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Los 15 mejores lugares del mundo para esquiar

Published 2 mar. 2017 17:36 CET
Girdwood, Alaska
Perfecto para: Los que buscan un sitio distinto con nieve polvo y escapan del glamour Antiguo pueblo minero junto a un bosque, a los pies de las famosas Montañas Chugach, Girdwood se ha reconvertido en el principal destino de esquí de Alaska. Hippis y aficionados al esquí inundaron el pueblo en los setenta y, aunque existe un hotel de lujo en la base de las pistas, sigue teniendo un ambiente relajado de pueblo apartado. Muchos caminos son de tierra, y la marca de ropa que más se ve es Carhartt. Aunque está a unos sesenta y cinco kilómetros de Anchorage y su aeropuerto internacional, la vida de este humilde pueblo de dos mil habitantes gira alrededor del esquí y el snow. El Alyeska Resort, que empieza en los límites del pueblo, es la estación más grande de Alaska. Tiene seis remontes, dos alfombras mágicas y un teleférico con capacidad para sesenta personas que sube por la escarpada cara norte de la montaña, con vistas al océano. La mitad superior de la montaña es abierta estilo alpino, y recuerda más al paisaje sin árboles de los Alpes que a la típica estación estadounidense. Hay muchas pistas azules y un montón de pistas para principiantes en la base, pero los expertos son los que sacarán mayor partido a la montaña. Si no te da miedo caminar un poco, en los riscos cercanos a pico Alyeska hay muchos barrancos vertiginosos. Y como es de esperar en Alaska, nunca está masificado. También hay auténtico esquí Chugach con helicóptero y snowcat, disponible desde la base de Alyeska. La mejor época es marzo, cuando hay doce horas de luz, aunque los remontes siguen funcionando durante todo abril y los fines de semana de mayo. El consejo del experto Elyse Saugstad es de Girdwood, es esquiadora profesional y campeona mundial de freeride 2008. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El hostal Alyeska está cerca de la estación. Lo que le falta en lujos, lo compensa con sabor. Está abierto desde 1980 y tiene mucha historia. Caro: El Hotel Alyeska es el hotel de la estación. Es muy agradable, se cena genial, e incluso te despiertan para ver la aurora boreal. En la puerta del hotel tienes el teleférico. Para comer Barato: Coast Pizza, a la entrada de Girdwood, tiene raciones de pastel y uno de los mejores bocatas a la plancha de la zona. Gourmet: El Double Musky Inn es un restaurante de estilo cajún para aficionados a la carne. Las piezas no solo son inmensas, sino que están perfectamente cocinadas. Y la sopa gumbo está de muerte. En serio. Mejor local para el apres-ski El Sitzmark, en la falda de la montaña, es el clásico bar de esquí que ha sobrevivido durante años a todos los cambios que ha vivido la estación. Tiene la mezcla perfecta de comida, bebida, música en directo, una rotación constante de videos de esquí en sus pantallas, y una terraza perfecta para tomar el sol en primavera, cuando hace más calorcito. Mejor actividad para el día libre Visita Anchorage, la gran ciudad de Alaska, que ofrece un montón de opciones y está a solo cuarenta y cinco minutos. El clásico de Girdwood Prueba la ladera norte desde el Christmas Chute hasta el fondo. Es el quemapiernas del siglo cuando hay mucha nieve polvo, algo que ocurre muy a menudo con la cantidad de nieve que cae en Alyeska.
Fotografía de Fotografía de Scott Markewitz
Perfecto para: Esquiadores aventureros con ganas de desnivel Aunque ofrece uno de los terrenos más espectaculares y la mejor nieve de Canadá, esta pequeña población histórica de 4.217 habitantes perdida en el extremo suroriental de la Columbia Británica sigue estando fuera del circuito más popular. Y eso no es malo, ya que sus valles, crestas y pistas para expertos casi nunca están llenos, y en las tardes en que ha caído nieve polvo se pueden encontrar zonas vírgenes. Para muchos esquiadores y snowboarders es el lugar perfecto, con más polvo que Whistler y mejor temperatura que Banff. Al igual que su prima estadounidense, Whitefish, que está a más de cien kilómetros al sur, Fernie es un pueblo pequeño y animado con un centro diminuto pero encantador. Los restaurantes son eclécticos y sin pretensiones, la vieja estación de tren se ha transformado en centro artístico y abundan los locos del esquí. Es el tipo de sitio donde los esquís viejos se reciclan para hacer bancos, vallas y percheros. Se han edificado nuevas zonas en la base de la montaña y en el centro, así que abundan los alojamientos para todos los bolsillos, desde hostales hasta hoteles de lujo. El Fernie Alpine Resort domina el valle del río Elk a siete kilómetros del centro, encaramado en las abruptas laderas del Lizard Range. Sus cinco espectaculares zonas se encargarán de mantener a tope la adrenalina de los esquiadores y snowboarders avanzados, mientras que el nuevo telesilla hasta la cumbre del Polar Peak abre unas vistas espectaculares y más de mil metros de caída vertical. Los adictos al polvo que quieran disfrutar de un catskiing de primera pueden visitar el Bear Lodge, de Island Lake Catskiing, a pocos kilómetros de las pistas. El consejo del experto Brian Bell llegó a Fernie en 1993 en su furgoneta, con la idea de pasar un invierno esquiando, y ya nunca se fue. Desde hace quince años dirige el Programa de formación en aventura y montaña del campus de Fernie del College of the Rockies. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El hostal The Raging Elk en el centro de Fernie Caro: El Lizard Creek Lodge, en la montaña, a un paso de las pistas. Para comer Barato: Big Bang Bagels—pide un “Mr. Fernie” en pan de trigo. Gourmet: Picnic Restaurant + Social tiene un ambiente agradable y las costillas de búfalo braseadas son fantásticas. Mejor local para el apres-ski El Griz Bar, en la montaña, tiene los mejores nachos del pueblo y bandas geniales que tocan en acústico. No olvides preguntar por la “mesa de resbalar en pelotas”. Mejor actividad para un día libre Pasa un buen rato disfrutando del café espresso del Bean Pod, el mejor café (y chocolate artesano) de todo el hemisferio. Después puedes admirar los preciosos esquís de las tiendas del centro histórico de Fernie. El clásico de Fernie “La Sky Dive sin parar, de arriba abajo. Sin duda la mejor de toda la colina”, dice Bell.
