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Estos troqueles de latón cortados se utilizaron para repujar el logotipo de la Super Bowl LV en 2020.
Estos son los balones que se utilizarán en la Super Bowl LVIII. Los balones oficiales están a la espera de ser estampados con los logotipos de los equipos ganadores, a la espera de los resultados de los campeonatos de la AFC y la NFC, y de ser enviados con antelación para que los equipos puedan practicar con ellos.
El último paso es el moldeado. Los balones casi terminados se colocan en una cámara presurizada que los moldea hasta darles la forma correcta y uniforme, eliminando cualquier bulto, arruga o borde áspero residual, y los infla a su presión correcta de 12,5 - 13,5 psi.
Nicole Tedrow, una encajadora, introduce una vejiga de polipropileno en el balón y empuja una tetina a través de un pequeño orificio para poder inflarlo. Los encajadores utilizan un punzón para pasar los cordones por los agujeros y cerrar el balón.
Estos balones Wilson GST, el balón oficial de más de 180 programas de la NCAA y 54 asociaciones estatales de fútbol de instituto, están listos para ser atados.
El tornero termina enrollando las costuras en el palo para aplanarlas. Un tornero experimentado puede hacerlo en unos 30 segundos.
Keaton Miller da la vuelta al balón. Los torneros tienen la ardua tarea de dar la vuelta al balón. Para facilitar el trabajo, utilizan una caja de vapor para aflojar el cuero y un martillo neumático para hacer más flexibles los extremos puntiagudos antes de invertirlo a la fuerza con la mano en un poste metálico. El tornero termina enrollando las costuras en el palo para aplanarlas. Un tornero experimentado puede hacerlo en unos 30 segundos.
Balones de fútbol americano del revés.