Los niños soldado de Adolf Hitler

Adolf Hitler dio a jóvenes de 17 años la oportunidad de demostrar en las Waffen-SS lo que habían aprendido en las Juventudes Hitlerianas y para ello creó la 12. SS-Panzer-Division "Hitlerjugend", que luchó contra los aliados en el Día D.

Por Manuel Moncada Lorén
Publicado 4 may 2018, 14:59 CEST
Juventudes Hitlerianas
Un joven soldado en el ejército alemán.
Fotografía de NAtional Geographic

Esta historia forma parte de "Al servicio de Hitler", una serie especial de documentales que revela el papel que desempeñaron las SS y las Juventudes Hitlerianas en el III Reich. 

Los “ultras” del ejército alemán

Las SS son una de las organizaciones militares alemanas más estudiadas dado el alto nivel de adoctrinamiento y fanatismo del que hacían gala sus integrantes, un ardor combativo que confería a estas unidades el distintivo de tropas de élite, un estatus que solo maquillaba su no tan brillante desempeño en combate.

Esta apariencia de tropas de élite se debe en parte a la brutalidad atribuida a algunas de sus formaciones y los crímenes de guerra de los que fueron responsables algunos de sus miembros. La determinación y tenacidad que hicieron famosas a las Divisiones SS, tenía más que ver con la educación recibida que de un serio adiestramiento militar.

De igual forma que las tropas del NKVD soviético y sus comisarios políticos, las SS eran en origen una formación paramilitar regida por los principios políticos de sus líderes por encima de constituir una unidad de combate profesional, y mucho menos de élite.

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    Francia, Normandía, El granadero blindado (panzergrenadier) Otto Funk, integrante de la 12. SS Panzer-Division "Hitlerjugend", el 9 de junio de 1944.
    Fotografía de Bundesarchiv

    Estas unidades se organizaron imitando la estructura militar del ejército alemán desde el 1 de octubre de 1934, cuando este cuerpo se seguridad se convirtió en SS-Verfügungstruppen, o tropas de propósito especial, que serían el núcleo de las futuras Waffen-SS, el brazo armado de la organización dirigida por el Reichführer SS Heinrich Himmler. 

    Para el final de la Segunda Guerra Mundial, en las Waffen-SS servían casi un millón de hombres repartidos en las 38 divisiones, con una cadena de mando ajena a la jurisdicción de la Wehrmacht y solo responsable ante Hitler. Este "ejército paralelo" era motivo de numerosas fricciones en el desarrollo de las operaciones militares alemanas, dada la bicefalia operativa.

    Aunque con frecuencia las Waffen-SS han sido consideradas una organización de élite, lo cierto es que el desempeño y efectividad de estas unidades dista mucho de tal reconocimiento. Algunas unidades de las Waffen-SS  tenían registros de combate sencillamente devastadores a pesar de que fueron equipadas con el mejor armamento disponible, lo que aumentó su apariencia de tropas de élite. De poco sirve tener el mejor carro de combate si está en manos de aguerridos pero poco brillantes operarios.

    El caballero teutón

    Para dotar a su organización la etiqueta de caballeros arios, Himmler fue a buscar a los auténticos germanos: hombres fuertes, altos y rubios con un carácter moldeable como la plastilina. El detalle “moldeable” es importante. Los que cumplían estos requisitos provenían generalmente de las áreas rurales de Alemania, gente puramente teutona.

    Lo malo es que a pesar de ser “auténticos caballeros germanos”, estos hombres no poseían grandes habilidades intelectuales o académicas, a diferencia de los soldados profesionales de la Wehrmacht. Simplemente eran aguerridos y fanáticos seguidores, justo lo que el Führer necesitaba.

    Soldados de las SS durante una parada militar.
    Fotografía de NAtional Geographic

    Este ardor combativo cercano a la temeridad solo daba como resultado elevadísimas pérdidas en las unidades SS y ha sido habitualmente confundido con el hecho de que eran unidades de élite, pero solo se debe a un profundo adoctrinamiento que no atendía a ningún criterio estratégico o táctico.

    Este hecho necesariamente invita al lector a plantearse si las SS eran una tropa de élite o simplemente un desperdicio de recursos y de vidas humanas para crear un mito que infundiera temor en el adversario.

    La hora de los niños de Hitler

    Jóvenes carristas de la 12. SS Panzer-Division "Hitlerjugend".
    Fotografía de Bundesarchiv

    En 1943 la guerra empezaba a ser un mal sueño para Alemania, que a diferencia de la URSS no gozaba de ilimitados recursos humanos. Esta incómoda realidad favoreció la formación de una división blindada compuesta por miembros aguerridos y temerarios, auténticos hombres “rápidos como un galgo, correosos como el cuero y duros como el acero de Krupp”: así había descrito el Führer a sus Juventudes Hitlerianas.