Fotografía de Fotografía de Ryan Creary, Corbis
Perfecto para: Fotógrafos que disfruten de la cultura del viejo mundo y de descensos interminables Suiza es un país de estaciones clásicas, pero Zermatt es la joya de la corona. Para muchos, es la estación de esquí perfecta. Aunque está rodeada de varios picos nevados, todo (el pueblo, la estación, el cielo) está dominado por la altísima pirámide del poderoso Matterhorn, una de las montañas más reconocibles del mundo. En el pueblo solo se permiten coches eléctricos (se llega en tren), y los hoteles de lujo comparten espacio con barracones de madera de varios siglos. Las calles son estrechas y adoquinadas, y los restaurantes son abundantes y caros. Es todo lo que uno esperaría de un pueblecito suizo. Zermatt ofrece tres zonas de esquí interconectadas, cada una con su propia oferta de remontes y todas esquiables con una única entrada, y accesibles directamente desde el pueblo. También hay dos zonas de esquí al otro lado de la frontera italiana. El paisaje es siempre impresionante, pero el esquí y el snow lo son todavía más, con caídas verticales de hasta dos mil cien metros en un terreno que varía desde los descensos interminables hasta las pistas de nieve polvo de la cara norte. Los más de cincuenta restaurantes de la propia estación son de los mejores, y es de rigor tomarse un buen descanso para comer. No te pierdas un viaje en el Matterhorn Glacier Paradise –el más alto de los Alpes–, en el que se pueden descender veinte kilómetros por la zona italiana de Cervinia (disponibles tickets conjuntos), donde una comida cuesta la mitad de lo que costaría en Suiza. El consejo del experto Amadé Perrig, que vive desde hace mucho tiempo en Zermatt, es esquiador e instructor retirado, y antiguo director de la estación. Ha subido al Matterhorn más de veinte veces. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Hotel Bahnhof es un hotel sencillo y económico muy conocido por los escaladores. Caro: El Mont Cervin Palace es un hotel de cinco estrellas clásico y con historia. Para comer Barato: Walliserkanne tiene un menú económico muy bueno. Gourmet: Prueba el Chez Heini para degustar un buen cordero rodeado de famosos. Mejor local para el apres-ski El Unique Hotel Post Zermatt tiene cinco bares, uno de ellos con música en directo. Mejor actividad para un día libre Visita el museo Matterhorn, donde conocerás la historia de la montaña, el primer ascenso y mucho más. El clásico de Zermatt “La pista National, es muy inclinada y se puede hacer carving,” explica Perrig.
Fotografía de Fotografía de Kurt Muller, Zermatt Tourismus
Perfecto para: Esquiadores duros que llevan la cinta aislante con orgullo (y principiantes que esperan hacer lo mismo algún día) Bozeman, capital de la aventura de las Rocosas del Norte de Canadá, es una vieja ciudad universitaria de Montana donde también hay vaqueros y esquiadores, camionetas y perros sin correa, y dos de las mejores montañas para esquiar de América. Más parecida a una ciudad obrera que al clásico pueblecito de esquí, en Bozeman los alojamientos caros y los restaurantes finos son la excepción, aunque existen algunas opciones de categoría y buenos cocineros. Pero tratándose de Bozeman, se puede ir en vaqueros a todas partes. No se visita este lugar por los restaurantes, sino para esquiar en las dos montañas salvajes de Montana. Bridger Bowl es el hermano pequeño desaliñado, una zona de esquí sin ánimo de lucro y sin edificar, a unos veinte minutos del centro y en la que se destetaron algunos de los primeros esquiadores extremos, como Scot Schmidt, Tom Jungst y Doug Coombs, que allí dieron sus primeros pasos. Los esquiadores más avezados acuden por The Ridge, un terreno al que se llega caminando y con un montón de descensos espeluznantes, y el nuevo remonte Schlasman que da acceso a una zona backcountry solo para expertos (se exigen transmisores para avalanchas en ambos). A una hora en coche hacia el sur, en la majestuosa sierra Madison, el Big Sky resort es el hermano mayor, sano y reluciente, una estación de esquí gigante que ofrece forfaits conjuntos para los remontes del Moonlight Basin, creando una de las zonas de esquí más grandes de América. El teleférico hasta la impresionante cumbre del Lone Peak, a tres mil cuatrocientos metros, te traslada hasta una zona estilo alpino de alta montaña. Esquiadores principiantes e intermedios encontrarán un montón de pistas en las dos, con Big Sky como opción de lujo y Bridger una opción de bajo coste sin zarandajas. El Parque Nacional de Yellowstone, a sesenta minutos en coche, también ofrece la posibilidad de practicar esquí cross-country y de ver animales. El consejo del experto Tom Jungst se mudó a Bozeman en 1977 para unirse al equipo de esquí de carreras de la Montana State University y pronto empezó a probar suerte en terrenos extremos de la zona, y ha aparecido en documentales clásicos de Warren Miller y Greg Stump. Hoy es educador, maquinista y diseñador de producto. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Blue Sky Motel, que tiene habitaciones de cuarenta dólares y admite perros por una suma extra Caro: El Gallatin Gateway Inn no es muy caro, pero es bonito, y desde allí es fácil llegar tanto a Big Sky como a Bridger. Para comer Barato: Watanabe, frente al instituto de Main Street, no sirve bebidas alcohólicas, pero sus noodles te ayudarán a entrar en calor tras una larga jornada de esquí. Gourmet: Starky’s Mejor local para el apres-ski Montana Ale Works es genial, pero el Rocking R Bar, recientemente reformado, también está muy bien. La Main Street está llena de sitios buenos. Mejor actividad para el día libre Recomendaría subir al cañón Hyalite. Lleva esquís de cross-country o raquetas de nieve, y disfruta de las cascadas heladas y las impresionantes cumbres. El clásico de Bozeman “Para mí un clásico sería subir al Bridger Ridge y bajar al Apron, preferiblemente desde la cumbre, y Hidden Gully”, dice Jungst. “En Big Sky, cualquier etapa en teleférico es fantástica dependiendo del tiempo, pero no hay nada mejor que un descenso por Lenin o Marx.”
