Este hombre se ahogó hace 5000 años ¿cómo lo sabemos?

Modificando una técnica forense moderna, los investigadores pudieron determinar que unos restos óseos encontrados en Chile pertenecían a un probable pescador que se ahogó en el Pacífico hace miles de años.

Por Tom Metcalfe
Publicado 23 feb 2022, 12:24 CET
Los investigadores encontraron pruebas de un pescador que probablemente se ahogó en las frías aguas del ...

Los antiguos restos humanos de la costa norte de Chile han sido analizados mediante una moderna técnica forense que identifica a las víctimas de ahogamiento. Los investigadores encontraron pruebas de un pescador que probablemente se ahogó en las frías aguas del Pacífico hace 5.000 años.

Fotografía de NAtional Geographic

Hace unos 5000 años, en la costa del desierto de Atacama, en Chile, un pescador se ahogó en las frías aguas del Pacífico. Es la historia de la vida y la muerte de un individuo que vivió hace milenios, y que ahora los investigadores pueden contar, gracias a una innovación muy interesante de una técnica forense moderna.

La "prueba de las diatomeas", utilizada hoy en día para identificar a las víctimas de ahogamiento, se basa en lo que le ocurre al cuerpo humano durante el suceso: el agua tragada rompe los pulmones y es bombeada por todo el cuerpo moribundo, incluso a lo largo de pequeños capilares que atraviesan los huesos y llegan a la médula.

El adulto masculino era probablemente un pescador, debido a los signos de actividad de remo frecuentes en sus huesos y a una dieta casi exclusivamente marina. Fue enterrado de forma inusual, con las extremidades extendidas y conchas sustituyendo las vértebras del cuello que faltaban.

Fotografía de NAtional Geographic

Los forenses examinan la médula de los muertos en busca de diatomeas (algas microscópicas con caparazón de sílice) que se encuentran característicamente en las víctimas de ahogamiento. Ahora, los investigadores, en un artículo del Journal of Archaeological Science, han confirmado que la prueba de las diatomeas puede realizarse en restos humanos de hace miles de años, un avance que puede ofrecer una nueva forma de investigar los tsunamis prehistóricos e identificar a sus víctimas.

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      Izquierda: Arriba:

      Análisis microscópico de un huevo de parásito 

      Derecha: Abajo:

      Partículas marinas microscópicas de microalgas

      fotografías de NAtional Geographic

      "Sabemos que mucha gente muere en grandes tsunamis, pero ¿dónde están todos en la prehistoria?", dice James Goff, geólogo de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y autor del nuevo estudio.

      Goff, experto en tsunamis antiguos, encontró un candidato adecuado para poner a prueba la técnica en una tumba de 5500 años de antigüedad en Capoca 1, un yacimiento arqueológico en la costa del desierto de Atacama, al norte de Chile.

      El investigador James Goff estudia los restos del pescador. Los científicos esperan que este avance forense les permita identificar a las víctimas de antiguos tsunamis.

      Fotografía de NAtional Geographic

      La tumba fue investigada en 2016 por otro autor del estudio, el antropólogo de la Universidad de Concepción (en Chile) Pedro Andrade, quien identificó un esqueleto como probablemente el de un pescador, debido al desgaste de los huesos (fruto del uso del remo) y, también gracias a que el análisis isotópico reveló una dieta casi exclusivamente de mariscos.

      El esqueleto masculino estaba casi intacto, pero le faltaban las vértebras del cuello, que habían sido sustituidas en la tumba por grandes conchas. El hombre también parecía haber sido enterrado con los brazos apuntando en distintas direcciones y una pierna sobresaliendo.

      Goff dice que el esqueleto era una muestra ideal para una prueba del test de diatomeas en restos arqueológicos. "Sabíamos que este tipo era un pescador, por su estructura ósea, y que había tenido un entierro bastante extraño, así que quisimos comprobar si se ahogó en el mar", dice.

      Muerte por ahogamiento

      Goff y sus colegas tomaron miles de imágenes al microscopio electrónico de la médula del interior de los huesos más grandes del esqueleto de Capoca 1, que tenían menos probabilidades de haber sido contaminados por elementos externos tras la muerte.

      La prueba forense moderna de las diatomeas extrae la médula del hueso y añade productos químicos para distinguir las diatomeas; pero la modificación de Goff conserva la médula en su sitio y utiliza menos productos químicos, lo que significa que también se conservan otras partículas marinas además de las diatomeas. Curiosamente, los investigadores no encontraron ninguna diatomea fosilizada en el esqueleto de Copaca 1 (la razón exacta no está clara, y Goff espera verlas en la médula de otras antiguas víctimas de ahogamiento), pero sí encontraron otros tipos de algas marinas fosilizadas, huevos de parásitos y sedimentos que la prueba estándar de diatomeas no habría detectado, dice.

      Aunque el equipo de investigación ha establecido ahora que el pescador murió ahogado, los investigadores no encontraron tales signos en otros dos conjuntos de restos humanos encontrados en las cercanías. Por tanto, creen que es probable que el hombre muriera en un accidente de pesca, y no en un antiguo tsunami.

      Pero la posibilidad de determinar si los prehistóricos murieron ahogados supondrá un gran avance en las investigaciones arqueológicas de los tsunamis. "Existen tantos lugares de enterramiento masivo prehistóricos que conocemos en las costas, y si descubrimos que toda esta gente se ahogó entonces podemos decir que probablemente murieron en un tsunami", dice Goff. "Entonces podemos examinar otras pruebas arqueológicas y comprender mejor cómo vivían y morían los pueblos prehistóricos en las costas del mundo".

      Los tsunamis pueden haber tenido un gran impacto en las antiguas comunidades costeras, pero pueden ser difíciles de identificar, dice Beverly Goodman-Tchernov, profesora de geociencias marinas en la Universidad de Haifa de Israel y exploradora de National Geographic. Ella y sus colegas ya están planeando utilizar una prueba de diatomeas modificada en los huesos de un perro y un hombre que se ahogaron en los tsunamis tras la erupción de Thera hace unos 3600 años. 

      Goodman señaló que no todas las víctimas de un tsunami pueden haber muerto ahogadas; por ejemplo, pueden haber muerto por un traumatismo por objeto contundente durante la catástrofe. Pero la prueba de la diatomea modificada puede ser una pieza importante del rompecabezas. "Si hay una fosa común, tenemos que utilizar un amplio conjunto de pruebas para argumentar que pudo ser un tsunami", dice. "Esto contribuiría definitivamente a la interpretación de que se produjo un tsunami".

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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