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Página del fotógrafo
Jérémie Jung
Liisi Lõiv en el jardín de sus abuelos en Obinitsa, Estonia, con su traje tradicional nuevo, lleno de colores. Las mujeres seto siempre llevan joyas de plata cuando llevan puestos trajes tradicionales. Cuanto más rica es la familia de la mujer, más plata lleva. Los sonidos del metal han dado pie a un dicho, según el fotógrafo Jérémie Jung: una mujer debe ser oída antes de ser vista.
El Paasapäev, o Día de la Transfiguración, es un día sagrado para los setos y los rusos ortodoxos por igual. Tras una misa ortodoxa en Obinitsa, los setos se reunirán en los cementerios para compartir comida con sus ancestros fallecidos y sus seres queridos, como si todavía estuvieran con ellos.
El padre Viktor Merik oficia el funeral de una amiga de la madre de Eva Riitsaar en Obinitsa.
En un caluroso día de verano, un artista pinta el monasterio ruso ortodoxo de Pechory, que para los setos es el lugar de descanso de Peko.
La estatua de la lauluima seto, o madre cantora seto, fue creada por el escultor Elmar Rebane y erigida en Obinitsa en 1995. Una lauluima es la cantante principal de un coro leelo seto, que canta canciones polifónicas tradicionales y es considerado Patrimonio Cultural Intangible por la UNESCO. Se dice que la estatua representa a todas las madres cantoras, pero rinde homenaje específicamente a tres famosas cantantes seto: Hilana Taarka, Miko Ode e Irö Matrrina.
Jane Vako, una joven violinista, vive y estudia en Värska, la mayor aldea seto en el lado estonio de la frontera. Dice que no quiere ser como muchos otros jóvenes setos que han abandonado la región para ir a ciudades o localidades más grandes. «Acabo la escuela este año y después quiero ver mundo», afirma. «Es importante. Pero volveré. No sé cuánto tiempo tardaré, pero volveré». Jane explica que necesita quedarse con su gente y que no podría vivir sin los bosques setos. «Paso horas aquí, contemplando las aves».
El padre Jevgeni, un sacerdote de 85 años de los «medio creyentes», ha oficiado e la iglesia de Varvara —ahora en el lado ruso de la frontera— durante los últimos 40 años. Pero lleva siendo sacerdote mucho más tiempo. «Ahora harán 70 años desde que me oficié», cuenta. «Empecé hace 40 años en la iglesia de Varvara porque era el único que podía hacerlo en estonio. Entonces, la mitad de la iglesia eran setos, y su coro cantaba en estonio, se rezaba en estonio. Pero hoy en día ya no tiene ningún sentido oficiar en estonio». En el lado ruso de la frontera, hay pocos setos que hablen estonio.
Marika Keerpalu, con un traje tradicional, recibe a un grupo de visitantes de Mordovia, Rusia, en una pequeña galería de arte en el lado estonio de la frontera. Los visitantes hablan un idioma denominado erzya, similar al seto. Marika está casada, ya que lleva la cabeza cubierta. Aquí la vemos sentada bajo un cuadro de Hilana Taarka, una mujer seto de principios del siglo XX, famosa por sus cantos irreverentes.
El Día de la Dormición de la Madre de Dios, una festividad religiosa, el icono de Dormición —que, según se cree, hace milagros— se transporta desde la iglesia de la Dormición alrededor del monasterio de Petseri. Los sacerdotes bendicen a los creyentes que siguen la procesión.
Se dice que Peko —el dios seto de la fertilidad y los cultivos y, desde la caída de la Unión Soviética, rey de los setos— descansa eternamente en las cuevas bajo el monasterio de las Cuevas de Pskov en Pechory, Rusia. Según la creencia, solo se despertará si un gran peligro amenaza a los setos. Este monasterio ruso ortodoxo se encuentra en el actual lado ruso de Setomaa, pero en el periodo de entreguerras formó parte de Estonia. Dos tercios del terreno de los setos se encuentran en la región rusa de Pskov, aunque solo unos pocos cientos de setos viven allí.