Fotografía de Fotografía de Meg Haywood-Sullivan, Aurora
Perfecto para: Adictos a la adrenalina que prefieran las montañas grandes Mundialmente famosa como el lugar donde nació el esquí extremo (a menudo definido con un “si te caes te mueres”), Chamonix cuenta con algunas de las mejores pistas negras accesibles con remonte, incluyendo amplias zonas en las que no hace falta jugarse la vida. La población, situada en un valle cercano al punto donde se tocan Francia, Italia y Suiza, vive a la sombra de una de las cumbres más altas de los Alpes, el Mont Blanc, y rodeada por muchas otras montañas nevadas. Las callejuelas adoquinadas de Chamonix y sus zonas peatonales conforman un típico pueblo de montaña repleto de montañeros curtidos y turistas boquiabiertos. Esto es Francia, así que como cabría esperar hay mucha vida nocturna, y los alojamientos son variados y van desde hostales mugrientos hasta hoteles de lujo. Pero aquí lo que manda es la montaña. Los muchos remontes y teleféricos llevan hasta zonas tan abruptas y empinadas que muchos esquiadores querrán que los vuelvan a bajar. Con el forfait se puede acceder a las once zonas de esquí diseminadas por el valle. Si hay buena nieve, es posible hacer descensos verticales de más de dos mil setecientos metros. Los esquiadores y snowboarders que quieran salir vivos de allí deberían contratar a un guía local antes de salir fuera de pista, ya que se trata de la estación europea con más glaciares y grietas. El consejo del experto Aurélien Ducroz, ex miembro del equipo de esquí francés y actual campeón mundial de freeride, ha vivido toda su vida en Chamonix. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El recientemente renovado Hotel du Louvre está en el centro de la localidad. Caro: Le Hameau Albert en el centro de Chamonix es el único hotel de cinco estrellas. Para comer Barato: La Maison Moustache et Filles, un nuevo restaurante del centro, la dirige Charles “el Mostachos” y sus dos hijas, Maxime y Camille. Está decorado con una colección extraordinaria de esquís viejos. Gourmet: Le Cap Blanc, uno de los tres locales de Le Cap Horn, sirve un sushi delicioso. Mejor local para el apres-ski Chambre Neuf, un bar de influencia escandinava, tiene música en directo y el mejor ambiente de fiesta que se ha visto en el pueblo en muchos años. Mejor actividad para el día libre Chamonix es una verdadera ciudad, así que aunque no te guste esquiar tendrás muchas cosas que hacer, como visitar el Museo Alpino. El clásico de Chamonix La Vallée Blanche empieza en lo alto del Aiguille du Midi y recorre 16 kilómetros por encima de un glaciar en medio de unas montañas impresionantes.
