Esta directora de museo intenta que el mundo del arte sea más equitativo para las mujeres

El primer museo del mundo dedicado exclusivamente a artistas que se identifican como mujeres saca a la luz obras que suelen ser ignoradas.

Por Angeli Gabriel
Publicado 21 may 2018, 16:31 CEST
«Las dos Fridas» de Frida Khalo
Los visitantes contemplan «Las dos Fridas» de Frida Khalo en el Grand Palais, París, Francia. El cuadro se exhibió al museo como parte de una exposición dedicada al arte mexicano entre 1900 y 1950.
Fotografía de Vladimir Pomortzeff, Alamy
Esta historia forma parte de Women of Impact, un proyecto de National Geographic centrado en mujeres que rompen barreras en sus campos, cambian sus comunidades e inspiran a actuar. Únete al debate en nuestro grupo de Facebook.

Hace 40 años, no había ni un museo en el mundo centrado exclusivamente en mujeres artistas. Eso cambió en la primavera de 1987, cuando el Museo Nacional de Mujeres Artistas abrió sus puertas en Washington D.C. Desde sus inicios, el museo exhibió la obra de mujeres artistas de todo el mundo y mantiene su compromiso de celebrar a las mujeres de las artes visuales, escénicas y literarias.

La directora del museo Susan Fisher Sterling lleva tres décadas trabajando en la institución y ha ayudado a expandir su misión para incluir exposiciones de proximidad y favorecer la difusión comunitaria.

Hemos entrevistado a Fisher Sterling en su oficina en el centro de Washington, donde nos ha contado cómo es dirigir una institución artística pionera y qué le depara el futuro a las mujeres artistas.

¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿Cuáles son sus orígenes?

Me formé como historiadora del arte y supongo que mi historia es que, cuando estaba cursando mi posgrado, no había ninguna clase con mujeres artistas. No solo no había cursos sobre mujeres artistas, sino que se hablaba de muy pocas artistas [femeninas] en el resto de clases.

Recuerdo que en una ocasión, cuando estaba con mi profesor en mi campo, que era el arte moderno y contemporáneo, le sugerí: «¿Podríamos estudiar parte del expresionismo abstracto de las mujeres artistas?». Y él me dijo: «Sí, estaría bien. Podemos añadirlas como material comparativo».

¿Y ya está?

Y ya está. «Material comparativo». Lo gracioso ahora, estando aquí en el museo de las mujeres, es que a veces tenemos a hombres artistas en nuestras exposiciones y solemos llamar a sus obras «material comparativo».

Sé que en cierto nivel básico, me di cuenta de que existía una discriminación sistemática hacia las mujeres en las artes y, específicamente en mi caso, las artes visuales. Cuando estaba trabajando en mi tesis, que era sobre un artista masculino, este museo abrió sus puertas. Me di cuenta de que quizá era un lugar donde todo podría ser diferente.

“Me di cuenta de que quizá este era un lugar donde todo podría ser diferente.”

por SUSAN FISHER STERLING

Hábleme de la fundación del museo y de su misión.

Originalmente, la misión del museo, según nuestra fundadora [Wilhelmina Cole] Holladay, era reintroducir a las mujeres en la historia del arte. En el momento en que fundó el museo, había muy pocas mujeres artistas en las paredes. Podías contarlas con los dedos de una mano. Algo que decía ponía sobre aviso a todo el mundo: «¿Pueden nombrar a tres mujeres artistas?». Con el paso del tiempo, el museo se fue consolidando y cambió la pregunta a: «¿Pueden nombrar a cinco mujeres artistas?». Nuestra campaña principal en redes sociales para el Mes de la Historia de la Mujer fue #5womenartists.

A lo largo de los 30 años de historia del museo, ¿ha cambiado esa misión?

Hace unos cinco o seis años, estábamos trabajando en una exposición llamada Picturing Mary: Woman, Mother, Idea, sobre la imagen de la Virgen María. Al trabajar en esa exposición, nos dimos cuenta de que había hombres artistas en ella. Muchísimos. También tuvimos la sensación de que las cosas estaban cambiando en términos de la perspectiva que teníamos del museo en sí mismo.

Regresamos a los principios básicos de la señora Holladay sobre las mujeres y las artes y la actividad social del museo, que era defender a esas mujeres. Se nos ocurrió lanzar una misión más amplia: defender a las mujeres a través de las artes.

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    Visitantes en el Museo Nacional de Mujeres Artistas en la exposición «Women House», centrada en las interpretaciones artísticas de las mujeres en el hogar.
    Fotografía de Saul Loeb, AFP, Getty

    ¿Para usted, cuáles son algunos de los desafíos a los que se enfrentan el museo y las mujeres en el mundo del arte?

