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Estrellas recién nacidas brotan de capullos de gas y polvo en esta imagen hecha por el James Webb del complejo de nubes Rho Ophiuchi, la región de formación estelar más cercana a la Tierra. La zona contiene unas 50 estrellas jóvenes, muchas de ellas con masas similares a la del Sol. Una estrella de mayor tamaño en la mitad inferior de la imagen hace estallar una caverna en las espesas nubes.
Webb penetró en las nubes de la nebulosa de la Tarántula para captar miles de estrellas jóvenes, entre ellas algunas nunca vistas envueltas en polvo cósmico a unos 170 000 años-luz de distancia.
Aunque el James Webb no puede ver las primeras estrellas, el telescopio ha captado impresionantes vistas de la formación estelar más cercana a la Tierra. Una estrella en proceso de formación expulsa material en forma de reloj de arena. Desde la protoestrella, situada a unos 460 años-luz de distancia, se aprecian capas de gas y polvo en forma de burbuja. Las zonas naranjas están teñidas de polvo, mientras que las azules están menos oscurecidas.
Tres cinturones de escombros polvorientos anidados se extienden a 22 000 millones de kilómetros de la joven estrella Fomalhaut. Lo más probable es que los cinturones interiores hayan sido esculpidos por las fuerzas gravitatorias de planetas invisibles, como muestra esta imagen del telescopio espacial James Webb, que bloquea la luz de la estrella para revelar el material circundante.
Casiopea A es el remanente de una estrella masiva que murió hace 325 años en una violenta explosión de supernova. Está formada por una estrella muerta, llamada estrella de neutrones, y una capa de material que la rodea y que se desprendió al morir la estrella. Esta imagen es una composición realizada por tres observatorios de la NASA en tres longitudes de onda diferentes: datos infrarrojos del telescopio espacial Spitzer (rojo), datos visibles del Hubble (amarillo) y datos de rayos X del Chandra (verde y azul).
Decenas de miles de estrellas jóvenes nunca vistas hasta ahora estaban envueltas en el polvo cósmico de la nebulosa de la Tarántula. El telescopio espacial James Webb de la NASA puede penetrar a través de las nubes de polvo para ver las estrellas gracias a su resolución sin precedentes en longitudes de onda infrarrojas. La región más activa parece brillar con estrellas masivas de color azul pálido. Dispersas entre ellas hay estrellas recién formadas, de aspecto rojo, que aún no han salido del polvoriento capullo de la nebulosa.
En esta imagen compuesta, las observaciones en luz visible del Telescopio Espacial Hubble de la NASA se combinan con los datos infrarrojos del Gran Telescopio Binocular terrestre de Arizona para montar una vista espectacular de la conocida Nebulosa del Anillo. Llamada nebulosa planetaria, la Nebulosa del Anillo son los restos brillantes de una estrella similar al Sol.
Imagen del cúmulo de galaxias SMACS 0723, a la izquierda, comparada con la del telescopio espacial James Webb.
Esta instantánea del telescopio espacial Hubble revela la inusual galaxia DF2, que se encuentra a unos 72 millones de años luz de la Tierra. A los astrónomos les ha extrañado que DF2 carezca de materia oscura, el pegamento invisible que mantiene unidas las galaxias.