La experiencia de nadar en la isla de basura del Pacífico

El nadador de largas distancias Ben Lecomte ayuda a tomar muestras científicas en un continente de plástico en pleno océano.

Por Mary Anne Potts
Publicado 23 ago 2019, 15:01 CEST
Ben Lecomte
El nadador de largas distancias Ben Lecomte sostiene un bidón que encontró en la isla de basura del Pacífico, una enorme acumulación de residuos plásticos en el océano Pacífico situada entre California y Hawái. Lecomte nada por la isla para tomar muestras de microplásticos.
Fotografía de The Vortex Swim

A casi 1600 kilómetros al sudoeste de San Francisco, Ben Lecomte, un nadador francés de largas distancias de 52 años, explora uno de los lugares más contaminados del mar. Es el día 71 de su trayecto de 80 días por la isla de basura del Pacífico, un repositorio de casi 1,8 billones de fragmentos de plástico con un peso aproximado de 90 000 toneladas. Ha llamado al proyecto «Vortex Swim» y su ruta ha sido determinada por científicos de la Universidad de Hawái a partir de imágenes por satélite y modelos marinos para localizar las mayores concentraciones de desechos. Cuando localizan un lugar muy contaminado, Lecomte se zambulle desde su velero de 20 metros.

Lecomte nada con dos albatros en la isla de basura del Pacífico. Los residuos plásticos a gran escala alteran el ecosistema marino de muchas formas, como introduciendo los microplásticos y las sustancias químicas del plástico en la cadena trófica tras ser digeridos por seres marinos.
Fotografía de The Vortex Swim

En 1998, Lecomte completó lo que, según él, era la primera travesía a nado del océano Atlántico, con el apoyo de un barco, pero si utilizar una tabla de natación. En 2018, intentó nadar de Japón a California para completar la travesía a nado más larga del mundo, pero tras 1500 millas náuticas en 165 días, tuvo que cancelar el último tramo debido a daños en el barco de apoyo. Durante ese intento, encontrar tanto plástico le inspiró a planificar una travesía a nado por el epicentro de los residuos plásticos marinos.

La isla de basura del Pacífico se encuentra en uno de los cinco giros donde las corrientes han concentrado los desechos que han acabado en el mar. Se estima que abarca una superficie de entre 710 000 kilómetros cuadrados y 17 000 000 kilómetros cuadrados y contiene varias capas de plásticos descartados, como aparejo de pesca de gran tamaño, botellas de detergente y diminutas perlas degradadas. Durante su travesía, un equipo de diez personas recopila datos y muestras de agua para estudiar la proliferación de los microplásticos y las microfibras, que son más dañinas.

Hablamos con Lecomte por Skype para que nos contara qué ha descubierto.

La isla de basura del Pacífico abarca más de 1600 kilómetros. Como alguien interesado en nadar para batir récords, ¿por qué nadas solo 300 millas náuticas?

Las 300 millas náuticas son una cifra representativa, una milla náutica por cada millón de toneladas de plástico que se producen cada año en todo el mundo. Esta travesía a nado está más relacionada con los datos y las muestras que tomamos. Nuestro equipo científico decide a dónde vamos y dónde nado, dependiendo de los remolinos de la isla de basura del Pacífico.

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    Un miembro del equipo de Lecomte nada bajo una «red fantasma», una red de pesca que se ha caído o que ha sido desechada por una tripulación de pesca. Las redes atrapan a las criaturas marinas y a veces las desplazan de sus ecosistemas costeros hacia mar abierto.
    Fotografía de The Vortex Swim

    ¿Qué tipos de desechos has encontrado hasta la fecha?

    Mucho aparejo de pesca y equipo vinculado a la pesca, como redes fantasma y jaulas. También hay restos de plástico que proceden directamente de la actividad humana en tierra: productos del hogar, como botellas de detergente, salsa de soja, botellas de agua, tapones. Los veo y pienso: «lo he visto en el estante [del súper]; lo he visto en casa».

    Bajo la superficie, estos fragmentos se han convertido en microplásticos. Cuesta mucho verlos. Solo porque desde la superficie no puedas verlos, no significa que no estén ahí. Cuando nado, veo que hay muchos microplásticos en la columna de agua.

    Después hay otro nivel, algo que no vemos, pero sobre lo que estamos recopilando datos: las microfibras. Filtramos el agua para analizarla y comprobar la cantidad de microfibras que hay, porque carecemos del equipo necesario a bordo.

    ¿Puedes describir cómo es nadar entre microplásticos?

    Es como una neblina, o una sopa, o el esmog. Eso es lo que observamos a simple vista. Al principio, pensé que estaba viendo plancton en el agua, el reflejo del sol en el plancton. Entonces, un día, tenía una redecilla en la mano para capturar ese supuesto plancton. Descubrí que eran microplásticos.

    Si a mí me confunden, entiendo lo fácil que debe ser para las criaturas marinas confundirlos. Hemos encontrado plástico en los estómagos de peces muertos. Hemos visto albatros recoger microplásticos en la superficie del agua. Y hemos visto microplásticos incrustados en seres marinos, como medusas o plancton.

    ¿Has visto ballenas en la isla de basura?

