Bangladesh: cuando llega el agua
Publicado 9 mar 2022, 11:48 CET
Muchas zonas de suelo son como platillos volantes, con las orillas formando sus bordes. El cieno sobresale del lecho de los rios, no sólo creando parrillas (islas de cieno dentro de los ríos) sino provocando también que los ríos se desborden sobre sus orillas, formando en ocasiones un nuevo cauce. ...En Sadullapur el río Meghna engulló 60 metros de tierra en diez días.
Fuente: «Bangladesh: cuando llega el agua», junio de 1993, National Geographic magazine.
Fotografía de James P. Blair
El agua define absolutamente a Bangladesh. Cada año las inundaciones barren la mayor parte de la tierra. Los catastróficos ciclones tropicales traen mareas tempestuosas y vientos feroces. Pero el poder del agua para destruir prácticamente se iguala a su poder para crear.
Atravesando los arrozales sumergidos por las inundaciones del monzón, los aldeanos de Nishantapur cruzan con dificultad la tierra a la vez enriquecida y en peligro por las furiosas aguas que el país trata de domesticar.
Fuente: «Bangladesh: cuando llega el agua», junio de 1993, National Geographic magazine.
Fotografía de James P. Blair
Al norte de Dhaka en el río Lakhya, una barcaza de madera, o nouka, atestada y a duras penas sobre el agua, simboliza Bangladesh tan acertadamente como lo hace la flor nacional, el nenúfar. A menudo el único medio de transporte disponible, las barcas cubren 8.500 kilómetros de rutas fluviales. Aunque superpoblado con 112 millones de personas, lo que supone unas 1000 personas por kilómetro cuadrado, en Bangladesh abunda lo que precisamente más se necesita: prottasha (esperanza).
Fuente: «Bangladesh: cuando llega el agua», junio de 1993, National Geographic magazine.
Fotografía de James P. Blair
Acarreando una torre de cestas de aves hacia el mercado, un conductor de ricksha pedalea por las calles de Dhaka, empapado por las aguas del monzón. Ni siquiera las copiosas inundaciones interrumpen el trabajo en esta populosa capital de cerca de seis millones de habitantes, a menos de 8 metros sobre el nivel del mar.
Fuente: «Bangladesh: cuando llega el agua», junio de 1993, National Geographic magazine.
Fotografía de James P. Blair
Durante una deliciosa pausa de las altas temperaturas de agosto, de media 30ºC, un joven pastor realiza refresecantes volteretas desde los búfalos de agua que toman su baño diario en el río Turag, al oeste de Dhaka. A pesar de que las aguas cercanas a la capital están contaminadas por aceites, tintes, productos químicos y aguas residuales, la mayorÃa de los cerca de 250 años de la nación son lo bastante anchos o rápidos durante el monzón como para deshacerse de las impurezas. Los bífalos de agua, con un valor aproximado de 300 dólares cada uno, se utilizan principalmnte para el arado y la producción de leche. Los niños también deben hacer su trabajo. La mayoría comienza a trabajar antes de los diez años para aumentar los exíguos ingresos familiares.
Fuente: «Bangladesh: cuando llega el agua», junio de 1993, National Geographic magazine.
Fotografía de James P. Blair