Fotografía de Fotografía de Gerhard Heidorn, LAIF/REDUX
Perfecto para: Esquiadores con sentido estético que valoren el buen vino Con los impresionantes picos de las Dolomitas, que se alzan en todas direcciones como catedrales, las zonas de esquí que rodean Cortina son unas de las más bellas del mundo. Muchos de los enjoyados visitantes de la zona parecen estar peleando por ese mismo título. Corso Italia, la estación más cara de Italia, es una zona sin coches llena de peleteros, boutiques de diseño e italianos con gafas de sol más caras que cualquier esquí. Es un trocito de la Italia clásica de lo más divertido si quieres probar la dolce vita. La buena noticia es que allí la mayoría de la gente tiene más ganas de socializar que de esquiar, así que las pistas no están llenas (al menos para el estándar europeo). También se puede dormir y comer sin gastar demasiado, siempre que uno se mantenga alejado de ciertos locales. Aunque el paisaje es fascinante, el esquí en sí está demasiado diseminado, por lo que es útil tener un coche o contratar un taxi para sacar partido a la zona. Hay un bus lanzadera gratuito que conecta las zonas de esquí y que funciona continuamente durante las horas que están abiertos los remontes. Los principiantes y esquiadores de nivel medio se divertirán más que nadie en sus muchas pistas, cuidadas y hermosas (Socrepes y Mietres están dedicadas a niños y principiantes). Si no te importa ir en bus o taxi, los forfaits Dolomiti Superski dan acceso a una red de estaciones que llegan más allá de Cortina y ofrecen zonas para esquiadores avanzados. El consejo del experto Paolo D’Amico, instructor y guía, nació y creció en Cortina d’Ampezzo y fue el guía personal de Sylvester Stallone cuando visitó la zona para rodar Máximo riesgo. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Hotel Montana es barato, está en el centro, y cerca del campanario de la iglesia, así que podrás “oír cantar a las campanas”. Caro: En el Hotel de la Poste podrás conocer realmente el ambiente italiano. Para comer Barato: Con veinte euros puedes comer en Birreria Vienna, Pizzeria-Restorante —lo más barato que se puede encontrar en Cortina. Gourmet: Se puede ver todo el valle desde la terraza del Meloncino al Camineto. Mejor local para el apres-ski El favorito de Ernest Hemingway era la vinoteca Enoteca Cortina, donde una vez se pilló tal cogorza con un instructor al mediodía, que fue incapaz de volver a ponerse los esquís. Mejor actividad para el día libre A la italiana: pasa el día de compras y comiendo bien. El clásico de Cortina El Canalone Staunies solo abre cuando hace buen tiempo y las condiciones de la nieve son buenas. Es tan empinado y con tanto hielo que allí han muerto varias personas. Por supuesto, es atractivo por su belleza y su dificultad. Mucha gente visita Cortina solo para esquiar en esa pista de altura, en medio de docenas de cumbres de las Dolomitas.
Fotografía de Fotografía de Patitucci Photo
Perfecto para: Familias y grupos formados por esquiadores de distintos niveles. Whitefish, antiguo pueblo del ferrocarril y de leñadores con seis mil habitantes situado cerca del Parque Nacional de los Glaciares, lleva más de medio siglo sin hacer ruido, ofreciendo unas pistas sencillas al estilo Montana. A pesar de la reciente llegada de coches de lujo y abrigos de piel, el pueblo ha conservado ese carácter tosco tan atractivo. El recientemente renombrado Whitefish Mountain Resort, antes llamado Big Mountain, destaca entre los bares y restaurantes del centro de este pueblo de estilo cowboy, que cuenta con una estación de tren de mucha historia. El quince por ciento de quienes visitan Whitefish en invierno llegan en tren y se montan después en el servicio gratuito de lanzadera que lleva a la montaña –es fácil viajar hasta aquí sin coche. Las pistas de esquí son realmente buenas para familias, tienen una buena zona para principiantes y muchas otras pistas largas y abiertas donde esquiadores y snowboarders de todos los niveles pueden demostrar de lo que son capaces. Un quad de alta velocidad sube hasta la cumbre, que a menudo está rodeada de nubes y salpicada de fuertes árboles blancos conocidos como “fantasmas de nieve”. Existe la posibilidad de esquiar entre los árboles. Los expertos encontrarán amplias bolsas de terreno profundo y de mucho desnivel, y en la cara norte, menos frecuentada, muchas zonas donde esquiar entre los árboles. Las pistas casi nunca están llenas. En días despejados, las vistas del glaciar desde la cafetería Summit House son impresionantes. El consejo del experto Ryan Friel, pistero y guía de pesca con mosca, vive desde hace diecisiete años en Whitefish y es uno de los fundadores de la revista literaria Whitefish Review. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Hibernation House, en la estación, es baratísimo e incluye el desayuno. Caro: The Lodge at Whitefish Lake ofrece patinaje sobre hielo en el lago y un jacuzzi al aire libre con vistas a la montaña. Para comer Barato: En el Buffalo Cafe se puede compartir cualquiera de los pasteles de búfalo (una delicia para el desayuno con patatas, cebolla, jamón, queso y huevos que no lleva carne de búfalo), y quedar bien saciado. Gourmet: El Tupelo Grille tiene un fantástico menú para cenar: pollo con buñuelos, una gran selección de vinos y un pudding de pan que nadie debería perderse. Mejor local para el apres-ski No te pierdas el estilo local del Bierstube, en la montaña: buena comida de bar, bebidas baratas y el ambiente típico del apres. Mejor actividad para el día libre Sal de compras por el centro peatonal de Whitefish, lleno de vida, y haz una visita a la Great Northerns Brewery. El clásico de Whitefish Las pisapistas que cuidan de Inspiration y Big Ravine las hacen perfectas para volar. Los esquiadores avanzados deben ir a East Rim y Picture Chutes.
