
Los miembros Lawrence Oates, Bowers Henry, Robert Scott, Wilson Eduardo y Edgar Evans (de izquierda a derecha) posan para un retrato en el Polo Sur el 17 de enero de 1911.
Dos meses más tarde de que se tomase la fotografía, todos habían muerto. Tres de ellos a 17 kilómetros de un almacén de alimentos.
En las últimas palabras que escribió Scott en su diario decían que no se arrepentía de la expedición y disfrutó como nunca lo había hecho antes.
Fotografía de Henry Bowers, Popperfoto/Getty Images Perro manejador Cecil Meares toca una melodía en la pianola en enero de 1912.
A pesar de las duras condiciones de vida en la Antártida, el biólogo Apsley-Garrard anotó en su diario que lograron vivir muy bien.
Fotografía de Tocar una melodía El biólogo Edward Nelson realiza un experimento científico en un agujero en el hielo.
Los biólogos del buque Terra Nova estaban fascinados por el grupo de criaturas extrañas que vivían a su alrededor.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Herbert Ponting muestra una presentación de diapositivas de sus viajes a Japón.
Esas conferencias no sirvieron sólo para entretener y educar al equipo sino también para proporcionar una escapada del paisaje austero de la Antártida.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Los miembros de la expedición salen da la cabaña durante un día relativamente cálido de primavera (a -25 grados).
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Durante la expedición el equipo observó muchas formaciones inusuales de hielo como la de la imagen.
Muchas veces el sastrugi de las formaciones ayudaba a determinar la dirección del viento.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic El suboficial Patrick Keohane termina su maqueta del buque Terra Nova.
Los hombres de Scott encontraron varias maneras de entretenerse durante el invierno sin sol, como aprender a tocar la pianola o escuchar el gramófono.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Cecil Meares y el capitán Lawrence Oates se calientan junto a la cocina.
La cabaña donde se refugiaron durante la expecidión medía 15 por 87 metros y estaba dividida en dos secciones: una para los oficiales y otra para los científicos.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Los miembros del partido geológica occidental recorrido un trineo sobre el hielo del mar en 1911.
El equipo, dirigido por el geólogo T. Griffith Taylor, fue el primero en explorar las montañas al oeste de la Antártida. Según Scott “se trata de una visión única e irrepetible.”
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Los miembros de la expedición remiendan los sacos para dormir de piel de reno.
Para calentarse, los miembros llevaban botas y guantes de piel de reno y gafas de sol para que el reflejo del sol en la nieve no les provocase ceguera.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic El teniente Henry Rennick utiliza un instrumento llamado “horizonte artificial” para tomar las lecturas del horizonte natural de la Tierra.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Los miembros de la expedición subministran whisky a un caballo para que entre en calor tras haber nadado en el agua helada.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic El teniente Edward Evans y el biólogo Edward Nelson cincelan una cueva de hielo para el almacenamiento de los alimentos.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic El equipo almuerza en una tienda de campaña poco después de que el buque Terra Nova desembarcara en el Cabo Evans.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Una de las especies capturadas en las trampas colocadas. Un bacalao notothenia.
Scott describió el sabor del pescado como “ extraordinariamente dulce."
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Los miembros de la expedición Cook Thomas Clissold y el cirujano Edward Atkinson transportan hasta un agujero en el hielo una trampa para atrapar peces.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Los miembros de la expedición Terra Nova hacen la siesta bajo el sol mientras el buque se abre paso entre el hielo.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic Una fotografía muestra a los perros de trineo sobre la cubierta de un ballenero durante la expedición en 1910.
Entre la carga del buque se encontraban tres trineos de motor, 162 piezas de cordero, 19 caballos y más de 450 toneladas de carbón.
Fotografía de Herbert G. Ponting, Library of Congress Con el bigote helado, el fotógrafo Herbert Ponting se fotografía junto a un iceberg cerca de McMurdo Sound, la Antártida, en 1911. Ponting fue parte del equipo científico que en 1910- 1912 consiguió llegar al Polo Sur.
El explorador británico y líder de la expedición Robert Falcon Scott llegó al Polo el 17 de enero de 1912. Gracias a una recopilación de fotos hechas durante el viaje, podemos disfrutar un siglo más tarde de la gran aventura en imágenes.
Ponting, a pesar de no realizar todo el viaje al Polo Sur, sí se encargó de la crónica del continente antártico desde una cabaña en la costa. En la crónica se reflejaba las observaciones científicas, la vida animal y silvestre del lugar y los grandes paisajes.
Fotografía de Herbert G. Ponting, National Geographic