciativa Snares to Wares, miden el diámetro de una trampa colocada en las cataratas Murchison. Suelen acompañar a la Autoridad de Vida Silvestre de Uganda para retirar las trampas del parque, la mayor área protegida del país.
Esta escultura de una jirafa podría ser una de las 800 que suele vender la organización en un mes. La mayoría se transportan a Estados Unidos para su venta en tiendas de regalos, donde su precio oscila de 15 a 90 dólares.
Odokonyero Christopher, un guardabosques, junto a una trampa en las cataratas de Murchison. Los cazadores furtivos colocan muchas trampas ilegales en el parque, normalmente para matar antílopes y otros herbívoros por su carne.
Normalmente, los cazadores furtivos colocan trampas en Murchison por la mañana y las comprueban por la noche. Los conservacionistas temen las repercusiones de las trampas en las poblaciones de leones, leopardos y otros depredadores.
Cuando una obra se vende, las ganancias «se sienten en la parte de Uganda de inmediato», afirma Tutilo Mudumba, codirector de Snares to Wares. Los artesanos reciben el 100 por 100 de los beneficios a cambio de las esculturas que crean y destinan estos ingresos a necesidades básicas como la comida y los medicamentos.
Los artesanos de Snares to Wares trabajan en la escultura de un rinoceronte. Han formado cadenas de montaje para garantizar un proceso de producción fluido. Se tarda de una a tres horas en terminar la mayoría de las esculturas.
Settler Charles, un exfurtivo de 25 años (izquierda), utilizó los ingresos recibidos de Snares to Wares para abrir una videoteca, un lugar donde la gente puede descargarse películas y música. Como es un apasionado del arte, se unió a Snares to Wares para obtener ingresos fijos y porque vio que a sus amigos los detenían por cazar.
Los investigadores de Snares to Wares clasifican las trampas en el almacén de la Autoridad de Vida Silvestre de Uganda, donde se coloca la parafernalia de caza furtiva que se recoge en el parque. La mayoría de las trampas se fabrican con los alambres de los neumáticos.
Los artesanos elaboraron esta escultura en tamaño real de un elefante y su cría, que se expondrá en la sede de la Autoridad de Vida Silvestre de Uganda en las cataratas Murchison. Crearon la escultura con 3400 alambres recogidos en el parque.