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Página del fotógrafo
Nicholas Dyer
Lo extraño es que la reacción natural de los babuinos es bajar de un árbol ante el ataque de un licaón. Pero algunos están aprendiendo que es más seguro quedarse en los árboles.
Agachados, con la espalda recta y centrados en su objetivo, los licaones pasan a modo de acecho al acercarse a sus presas.
Tras acechar a sus presas, los licaones atacan. Aunque los licaones son el depredador más eficaz de África, no todas las persecuciones tienen éxito y, a menudo, sus presas huyen.
Mientras juega, un cachorro de licaón se da cuenta de que su hermano está creciendo... y que sus dientes crecen con él.
Tres licaones comparten los restos de una cacería matutina de babuinos.
A diferencia de nuestros perros domésticos, el sentido principal de un licaón es el oído. Cuando se separan, se mandan «aullidos» y pueden detectar los sonidos de los otros a más de tres kilómetros de distancia.
Los babuinos aprenden a defenderse, pero el impacto de los licaones es más aparente.
Tras casi un mes, las orejas de los cachorros de licaón pasan de ser alerones caídos a convertirse en emblemáticos orejones de Mickey Mouse.
Los licaones suelen ser atacados por hienas que intentan matar a sus cachorros y robarles sus presas. Los licaones siempre exhiben una defensa impresionante, aunque las hienas son mucho más grandes.
Un par de cachorros de licaón juegan con la macabra cabeza de un babuino, los restos de su desayuno. Esta foto fue «muy elogiada» en los premios Wildlife Photographer of the Year 2018.