Desenterrado en Egipto un templo grecorromano
Entre los artefactos descubiertos en el yacimiento están la escultura de la cabeza de un hombre y dos leones de piedra caliza.
El Ministerio de Antigüedades de Egipto anunció el miércoles que un equipo de arqueólogos había desenterrado los restos de un templo grecorromano en el desierto occidental de Egipto. Las ruinas, descubiertas en sitio arqueológico de Al-Salam, a unos 300 kilómetros al sur del mar Mediterráneo, incluyen la parte frontal del templo y partes de sus bases y de la entrada principal. Los arqueólogos también descubrieron una muralla exterior de casi un metro de ancho que llevaba a un patio frontal, rodeado a ambos lados por entradas a otras cámaras.
Ayman Ashmawi, director del Departamento de Antigüedades del Antiguo Egipto del ministerio, afirma que los arqueólogos esperan descubrir más restos del templo una vez realicen otras excavaciones más adelante.
Según el director de la misión arqueológica Abdel Aziz El-Demery, cuando retiraron los escombros del lugar —que se encuentra a unos 50 kilómetros al este del oasis de Siwa—, salieron a la luz las piedras y los elementos arquitectónicos que componían los muros del templo, que mostraban motivos grecorromanos. Los dinteles superiores del templo y los pilares de las esquinas están decorados con diseños conocidos, como el patrón de ovas y dardos, un diseño que incorpora óvalos en bajorrelieve con grabados estrechos y puntiagudos.
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Los arqueólogos hallaron fragmentos de arcilla, monedas y una escultura de inspiración griega de la cabeza de un hombre. También han descubierto dos leones de piedra caliza, a uno de los cuales le falta la cabeza.
Un hallazgo prometedor
«Lo impresionante es que no todos los días oyes hablar de nuevos templos descubiertos en Egipto», afirma Sarah Parcak, arqueóloga espacial y exploradora de National Geographic. «Va a arrojar más luz sobre la historia del oasis de Siwa».
El oasis de Siwa, ubicado en el interior del desierto occidental de Egipto, es remoto. Es famoso porque, supuestamente, Alejandro Magno visitó allí a un oráculo que le dijo que era el rey divino de Egipto.
Basándose en las fotos publicadas hasta ahora, es difícil averiguar su tamaño total y la extensión del templo, así como el momento exacto en el que fue construido, según explica Parcak. El descubrimiento podría aportar pruebas sobre la ocupación grecorromana y las actividades que tuvieron lugar en Egipto en esta época. Los templos no solo se usaban como lugares religiosos, sino que también eran centros económicos donde vivían los sacerdotes y que visitaban los lugareños.
«Tengo la corazonada de que este equipo de excavación descubrirá los asentamientos o las casas de los sacerdotes», afirma Parcak. Tales hallazgos también podrían aportar información sobre la vida cotidiana en la antigüedad y la cantidad de habitantes del lugar.
Un contexto oportuno
El rey griego Alejandro Magno conquistó Egipto en el año 332 a.C., poniendo fin al gobierno persa. Tras su muerte, el control de Egipto cayó en manos de uno de los generales de Alejandro, Ptolomeo I Sóter. Ptolomeo iniciaría una línea de monarcas que reinarían durante los siguientes 275 años, hasta que los romanos tomaron el control desde el 30 a.C. Al 395 d.C.
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A lo largo del periodo grecorromano, la religión del antiguo Egipto —y su arquitectura— prevaleció. La gente siguió construyendo templos egipcios tradicionales y sus sucesores romanos continuaron esta costumbre.
Aunque quedan escasas ruinas del periodo grecorromano, su legado arquitectónico perdura. Los monumentos erigidos por gobernantes macedonios, como el Templo de Edfu en la orilla occidental del Nilo, muestran rasgos arquitectónicos egipcios combinados con florituras ptolemaicas. Por ejemplo, los pilares de este templo tienen la forma de una enorme sistra —un tipo de instrumento musical egipcio— con capiteles compuestos muy elaborados, espaldones monumentales y criptas subterráneas.
Los grabados en relieve denotan una influencia griega y representan figuras humanas —especialmente formas femeninas— en estilos más generosos. También existe un nuevo énfasis en los retratos, que podrían atribuir a influencias del mundo clásico o a tendencias esculturales egipcias anteriores. Las esculturas votivas dedicadas a los mecenas fueron populares durante el periodo ptolemaico, pero su producción disminuyó y cambió tras la conquista romana.
Parcak explica que también es importante que los arqueólogos egipcios realicen estos hallazgos, ya que da testimonio del nivel de los avances arqueológicos que se están produciendo en el país.
«Forma parte de esta historia», afirma. «Creemos que sabemos mucho sobre el antiguo Egipto, pero todavía hay mucho por descubrir».