Devastadoras fotos muestran dónde duermen los niños refugiados
Fotografías de Magnus Wennman
Published 2 mar. 2017 20:20 CET, Updated 20 mar. 2017 12:17 CET

Este es el tercer día de Iman en una cama de hospital. El normalmente feliz e inquieto niño de dos años de edad tiene neumonía e infección pulmonar.
Fotografía de MAGNUS WENNMAN/REX/SHUTTERSTOCK
Mohammed, de 13 años de edad, aún sueña con convertirse en arquitecto, incluso mientras se encuentra postrado en la cama de un hospital. Procedente de Alepo, ha visto cómo se han destruido todos sus edificios favoritos.
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En su casa en Damasco, Ralia, de 7 años de edad y Rahaf, de 13, perdieron a su madre y a un hermano por la explosión de una granada. Durante un año, han dormido en las calles de Beirut, donde huyeron con su padre.
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Amir nació como refugiado. Aunque tiene casi dos años de edad, su madre dice que nunca ha dicho una palabra. Piensa que ha estado traumatizado incluso antes de nacer.
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Para Walaa, de 5 años, la hora de irse a dormir le trae recuerdos de los ataques en su ciudad natal de Alepo. Su madre utiliza almohadas para protegerla, intentando demostrar que no tiene que temer a la noche.
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Mientras los adultos hacen planes para evadir a las autoridades húngaras, Ahmed, de 6 años, duerme sobre la hierba. Después de que su padre fuera asesinado en el norte de Siria, Ahmed ha caminado con su familia, llevando encima su propia bolsa.
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Sham, de un año de edad, es acunado por su madre, justo al lado de la frontera cerrada de Hungría. El día antes, estuvieron a punto de entrar en un tren que llevaba refugiados a Austria.
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Una bomba destruyó la casa de Lamar en Bagdad, pero aún recuerda sus juguetes. Junto a su familia, cruzó el mar desde Turquía a Hungría y ahora duerme sobre una manta en un frío bosque.
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Fara, de dos años de edad, dejó atrás su casa y su pasión: el fútbol. Su padre intenta mantener vivo su amor por el deporte, haciendo un balón con cualquier cosa que encuentra.
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Mahdi es un niño de un año y medio que solo ha conocido la guerra y la lucha. Mientras duerme, cientos de refugiados a su alrededor discuten con la policía fronteriza húngara. Cuando se despierte, la policía dispersará a los refugiados con gas lacrimógeno y cañones de agua.
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