    Sabemos que las mujeres artistas representan entre el 2 y el 7 por ciento del arte expuesto en las paredes de la mayoría de los principales museos. Ahora, sabemos que se debe en parte a la historia. El hecho es que, si piensas históricamente en mujeres artistas, si se convirtieron en grandes artistas eran una excepción a la norma, a su sexo.

    Francamente, no hubieras podido convertirte en artista a no ser que procedieras de una familia de artistas que entendiera que tú también podías hacer este trabajo. No estaba permitido que las mujeres estudiaran la desnudez, así que no podían trabajar en los niveles más altos. Pasó mucho tiempo hasta que pudieron asistir a academias de arte. Cualquiera que lograra algo en un sistema que no era para ellas era, obviamente, una excepción. Entendemos que los museos históricos y enciclopédicos no pueden lograr la paridad de género en dicho contexto.

    “Tienes que reclamar y crear tu propia historia.”

    por SUSAN FISHER STERLING

    ¿Y a qué desafíos se enfrentan los museos contemporáneos?

    Existe una brecha bastante grande. A veces se dice que «bueno, el 25 por ciento de las exposiciones recientes en los principales museos de Nueva York eran de obras de mujeres», y eso parece una gran victoria desde un 4 o un 0 por ciento. Todavía significa que el 75 por ciento de las exposiciones son de arte de hombres.

    El 51 por ciento de los artistas son mujeres. Reconocemos que hemos progresado, pero todavía queda mucho camino por delante.

    ¿Se extiende esta brecha al mercado del arte?

    El mercado del arte probablemente sea el lugar más difícil en el que entrar a lo grande. De los 100 artistas principales que han vendido el año pasado, creo que solo dos eran mujeres: [Yayoi] Kusama y [Louise] Bourgeois. Eso te dice que el mercado del arte todavía no valora a las mujeres artistas de la misma forma en que valora a los hombres.

    Una visitante en un museo dentro de la instalación de Yayoi Kusama «Infinity Mirrored Room» o «Cuarto del espejo infinito», en Los Ángeles, California.
    Fotografía de Richard Vogel, Ap

    Me pregunto qué sería de esas figuras si no existiera un Museo Nacional de Mujeres Artistas.

    Nosotras también nos lo preguntamos. No sé si habrá otros museos de mujeres en el país o en el mundo, pero incluso si fuéramos el único museo de mujeres de la historia, siempre tendremos a muchas artistas contemporáneas cuya obra exponer. Y siempre tendremos una historia ilustre porque, junto a muchas otras personas que trabajan en este campo, ayudamos a hacer historia.

    Tienes que reclamar y crear tu propia historia. Es una de las cosas que sabemos. De lo contrario, sin importar tu procedencia, quedará en el olvido.

    ¿Qué le depara el futuro al museo?

    Conforme avanzamos, tratamos de concentrarnos en tener una colección que represente más a las mujeres de color. Las estadísticas de mujeres de color son aún más difíciles de encontrar, y esas estadísticas son deprimentes. Otros museos también empiezan a tenerlo en cuenta, pero creo que podemos marcar la diferencia en ese campo como hicimos originalmente mostrando el arte de las mujeres.

    El museo no solo da reconocimiento a las voces no representadas en términos raciales o de género, sino que también es proactivo al proporcionarles una plataforma donde las pueden ver y oír.

    Cierto. Y quiero ser muy específica sobre esto: hablamos de mujeres artistas y aquellas que se identifican como mujeres. Esa es una diferencia que probablemente sea mucho más contemporánea. Si te autoidentificas así, esa obra es para nosotras.

    ¿Qué consejo le daría a una mujer artista en ciernes?

    Ten claras tus prioridades. Ya seas una artista que vaya a optar por el sistema educativo o una artista autodidacta que siente que necesita crear, entiende que el medio que elijas es parte de tu alma. Como dice una de mis amigas artistas: «Tu actitud debe ser profesional». Trabaja todo el rato, o tanto tiempo como puedas al mismo tiempo que te ganas la vida. Crea una red de contactos tan amplia como sea posible. Entiende que, como en cualquier otra carrera, se tarda en construirla. No te decepciones.

    También debes tratar de crear una comunidad a tu alrededor para sentirte incluida. La mayor parte del tiempo serás una trabajadora solitaria. Es importante estar a solas con tu arte, pero no quieres estar sola todo el tiempo, así que construye esa comunidad. Debes tener la sensación de formar parte de algo superior a ti misma.

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