Un paleoilustrador español galardonado con el Lanzendorf-National Geographic Paleoart Prize

El arte de la reconstrucción de la realidad de hace millones de años ha llevado al paleoilustrador Oscar Sanisidro a ser galardonado con un premio del Congreso Anual de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados.

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 12 nov 2019, 12:42 CET
Lazendorf Paleoprize Oscar Sanisidro
Reconstrucción artística del ecosistema del Pleistoceno en Argentina, realizada por el paleoilustrador Oscar Sanisidro.
Fotografía de Oscar Sanisidro

El paleoilustrador Oscar Sanisidro  ha sido galardonado con el premio Lanzendorf-National Geographic Paleoart Prize en el congreso anual de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados, que tiene lugar en Brisbane, Australia. Creados por John J. Lanzendorf, el objetivo de estos premios se centra en reconocer logros sobresalientes en ilustración científica paleontológica y arte naturalista.

Con su trabajo de reconstrucción de tiempos pretéritos, Sanisidro es uno de los pocos españoles galardonados. Con el objetivo de acercar e ilustrar los descubrimientos científicos, Sanisidro llevó a cabo su trabajo en el marco del proyecto de National Geographic sobre el Gran Intercambio Biótico Americano de la paleontóloga española Laura Domingo, doctora en Geología e investigadora en el Instituto de Geociencias del CSIC y la Universidad Complutense de Madrid.

 

Reconstrucción artística del ecosistema del Mioceno en Argentina.
Fotografía de Oscar Sanisidro

"Los premios lanzendorf suponen el mayor reconocimiento a nivel mundial en este híbrido entre arte y ciencia", afirma Oscar Sanisidro a National Geographic España. "Al acabar el proyecto estábamos tan satisfechos con el  resultado de esta colaboración que pensamos que podría ser una buena oportunidad para dar a conocer el proyecto. A nivel personal, el premio supone dar visibilidad a una disciplina, a medio camino entre ciencia y arte, que cuenta con tanto arraigo y talento en España, y de la cual aprendo cada día".

El intercambio biótico entre Sudamérica y Norteamérica

La formación del Istmo de Panamá, acaecida entre los 3,1 y 2,7 millones de años, dio lugar a un intenso intercambio de organismos entre Norteamérica y Sudamérica. Este Gran Intercambio Biótico Americano (GABI, por sus siglas en inglés) supone uno de los pilares de la investigación de Laura Domingo.

más popular

    ver más
    Proceso de reconstrucción del dinosaurio Silvisaurus condrayi, del Cretácico de Kansas, Estados Unidos.
    Fotografía de Oscar Sanisidro
    Proceso de reconstrucción del dinosaurio Silvisaurus condrayi, del Cretácico de Kansas, Estados Unidos.
    Fotografía de Oscar Sanisidro
    Proceso de reconstrucción del dinosaurio Silvisaurus condrayi, del Cretácico de Kansas, Estados Unidos.
    Fotografía de Oscar Sanisidro

    Este importante evento paleozoogeográfico modificó por completo la fauna que, cruzando el Ismo de Panamá, emigró de América del Norte a través de Centroamérica hacia América del Sur y viceversa. El rastro de este intercambio se visibiliza en los estratos geológicos y en el estudio de la fauna de ambas zonas geográficas, que afectó a la distribución de los mamíferos principalmente, pero también de aves, artrópodos, reptiles, anfibios y peces.

    Desde los 8 millones de años hasta los 11.000

    Enmarcado en este período de la historia, la investigación estudió diferentes yacimientos argentinos que presentaban diferentes “ventanas en el tiempo” para estudiar las diversas épocas históricas.

    “Pedí el proyecto para hacer allí trabajo de campo y estudiar las colecciones de diferentes museos en Argentina, donde el trabajo de los paleontólogos lleva mucho recorrido y porque, por su situación geográfica, es un país que no se encuentra bajo una selva como ocurre con otros países de Sudamérica”, afirma Laura Domingo a National Geographic España. “Esas dos características hacen de Argentina un lugar perfecto para estudiar la llegada de diferentes especies desde Norteamérica hasta Sudamérica”.

    Ilustración del Mioceno inferior de Els Casots, Cataluña.
    Fotografía de Oscar Sanisidro

    Durante más de 50 millones de años, este subcontinente había actuado como una isla que, a pesar de su gran tamaño, estaba completamente aislada. Por ello, su comunidad faunística era muy diferente al resto.

    “Había armadillos que podían ser tan grandes como un coche, o familias u órdenes de animales que hoy en día no existen y tampoco tienen ningún tipo de taxón similar al actual”, explica la paleontóloga. “Primero hubo una compensación entre taxones que llegaron del norte al sur y del sur al norte, pero poco a poco fueron ganando terreno los del norte a los del sur”.

    Esqueleto de un tigre dientes de sable llamado 'Smilodon', uno de los animales que llegaron desde América del Norte al formarse el istmo de Panamá. Museo de la Plata, Argentina.
    Fotografía de Laura Domingo

    A lo largo de la historia se han producido además muchos cambios climáticos y ambientales a los que los taxones autóctonos de Sudamérica no se adaptaron tan bien. “A eso se sumó la competencia con los animales que habían llegado del norte y la presión que sufrieron cuando los humanos llegaron a Sudamérica, hace aproximadamente 14.000 años”, explica Domingo.

    El arte, nexo hacia los ecosistemas del pasado

    Enmarcado en esta investigación y con el objetivo de acercar e ilustrar los descubrimientos científicos, el trabajo de Sanisidro distingue tres paneles en los que muestra la fauna en la región pampeana antes, durante y después del intercambio faunístico. "Laura me propuso esta colaboración a raíz de su proyecto para dar soporte visual a su proyecto sobre fauna argentinas", afirma Sanisidro. "Tanto Laura como yo somos paleontólogos y hemos participado de numerosas campañas de excavación juntos. Poder trabajar con ella en un proyecto tan interesante ha sido una ocasión inmejorable para aprender más acerca de las faunas sudamericanas, muy diferentes de las que normalmente ocupan nuestros estudios".

    Paisaje con distintos momentos del Eoceno de la Formación White River, Estados Unidos.
    Fotografía de Oscar Sanisidro

    “Un minucioso trabajo “en el que tuvimos que indagar en el modo de vida de los animales que se muestran, así como en el tipo de flora y paisaje que debió de existir en cada momento temporal”, afirma Domingo.

    Como parte del programa de becas que la National Geographic Society concede a las ideas transformadoras en el campo de la exploración, “el proyecto de National Geographic se dirigía a investigar y plasmar en esas ilustraciones la interacción que se dio entre esos animales autóctonos del norte y del sur y las características de esos taxones que hoy en día no existen” y alcanzar así un mayor conocimiento de nuestro planeta.

    "Poder mostrar en las ilustraciones estos hallazgos es traducir la información científica disponible de forma que sea más accesible por el público general y atractiva visualmente, fomentando el interés científico, y además da valor a un rico patrimonio geológico y paleontológico", concluye Sanisidro.

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved