
El cadáver de una mujer Chinchorro de 2000 años de antigüedad reposa en una mortaja de cañas, cuerdas, y piel no humana, posiblemente de un pelícano.
A diferencia de los antiguos egipcios, que sólo modificaban a los reyes y otros nobles, los Chinchorro realizaban el rito sagrado en casi todas las personas, independientemente de su edad o estado. Los bebés y los fetos fueron momificados, incluso con el mismo cuidado meticuloso que los adultos.
Fotografía de Enrico Ferorelli, National Geographic Una mascara pintada remplaza la cara de una momia de 5000 años de antigüedad.
Fotografía de Enrico Ferorelli, National Geographic Una momia negra que parece sonreír con una antigüedad de 5000 años, cubierta con una pasta oscura de cenizas.
A partir del 2800 A.C. el estilo de momificación negro pasó a ser el rojo, puede que por un cambio en el simbolismo o por la dificultad de encontrar el manganeso negro.
Fotografía de Enrico Ferorelli, National Geographic Yaciendo junto a los restos de sus enseres personales, un niño prehistórico presenta las pruebas de los rituales de momificación de Chinchorro.
Este ritual consistía en esculpir los cuerpos con una mezcla de manganeso y cenizas, y cambiar los órganos internos por tierra.
Fotografía de Enrico Ferorelli, National Geographic Preservados en uno de los climas más secos de la tierra, estos cadáveres momificados de forma natural, han sido encontrados en el desierto de Atacama (Chile) con pelo, ropas y la piel totalmente curtida. Deshidratados por procesos naturales, estos cadáveres, posiblemente vengan de la época del auge Chinchorro.
Fotografía de Enrico Ferorelli, National Geographic