¿Quieres probar a recolectar comida? Te explicamos cómo hacerlo de forma segura

¿Y si nos olvidamos del supermercado? Desde frambuesas hasta ajo silvestre, tus alimentos frescos favoritos pueden estar escondidos a plena vista.

Por Sruthi Gurudev
Publicado 31 may 2023, 10:35 CEST
Markus Ernst, director de un club de micología de Suiza, busca setas silvestres

Markus Ernst, director de un club de micología de Suiza, busca setas silvestres. Los hongos son codiciados por quienes buscan alimentos, pero para estar seguros, los buscadores deben saber identificar correctamente las especies adecuadas.

Fotografía de Christian Beutler, Keystone, Redux

En medio de un bosque estadounidense de abetos y piceas arrasado por un incendio forestal, Andy Better se agacha para inspeccionar la abundancia de colmenillas (Morchella) quemadas que han brotado en un claro.

Las colmenillas son de color marrón grisáceo, con crestas picadas a lo largo de la superficie de sus capuchones. Corta una de las setas longitudinalmente con un pequeño cuchillo y comprueba que el interior está hueco. Que esté hueca es una buena señal: significa que se puede comer.

El joven naturalista no se limita a observar las características del hongo. Está buscando su cena.

En los últimos años ha aumentado la popularidad de la búsqueda de alimentos, ya que cada vez más personas buscan información en las redes sociales y los expertos guían a sus seguidores en Internet para encontrar especies comestibles.

Ingredientes que normalmente se compran en una tienda suelen estar escondidos a plena vista: escondidos en los bosques cercanos a nuestras casas o en nuestros propios patios traseros.

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Cómo empezar a buscar comida

Quienes se inician en la búsqueda de alimentos suelen recurrir a comunidades en línea, como grupos de aficionados en Facebook o cuentas populares en Instagram, como por ejemplo Hongos y Setas de Guadalajara, donde educadores en alimentación silvestre publican consejos y técnicas de búsqueda.

Los principiantes deben limitarse a los alimentos más fáciles de encontrar. WildFoodUK.com, una web británica, enumera las "cuatro F" de los alimentos que se suelen buscar: fruta, follaje, flora y hongos (en inglés, fungi). Entre los alimentos silvestres más populares se encuentran plantas y hongos tradicionalmente apreciados (como las frambuesas, el ajo silvestre y las setas rebozuelo), así como ortigas y dientes de león.

Elabora un plan antes de salir al bosque. Haz una lista de los alimentos silvestres que quieres recolectar, estudia el lugar en el que buscarás comida y determina los puntos probables en los que se pueden encontrar. Después, considera la posibilidad de descargarte aplicaciones de identificación de plantas como iNaturalist, PictureThis y WildEdiblesForage.

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Buscar comida con seguridad

En Reino Unido, Leo Richards, un joven cineasta de naturaleza que está detrás del canal de Youtube Natural World Facts, se adentra en un antiguo y remoto bosque de su Gran Bretaña natal, donde pintorescos claros y páramos son pasto de ponis salvajes.

"Cuando aquí cae madera muerta", explica Richards, "se crea un hábitat ideal para que crezcan hongos. Estos hongos devuelven los nutrientes al suelo y desempeñan un papel crucial en el medio ambiente. Además, muchos de los hongos son deliciosos".

Cuando Richards busca setas, utiliza la aplicación iNaturalist (con versión en español) para fotografiarlas. La aplicación utiliza una mezcla de inteligencia artificial y una amplia red de 3,2 millones de usuarios para ayudar a identificar la biodiversidad en todo el mundo.

"Buscar setas entraña muchos riesgos. Como hay montones de parecidos, no puedes fiarte solo de las guías visuales". 

La amanita rojiza (Amanita rubescens) es un ejemplo. Esta seta se "sonroja" cuando está magullada, lo que indica que se puede comer sin peligro. Sin embargo, esta especie tiene un "imitador" venenoso llamado amanita pantera (Amanita pantherina), que tiene un aspecto casi idéntico.  Identificar estas especies únicamente a través de una aplicación puede llevar a errores. Aunque iNaturalist arrojará resultados y otros datos de identificación basados en las imágenes tomadas, Richards sugiere utilizar más de un método para comprobarlo.