Fotografía de Fotografía de Noah Clayton, Tetra Images/Alamy
Perfecto para: Familias que quieran criar al próximo campeón del mundo de freeskiing Al igual que sus hermanas de Colorado (Aspen y Telluride), la estación Crested Butte está en un antiguo pueblo minero muy remoto, lleno de edificios históricos y situado en un paraje excepcional. Sin embargo, esta estación tiene un carácter contracultural que difiere del de las otras estaciones, más “pijas”: es más sabroso, más funky, y se ven más relojes con altímetro que Rolex. Hay restaurantes en pequeñas cabañas de madera, y edificios cubiertos de viejas placas de matrícula, y los autobuses gratuitos que llevan hasta las pistas están decorados por artistas del pueblo. No tiene establecimientos de cadenas comerciales, y con su población de solo 1487 habitantes, las compras están un poco limitadas. Pero de eso se trata. Nadie viene aquí para hacer compras ni para dejarse ver, aquí se viene a esquiar y a disfrutar de las Montañas Elk y de una de las estaciones más eclécticas y aventureras de las Rocosas. Crested Butte Mountain Resort está a unos cuatro kilómetros carretera arriba, y en la base, que forma parte del pueblo de Mt. Crested Butte, hay hoteles y apartamentos muy bien situados. Existen muchas pistas dedicadas a principiantes y a niños en la parte más baja de la montaña, así como una variedad razonable de azules a media altura, pero lo que hace que la montaña sea lugar de culto es la cara norte y el propio pico de Crested Butte, donde hay zonas para expertos como Teocally Bowl. Crested Butte fue una estación pionera en el esquí de aventura, montando remontes específicos para acceder a terrenos avanzado y sin tratar, y su terreno está repleto de corredores y acantilados impresionantes, que no puede superar ningún otro del país. Por algo un montón de competiciones de snowboard y esquí extremos se celebran allí. La escuela de esquí también ofrece clases de esquí especiales para intermedios que quieran llegar a expertos. El consejo del experto Una de las primeras esquiadoras extremas, Wendy Fisher, que ha sido olímpica, es miembro del equipo de esquí estadounidense desde hace siete años y doble campeona mundial de esquí extremo. Vive en Crested Butte desde 1996 y actualmente es embajadora del Crested Butte Mountain Resort, donde imparte clinics y clases privadas. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Crested Butte International Lodge & Hostel Caro: The Lodge, en Mountaineer Square Para comer Barato: Teocalli Tamale Gourmet: Soupçon Bistro Mejor local para el apres-ski En la estación sería el Avalanche Bar & Grill; en el centro, Talk of the Town Mejor actividad para el día libre Hacer una excursión en trineo de perros con Lucky Cat Dog Farm, o aprender a conducir un Snowcat en circuito cerrado. El clásico de Crested Butte “En pistas sin tratar, yo pensaría en Spellbound o Phoenix, en la cara norte”, dice Fisher. “En pistas pisadas, sin duda es International.”
Fotografía de Fotografía de Adam Clark, Aurora/Getty Images
Perfecto para: Gente con dinero y ganas de figurar, y perseguidores de famosos que valoren el esquí de primer nivel Aspen sigue siendo la estación de esquí de Norteamérica con la que se comparan todas las demás —y uno de los pocos lugares que consigue ser al mismo tiempo moderno y clásico. En esta estación repleta de galerías y boutiques y cafeterías y restaurantes gourmet es donde los actores se codean con los atletas olímpicos, y donde nunca pasan de moda los abrigos de piel hasta los pies. No hay duda de que es un sitio ostentoso, tanto como para hacer vomitar a cualquier esquiador intenso de los que llevan parches en el Gore-Tex, pero también es probablemente el pueblo de montaña no europeo más sofisticado. Las pistas para esquiar y hacer snow tampoco están mal. De hecho, son igual de buenas que todas las de Colorado, con cuatro zonas separadas en un radio de quince kilómetros que atiende a todos los gustos y niveles. Aspen Mountain es territorio de expertos (tiene cero pistas verdes) y una de las zonas con más desnivel de Colorado. Baja directo hasta el centro. Snowmass es la montaña con la segunda vertical más importante de los Estados Unidos (aunque no es siempre esquiable). Aspen Highlands es el favorito de la gente de allí, y cuenta con las pistas más empinadas de las cuatro zonas. Buttermilk, con sus amplias pistas verdes y su innovadora escuela de esquí, es perfecta para principiantes. Los forfaits sirven para las cuatro montañas, bien comunicadas entre sí y desde Aspen por autobuses gratuitos. El consejo del experto Christy Mahon reside desde hace mucho en Aspen y fue la primera mujer en esquiar en todas las cumbres de más de cuatro mil metros de Colorado. Trabaja como Directora de Desarrollo del Centro de estudios medioambientales de Aspen. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Tyrolean Lodge de Main Street fue construido por una familia legendaria de la localidad y tiene habitaciones reformadas con decoración de esquís vintage y los mejores precios del pueblo. Caro: El Hotel Jerome personifica la historia de Aspen. Para comer Barato: El 520 Grill, dos esquiadores y cocineros de Aspen sirven hamburguesas sanas, bocatas creativos y ensaladas. Gourmet: Desde hace veinticuatro años, Cache Cache es el punto de referencia de la cocina de estilo francés más sofisticada de Aspen, y tiene un ambiente increíble lleno de energía. Mejor local para el apres-ski A pocos pasos de las cabinas, Ajax Tavern te invita a entrar con su olor a patatas fritas a la trufa y su estiloso patio. Mejor actividad para el día libre Da un paseo por la ruta Río Grande junto al río Roaring Fork para visitar la reserva natural de Hallam Lake, que tiene diez hectáreas y forma parte del Centro de Estudios Medioambientales de Aspen. Después visita la exposición de arte contemporáneo del Museo de Arte de Aspen. El clásico de Aspen La larga ladera de Bell Mountain disfruta del sol de última hora de la tarde y es el punto perfecto para poner punto final a la jornada de esquí.
