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En el siglo XVIII, la vestimenta formal estaba tan estrechamente asociada a la corte francesa que era universalmente descrita como la toga a la francesa. En su configuración más formal, la toga a la francesa presentaba un perfil particularmente ancho y achatado (tan extremo que las mujeres tenían que atravesar las puertas de lado).

Dado que los elementos de la indumentaria masculina se adaptaban a menudo a los cambios de talla o de moda, este traje de 1760, prácticamente inalterado, es un ejemplo extremadamente raro.

La maravilla de este chaleco es que identifica no sólo a la artista, Anna Maria Garthwaite, sino también al tejedor, Peter Lekeux, y da también la fecha de venta (23 de octubre de 1747).

¿Se desplomó realmente un mensajero griego y murió de agotamiento inmediatamente después de correr a Atenas para anunciar la derrota de los invasores persas en la batalla de Maratón? Esta estatua representa esa escena, pero los relatos históricos son mucho menos seguros.