"Yo uso otros componentes para cruzar referencias, como determinar la estación del año, las características físicas e información de sitios web como WildFoodUK".

Richards se ríe y añade que "una seta podría ser segura para el consumo, pero otra que se le parezca podría ser mortal. La única forma de detectar la diferencia podría ser mirando las agallas o el color del interior".

Aunque técnicamente se puedan comer, algunas plantas tienen que prepararse de una forma específica para que sean comestibles para el ser humano. Las bayas de saúco, utilizadas habitualmente en jarabes, tartas y mermeladas, poseen glucósidos cianogénicos, moléculas que pueden ser tóxicas si el saúco no está completamente maduro y se cocina antes de consumirlo.

Un estudio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estdos Unidos descubrió que consumir bayas de saúco inmaduras también puede provocar una intoxicación subaguda por cianuro, con síntomas de ansiedad, dolor de cabeza, vómitos y náuseas.

Es importante recolectar comida de forma responsable, cogiendo sólo lo necesario. Muchos animales dependen de los mismos alimentos que los buscadores de comida. Las investigaciones sugieren que los buscadores de comida sólo deberían llevarse entre una décima y una tercera parte de la cantidad disponible.

"Hay matices en la búsqueda ética de alimentos", dice Orion Aon, el educador detrás de la cuenta de Instagram ForageColorado.

"Si la especie que estás forrajeando es invasiva o dañina, como la aliaria o hierba del ajo [en Estados Unidos], es beneficioso llevarse tanto como sea posible", dice Aon.

"Pregúntate si la población es lo suficientemente saludable como para tomar de ella, y si la planta seguirá prosperando si algunas partes del parche desaparecen".

Por ejemplo, se aconseja que para la aliaria (Alliaria petiolata) , las rampas o puerros silvestres y las cebollas, es mejor coger las hojas y dejar el bulbo bajo tierra. Sin embargo, si hay una población abundante, es aconsejable coger sólo los bulbos, porque pueden ayudar a que otras plantas tengan espacio para crecer.

También hay que tener cuidado con el terreno. La contaminación provocada por productos químicos nocivos, pesticidas o terrenos cercanos a mucho tráfico peatonal, carreteras transitadas, instalaciones industriales y espacios urbanos expone a las plantas a la contaminación, lo que las hace inseguras para el consumo.  

Algunos espacios salvajes, como los parques estatales o nacionales, pueden estar protegidos y prohibir el forrajeo. Si no estás seguro, puedes consultar información en el Servicio Forestal, el Departamento de Pesca y Vida Silvestre o en la oficina local de la Oficina de Gestión de Tierras.

Buscar comida no tiene por qué ser intimidante. 

"A la gente le asusta la naturaleza, le asusta comer alimentos directamente del aire libre, porque se ve como algo sucio", lamenta Richards. "Aunque no esté doblemente envuelto en plástico en un supermercado y criado selectivamente para ser más grande y bonito, sigue siendo comida".

Pero buscar comida no es sólo una forma de encontrarla. Puede ayudar a fortalecer nuestra relación con la naturaleza.

Bajo el brazo de Richards hay una cesta de rebozuelos y pollos del bosque.

Esta noche será un guiso. Pero hay un beneficio añadido mayor: está conectado con la naturaleza. Richards sonríe al recordar sus experiencias de búsqueda de comida.

"Estos lugares tienen algo especial. Hay que apreciarlos. Estar entre los árboles, las plantas... me ayuda a reavivar mi conexión con el mundo natural".

Le maravillan los espacios salvajes que albergan tanta vida deslumbrante, desde la red de micelio subterránea hasta los arbustos rebosantes de bayas maduras. Y ahora sabe dónde y cuándo encontrar sus alimentos favoritos.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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