Fotografía de Fotografía de Gordon Wiltsie, National Geographic
Perfecto para: Fanáticos de la nieve polvo con muchos puntos de aerolínea para volar gratis, y que disfruten del sushi y las aguas termales Gracias a los ciclos tormentosos casi constantes que salen de la cercana Siberia, las montañas de la isla japonesa de Hokkaido son mundialmente famosas por tener una nieve polvo de las más ligeras y constantes del mundo. Niseko es la estación más importante, una amalgama de cuatro estaciones independientes e interconectadas que rodean el monte Niseko Annupuri, de 1300 metros (esquiables con una misma entrada). Con la sorprendente media de quince metros de nieve al año, en Niseko Annupuri hay powder fresca la mayor parte de los días, y tiene cantidad de zonas fuera pista poco frecuentadas (los japoneses, sorprendentemente, no han desarrollado todavía una gran adicción a la nieve polvo). El pueblo de Niseko, con 4.685 habitantes, está a pocos kilómetros de las bases de las cuatro zonas y tiene un ambiente relajado y docenas de onsen (o baños termales) donde poder disfrutar después de esquiar. El esquí nocturno es muy popular, y unas inmensas luces como las de un estadio iluminan 780 metros esquiables. Las bajadas por nieve polvo a través de un bosque iluminado son la especialidad de Niseko. Como es habitual que haya un fuerte viento en la montaña, sus bosques de abedules suelen ser los mejores sitios donde practicar esquí y snowboard. El consejo del experto El canadiense Clayton Kernaghan visitó Niseko hace trece años y ya nunca se marchó. Ahora dirige Black Diamond Lodge and Tours, que ofrece alojamiento en la estación y guías para esquiar en la zona. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Powder Lodge es el alojamiento más barato. Es muy básico. Caro: El Vale Niseko es uno de los mejor ubicados de la zona, directo a los remontes. Para comer Barato: Seico Mart, el supermercado. Podrá parecer de locos, pero la comida de los supermercados de allí es buenísima. Es fresca y barata. Gourmet: A-Bu-Cha ofrece comida japonesa tradicional buenísima. Prueba el salmón miso. Mejor local para el apres-ski En el Gyu+Bar, alias "el bar de la nevera", pinchan vinilos y sirven buenos whiskys. La entrada es literalmente la puerta de una nevera. Mejor actividad para el día libre Haz el viaje de dos horas y media en tren hasta Sapporo, la ciudad más grande de Hokkaido. El clásico de Niseko Sube en telesilla hasta la cumbre de Hanazono y entra por la puerta cuatro o la cinco, y déjate caer por la Rob Roy, después la Jackson, hasta terminar en la falda de la montaña. Es una pista de powder.
Fotografía de Fotografía de Robert Gilhooly, Alamy
Perfecto para: Parejas con nivel intermedio y que busquen algo cosmopolita Un clásico pueblo medieval reconvertido en estación de esquí mundialmente famosa, así es el glamuroso Kitzbühel, en la región del Tirol, que más que un pueblo de verdad parece la ilustración de una caja de bombones. Pero no solo es real, sino que ofrece las pistas más panorámicas y largas de los Alpes, especialmente de tipo no extremo. El centro es muy romántico, con callejuelas adoquinadas y trineos tirados por caballos, pero cuando más animado está es sin duda por la noche, que es cuando los bares y clubs suben el volumen. Un telecabina sale directamente del centro hacia la montaña, que cuenta con una inmensa red de remontes, telesillas y demás en todas direcciones, que brindan la opción de visitar otras zonas y aldeas sin tener que quitarse los esquís o la tabla. El ambiente pijo del pueblo también llega hasta las pistas, donde hay varios restaurantes con aspecto de cabaña de montaña. Aunque Kitzbühel tiene fama por su famosa pista de carreras Hahnenkamm, la más espectacular y peligrosa del circuito del Mundial, esto no es Chamonix. Los esquiadores de nivel intermedio que busquen pistas largas serán los que más disfruten de la estación. Pero comprueba el tiempo antes de ir, porque la zona está a poca altura y en los años de poca nieve puede haber mala cobertura en las pistas más bajas. El consejo del experto Pepi Treichl, instructora de esquí y guía, ha vivido siempre en Kitzbühel. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Hof Unterleiten es una granja con alojamientos tradicionales. Caro: El Grand Tirolia Kitzbühel es un hotel de lujo con un inmenso spa. Para comer Barato: El Huber Bräu Stüberl ofrece cocina casera con raciones abundantes de los platos clásicos de Austria. Caro: El Schwarzer Adler de Jochberg, con el reconocido chef Andreas Wahrstätter y su refinada filosofía “de la granja a la mesa”, ofrece una comida deliciosa en una casa de huéspedes histórica. Mejor local para el apres-ski El Hahnenkamm Pavillon Mejor actividad para el día libre Visita el museo del lugar y explora el centro de la localidad. El clásico de Kitbühel La pista Streif del Hahnenkamm, donde se celebra cada enero una de las carreras de la Copa del Mundo
Fotografía de Fotografía por cortesía de Kitzbuhel Tourismus