    Hemos visto ballenas en varias ocasiones. En la más reciente, yo estaba en el agua. Escuchamos los sonidos de las ballenas en medio del lugar donde habíamos documentado uno de los mayores recuentos de microplásticos. Arrastramos una red durante media hora y solo la atravesó un pequeño volumen de agua. Contamos más de 3000 fragmentos de microplástico en esa muestra.

    En tu cuenta de Instagram hay una foto de un cepillo de dientes de plástico que encontraste.  ¿Qué más encontraste?

    Una cuchilla de afeitar. Un asiento de váter. Muchas botellas diferentes, como de jabón o champú. La suela de un zapato. Un casco. Un montón de cajas. Bastante aparejo de pesca, todo atado, y redes.

    El velero de 20 metros de Lecomte, su base durante las semanas de la travesía, pasa sobre una «red fantasma». Gran parte de los desechos hallados por el equipo en la isla de basura eran restos tirados por las tripulaciones de los pesqueros.
    Fotografía de The Vortex Swim

    También escribiste que habías encontrado una gran cantidad de «redes fantasma». ¿Qué son?

    Nos gusta pensar que son redes que se han desprendido de un barco y los pescadores no se dieron cuenta. Pero cuando ves cómo están atadas, suelo pensar que lo han hecho a propósito. Cuando los pescadores no quieren una red gastada, es más fácil tirarla por la borda con otro aparejo que no van a utilizar.

    Causan problemas, porque los seres marinos pueden quedarse atrapados. Hace dos días, vimos tres o cuatro cachalotes con redes fantasma a su alrededor.

    He visto unas cuantas redes con peces muertos y ecosistemas enteros creados a su alrededor. Los peces de la costa se quedan atrapados en esas redes y acaban en medio del océano porque las redes vagan a la deriva con las corrientes. En una ocasión, intentaba ayudar a un pez a salir y vi que había dos más muertos. Cuando intenté sacudir la red, uno de los peces muertos se hundió hacia el fondo. Un tiburón pasó justo debajo y devoró al pez.

    El equipo toma muestras de los peces que capturan y de las redes que encuentran en el agua. El plástico junto a este dorado se encontró en el interior de su estómago.
    Fotografía de The Vortex Swim
    Un miembro del equipo sostiene un tarro con 2409 fragmentos de plástico recogidos en el agua en solo media hora.
    Fotografía de The Vortex Swim

    ¿Hay más gente ahí fuera?

    Hemos tenido la gran oportunidad de tener dos encuentros. Uno con Charles Moore, que descubrió la isla de basura del Pacífico en 1997. Lo había conocido en tierra, pero fue impresionante verlo en su barco en la isla de basura. Viene varias veces cada año para comprobar cómo progresa. Pasamos un día con él.

    También pasamos un día con el equipo de Ocean Cleanup, que creó un sistema para recoger parte del plástico de la isla de basura del Pacífico. El proyecto fue fundado por Boyan Slat en 2013, cuando solo tenía 16 años. Fue diseñado y puesto en marcha en San Francisco hace unos meses, pero el sistema se rompió debido a la fatiga. Partieron de cero para crear un nuevo diseño que es mucho más pequeño. Pude nadar fuera del dispositivo, dentro del dispositivo. Es algo que a ellos no se les permite, por la responsabilidad, así que tenemos una perspectiva única.

    ¿Necesitas llevar un traje de neopreno especial en la isla de basura?

    Uso un neopreno normal por la temperatura del agua y las medusas. Y si permaneces unas horas en la superficie del agua, se te queman la espalda y los hombros.

    Cuando termine esta expedición, ¿qué harás con los datos recopilados?

    La expedición acaba el 31 de agosto de 2019. Voy a llegar en el último tramo de la travesía a nado —por el Golden Gate hasta la playa Crissy Field East— a las 11:00 a.m., más o menos. Todos están invitados a asistir a la celebración. Entonces comenzará nuestro trabajo en tierra. Enviaremos todos los datos y las muestras que hemos recopilado a los científicos de las universidades que colaboran con nosotros.

    Un miembro del equipo de Lecomte inspecciona la Drifter C, una baliza empleada por los científicos para rastrear los movimientos dentro de la isla de basura del Pacífico.
    Fotografía de The Vortex Swim

    ¿Hay objetos que la gente debería dejar de utilizar si no quiere añadir desechos a la isla de basura?

    No creo que el plástico esté mal. Lo que creo que está mal es nuestra forma de utilizar el plástico. Lo consideramos algo muy cómodo. No nos importa lo que ocurre con él cuando acabamos de usarlo, pero el plástico contiene muchas sustancias químicas. Los peces se lo comen, se concentra conforme asciende por la cadena trófica y al final de esa cadena trófica solemos estar los humanos.

    Yo, personalmente, intento no utilizar plástico de un solo uso. También intento pasar a ropa hecha con fibras naturales, como el algodón o la lana, y encontrar cosas que no estén hechas con fibras sintéticas. Es un proceso difícil, porque tenemos hábitos muy arraigados en nuestras vidas cotidianas. Dependemos del plástico y recurrimos a él como la opción fácil, por eso hace falta reflexionar y cambiar de hábitos para crear cambios. No tenemos que ser perfectos, pero tenemos que hacer algo.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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