    Una de las divisiones SS que mejor representa esta idea es la 12. SS-Panzer-Division "Hitlerjugend", compuesta esencialmente por miembros de las Juventudes Hitlerianas. Las Hitlerjugend o Juventudes Hitlerianas fueron creadas con el propósito de adiestrar ideológica y militarmente a los jóvenes alemanes. Esta organización tenía como único propósito formar a los futuros líderes del partido nacionalsocialista y adoctrinar a una nueva generación de ciudadanos del Reich alemán.

    Estos “hombres” eran los jóvenes integrantes de las Hitlerjugend nacidos en 1926. Muchos de estos hombres no habían cumplido 20 años y carecían por completo de experiencia de combate, pero aun así fueron montados en los últimos modelos de Panzer V “Panther”, Panzer VI “Tiger” y motorizados con los versátiles semiorugas de los Panzergrenadier o Granaderos Panzer, la infantería mecanizada, base de las divisiones de infantería modernas.

    Casi 2.000 oficiales fueron transferidos de la 1.ª División Leibstandarte SS Adolf Hitler (LSSAH, la primera división SS, fogueada en ambos frentes europeos) para formar los cuadros de mando y tuvieron una influencia decisiva en el carácter de la división.

    En septiembre de 1943, la división contaba con 16,000 reclutas que fueron entrenados en el campo de instrucción de Beverloo, Bélgica. El adoctrinamiento recibido por parte de los oficiales logró formar hombres aguerridos que luchaban sin dar ni esperar cuartel, lo que generalmente se traducía en acciones temerarias con nefastas consecuencias.

    La 12. SS Panzer-Division "Hitlerjugend" en Normandía

    Un miembro de las Waffen-SS muerto en Normadía.
    Fotografía de US Signal Corps. US Army

    En marzo de 1944, la división se unió al I SS Panzer Corps (1er cuerpo Panzer SS) y se transfirió a Caen,  Normandía. La 12.SS-Panzer-Division "Hitlerjugend" y la  21. Panzer Division eran las dos únicas divisiones blindadas que se encontraban en las proximidades de las playas de desembarco en el Día D, pero la autorización para movilizarse y repeler el ataque aliado no llegó a tiempo.

    Por si fuera insuficiente el motivo de que el führer estaba durmiendo, los precisos cazabombarderos norteamericanos reinaban en los cielos del canal de la Mancha aquella mañana. Nadie se atrevió a enviar refuerzos sin la autorización personal de Hitler, hecho que entorpeció aún más la respuesta alemana.

    Finalmente, la división fue movilizada a las 14:30 horas del 6 de junio, más de doce horas después de la primera incursión de los paracaidistas aliados. Por si fueran pocos los contratiempos, el mariscal de campo Gerd von Rundstedt, había ordenado a más de la mitad de la división que se ocuparan de un asalto aerotransportado aliado avistado en la costa cerca de Lisieux, pero cuando llegaron a la zona descubrieron que eran maniquíes lanzados como señuelo.

    La división Hitlerjugend se batió principalmente contra los canadienses en aquellas primeras horas del asalto aliado a la Fortaleza Europa. Su primer cometido consistía en detener el avance de la infantería y los tanques canadienses.

    Jóvenes integrantes de las WAFFEN-SS
    Fotografía de NAtional Geographic

    El ataque, lanzado a las 3.30 horas del 8 de junio, tuvo poco éxito inicial. Las diversas compañías de Panzergrenadier y carros Panther no lograron coordinar sus movimientos hacia los canadienses, por lo que la artillería y el fuego de ametralladora se cobraron un elevado número de vidas germanas. Los canadienses se mantuvieron firmes y la Hitlerjugend tuvo que retroceder.

    Cifras escalofriantes

    Los aliados se habían hecho fuertes en las playas y la Hitlerjugend junto con el resto de las fuerzas alemanas retrocedió hasta la frontera belga. En el mes de septiembre, menos de 2.000 hombres constituían la división. En su retirada, la 12. SS Panzer Division Hitlerjugend, perdió el 80% de sus hombres y carros de combate, el 70 % de sus semiorugas, el 60 % de su artillería y la mitad de su componente motorizado.

    Los SS fueron duramente criticados por actuar inadecuadamente en los primeros días de la campaña de Normandía. El brigadier canadiense Harry Foster señaló más tarde que "no se aprovechaba el hecho de que nuestros flancos estaban expuestos, sino que el enemigo se lanzaba directamente contra los puntos más fuertes y no aprovechaba la indudable debilidad de la posición de su oponente".

    Esto demuestra el hecho de que los SS, aunque muy aguerridos, eran temerarios y poco reflexivos en sus intervenciones, lo que dista mucho de la actitud de un cuerpo de élite. Aunque el hecho de contar con fieros camaradas en tu trinchera puede resultar tranquilizador, lo cierto es que de poco sirve si menos del 20 % de sus integrantes sobreviven

    Al servicio de Hitler

    Si quieres saber más sobre la historia de las SS y las juventudes hitlerianas, no te pierdas la serie documental Al servicio de Hitler.

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