Este faraón fundó la dinastía más poderosa de Egipto

Tras el asesinato de su padre, Amosis I ascendió al trono en una época de caos, pero consiguió establecer la última era de prosperidad en Egipto.

Por Kristin Baird Rattini
Publicado 11 feb 2020, 13:19 CET
Amosis I creó un Egipto unificado, seguro y próspero y marcó el inicio del glorioso Imperio Nuevo.
Fotografía de Louvre, De Agostini Picture Library, G. Dagli Orti, Bridgeman Images

Los egipcios tienen en gran estima a los dos faraones que unificaron el país: Narmer, faraón del Imperio Antiguo en torno al 3100 a.C., y Amosis I, que unió un Egipto dividido en torno al 1550 a.C. y marcó el comienzo del Imperio Nuevo.

Cuando el joven Amosis I ascendió al trono, Egipto estaba en crisis. Los intrusos procedentes de Oriente Próximo conocidos como hicsos, que significa «gobernantes extranjeros», se habían hecho con el delta del Nilo. Habían asesinado atrozmente al faraón Seqenenra Taa, el padre de Amosis, y diezmado su ejército. Exigieron un tributo a los gobernantes del Alto Egipto en Tebas y se llevaron a sus princesas como esposas. La barbarie de los hicsos fue inmortalizada por el historiador egipcio Manetón: «Quemaron nuestras ciudades sin piedad, arrasaron los templos de nuestros dioses hasta los cimientos y trataron a todos los nativos con una hostilidad cruel».

El antiguo Egipto 101
La civilización del antiguo Egipto, famosa por sus pirámides, faraones, momias y tumbas, fue próspera durante miles de años. Pero ¿cuál fue su huella a largo plazo? Así contribuyó el antiguo Egipto a la sociedad con su evolución cultural, especialmente en lengua y matemáticas.

Amosis I reunió a sus fuerzas y explotó la tecnología que los hicsos habían introducido en su tierra. Con carros de caballos y armas de bronce, expulsaron a los hicsos del delta. El Alto y el Bajo Egipto quedaron unificados al fin.

La victoria se considera el comienzo del Imperio Nuevo, un periodo de 500 años que marcó el apogeo del poder y la prosperidad de Egipto. Amosis I restableció Tebas como la capital del país. Concedió posiciones importantes como oficiales reales o gobernadores a los comandantes que habían servido fielmente al rey. Amosis I también reafirmó su control sobre el rival de Egipto al sur, Nubia, y saqueó sus vastas reservas de oro en el proceso. Fortaleció el tesoro reactivando las minas y expandiendo el comercio. Para cuando murió, su pueblo lo adoraba como a un dios.

Amosis I fundó un Egipto próspero y seguro. Inauguró una nueva era de cultura egipcia y allanó el camino a los poderosos faraones del Imperio Nuevo, que ampliarían el imperio y dejarían un legado arquitectónico asombroso en su horizonte.

Este texto es un extracto del número especial de National Geographic The Most Influential Figures of Ancient History. Se publicó en inglés en nationalgeographic.com.

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