Perfecto para: Adictos a múltiples deportes y aficionados a la cerveza artesana Bend, la localidad más grande de esta lista, es un paraíso de la aventura que no para de crecer. Tiene más de 76.000 habitantes y está en el centro de Oregón, y cuenta con el mejor dominio esquiable de la zona, Mount Bachelor, a 35 kilómetros montaña arriba. Si alguna vez has soñado con esquiar en el noroeste del Pacífico, Bachelor es el tipo de montaña que imaginabas. Se trata de un estratovolcán de dos mil setecientos metros rodeado de telesillas de alta velocidad y esquiable en todas las laderas, una zona inmensa y variada que, al estar en la zona más seca de las Cascades, tiene una nieve más ligera que la típica del Pacífico que cubre la mayor parte de las montañas de la región. Hay pistas de nivel principiante e intermedio dispersas por todo Bachelor, y algunas de las pistas pisadas son de primer nivel. Sin embargo, los expertos son los que más jugo sacarán a esta montaña, que tiene más del sesenta por ciento del terreno calificado como negro o negro con rombos. Desde la cima, los esquiadores y snowboarders más aventureros pueden saltar cornisas en el interior del cráter abierto, o pasarse a la zona de pistas negras con rombos abiertas estilo fuera pista. La zona freestyle es excelente, con dos halfpipes y un terrain park de kilómetro y medio de largo. Aunque tal vez a Bend le falte ese ambiente acogedor de los pequeños pueblos de esquí, lo compensa con alojamientos para todos los bolsillos, una estupenda selección de restaurantes modernos, y nueve pequeñas fábricas de cerveza artesana, todas en el centro (por algo lo llaman el “Beervana”). Los remontes de Bachelor abren hasta finales de mayo, así que si vienes a finales del invierno podrás esquiar por la mañana y hacer excursiones o mountain bike por las tardes, en el valle. El consejo del experto Gerry Lopez es un hawaiano que lleva veinte años en Bend, y es uno de los surfistas más famosos del mundo, además de fabricante de tablas, escritor y orador motivacional. También practica snowboard, y de hecho se mudó aquí por el snowpark. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Rainbow Motel Caro: Las Mountain Suites del Oxford Hotel Para comer Barato: Parilla Grill Gourmet: The Blacksmith Restaurant Mejor local para el apres-ski Deschutes Brewery Mejor actividad para el día libre Ir de compras al Old Mill District o hacer yoga en uno de los muchos buenos estudios de Bend. El clásico de Bend La pista Thunderbird, con el telesilla Pine Marten Express
Fotografía de Fotografía de Chase Jarvis, Corbis
Perfecto para: Esquiadores y snowboarders que busquen un ambiente europeo sin tener que cruzar el charco. Tremblant es una de las mejores estaciones del este de Canadá, con un pueblecito planificado que parece sacado de Europa —o al menos del barrio viejo de Quebec. El primer remonte abrió en 1939, convirtiendo a Tremblant en una de las primeras zonas esquiables de Norteamérica, aunque el pueblecito inspirado en los Alpes franceses del siglo XVIII no se construyó hasta la década de 1990. Por suerte, se hizo bien, y hay multitud de hoteles, pastelerías y bistros en edificios coloristas ubicados en callejuelas y plazas adoquinadas. Los aparcamientos subterráneos permiten que todo el pueblo sea peatonal, creando un entorno de lo más acogedor. La localidad original de Mont-Tremblant, a solo cinco kilómetros de la montaña, ofrece una experiencia más suave. Sus hoteles, hostales y restaurantes son una buena opción para quienes prefieran alejarse del ambiente bullicioso de la estación, que tiene un toque de parque Disney. La estación en sí ofrece unos respetables 645 metros de vertical esquiable, con noventa y cinco pistas en las cuatro laderas, lo que permite ir siguiendo el sol a lo largo del día. Y esto está muy bien, porque la temperatura invernal en esta zona tan al norte puede ser extremadamente fría. Las dos telecabinas de la montaña también ayudan. No suele haber nieve polvo, pero las pistas se pisan con frecuencia y no hay que preocuparse por la formación de hielo. El consejo del experto Donald Lacasse lleva veinticinco años en Tremblant, es profesor de esquí desde hace veinticuatro, y dirige la escuela de esquí de Tremblant desde 2007. Para dormir Económico: Albergue juvenil HI-Mont-Tremblant, en el pueblo viejo Caro: El Fairmount Hotel, junto a las pistas Para comer Barato: Chez Lorraine en el pueblo viejo Gourmet: Aux Truffes en la estación Mejor local para el apres-ski Le P’tit Caribou Mejor actividad para el día libre El Scandinave Spa Mont Tremblant, y compras por el pueblo El clásico de Tremblant La Expo, 350 metros verticales de puro placer
Fotografía de Fotografía de Jon Arnold Images/Alamy
Perfecto para: Esquiadores y snowboarders amantes del arte que disfruten de las pistas empinadas y el chile En el mundo de las estaciones clásicas, Taos es una joya. En su origen fue un pueblo del desierto, situado a los pies de la Sierra de la Sangre de Cristo, al norte de Nuevo México, pero a principios del siglo XX se instalaron en él muchos artistas y escritores, atraídos por la cultura nativa e hispana, su hermoso paisaje, y los trescientos días de sol al año. En 1955, un inmigrante alemán llamado Ernie Blake fundó el Taos Ski Valley, a treinta kilómetros del pueblo, en un estrecho valle rodeado de picos escarpados. Hoy, los chalets de estilo suizo de la base de la montaña exudan un carácter clásico europeo, mientras que el pueblo en sí tiene el ambiente de una colonia de artistas. La estación, todavía dirigida por la familia Blake, cuenta con algunas de las mejores pistas de alta inclinación de los Estados Unidos, con una nieve polvo que en ligereza compite con la de Utah. Se pueden esquiar pistas doble diamante, de arriba abajo. El terreno más complicado ―y las mejores pistas de nieve polvo― están en las zonas de West Basin y Highline, a las que hay que llegar caminando, y en el punto más alto de la zona, el pico Kachina, de 3.800 metros (antes de intentar subir, consulta a los pisteros). En Taos se encuentra una de las escuelas de esquí mejor consideradas del país, tanto para principiantes como para quienes ya tengan nivel avanzado, y es de agradecer, porque el terreno es exigente. No hay remontes de alta velocidad, a tono con el ambiente casi místico y remoto de la montaña. La vida nocturna es limitada en este pueblo bohemio de 5.716 habitantes, pero hay muchas galerías de arte, cafeterías, y restaurantes nada caros que sirven una deliciosa comida típica de Nuevo México. El consejo del experto Rey Deveaux, pistero y experto en avalanchas de Taos, lleva más de cincuenta años esquiando allí. Además, es propietario y director de la tienda de bicis Gearing Up. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El sitio más barato y divertido es el Abominable Snowmansion. Caro: El Monte Sagrado es un hotel de cuatro estrellas ecológico —recicla el agua y genera parte de la energía que consume, con placas solares y un sistema geotérmico. Para comer Barato: En el Ranchos Plaza Grill se puede probar auténtica cocina de Nuevo México. El precio es moderado y está cerca de la Iglesia de San Francisco de Asís. El mejor sitio barato es el Taos Diner 1, en el extremo norte del pueblo. Gourmet: Sabroso Restaurant & Bar en Arroyo Seco tiene buena comida, buen servicio y buen ambiente. Mejor local para el apres-ski El Doc Martin's, en el Historic Taos Inn, tiene actuaciones nocturnas, una terraza exterior y la mejor mezcla de gente de la zona y foráneos. El mejor sitio para bailar es el Martini Tree Bar, en el Taos Ski Valley. Mejor actividad para el día libre Sal de excursión en coche al Pueblo de Taos, hogar de los nativos pueblo, una antigua tribu que sigue manteniendo sus costumbres tradicionales. Después puedes visitar el puente del Río Grande, uno de los más altos de los Estados Unidos, con vistas fascinantes a una geología espectacular. El clásico de Taos La pista más clásica de Taos, para expertos dispuestos a caminar diez minutos, es Stauffenberg, que lleva el nombre del oficial nazi que conspiró para asesinar a Hitler. Es un clásico descenso abrupto, con vistas impresionantes. Si prefieres algo más suave prueba la Honeysuckle, una larga pista pistada donde se puede disfrutar del sol y el paisaje.
Fotografía de Fotografía de Bud Force, Aurora
Perfecto para: Familias cinéfilas con distintos niveles esquiando Sede del equipo de esquí estadounidense, con tres estaciones y la ligerísima nieve polvo de Utah, Park City se ha establecido como uno de los mejores destinos de esquí de toda América. El pueblo surgió como puesto minero en el siglo XIX y creció rápidamente con el boom del turismo. Hoy, sus telesillas salen directamente del centro, donde atravesando el puente de los esquiadores se llega directamente a la Main Street, con una gran oferta de restaurantes, tiendas y galerías de arte. El ambiente nocturno de Park City es el más sofisticado y vivo del estado (abundan el jazz y los martinis). Allí se celebra cada enero el Festival de Cine de Sundance, cuando la ciudad se llena de estrellas y se prohíbe el acceso en coche. Por suerte, se puede llegar aquí sin coche, gracias al servicio de autobuses desde el aeropuerto de Salt Lake City (a 45 minutos) y los buses gratuitos a las estaciones. El Park City Mountain Resort es la opción más central: se puede llegar desde el centro, tiene cuatro terrain parks para snowboarders y freestylers, esquí nocturno, una escuela de esquí a la última, y unas pistas muy equilibradas que van desde pistas suaves para principiantes hasta bowls de nieve polvo que rivalizan con las zonas Alta y Snowbird, de las montañas Wasatch. El Deear Valley, a solo un par de kilómetros, es carísimo. El número de esquiadores está limitado, las pistas están escrupulosamente cuidadas, los restaurantes de la estación son gourmet, y no se permiten tablas de snow (y por supuesto no hay terrain park). The Canyoons, a seis kilómetros del centro, es la estación más nueva, que ha crecido rápidamente y se ha convertido en una de la zonas esquiables más grandes de Utah. Lo más impresionante es que cada uno de los dominios de Park City ofrece cien pistas o más, un montón de remontes de alta velocidad, y unos mil metros de vertical. El consejo del experto Dori Pratt, artista y pintora, creció esquiando en Park City y es instructora de esquí en Deer Valley y Park City desde 1980. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Chateau Apres en Park City tiene habitaciones privadas y alojamiento tipo albergue. Caro: Montage Deer Valley, a media altura de la estación Para comer Barato: El Chubasco, en Park City Gourmet: El Mariposa, en la montaña de Deer Valley Mejor local para el apres-ski Para el ápres, prueba el Legends Bar del Legacy Lodge, en el Park City Mountain Resort, y para la noche pásate por el No Name Saloon & Grill, en la Main Street. Mejor actividad para el día libre Visita el Museo de Park City o disfruta de una de las pelis de Sundance. El clásico de Park City Park City Mountain Resort: PayDay; Deer Valley: Perseverance
Fotografía de Fotografía de Justin Olsen, Canyons Resort
Perfecto para: Familias con niños que aspiren a campeones del esquí o el snow; también campeones del esquí o el snow En Sierra Nevada, al norte del lago Tahoe, entre Reno y South Lake Tahoe, está el antiguo pueblo del ferrocarril de Truckee, que ahora se ha convertido en una meca del esquí con ocho zonas diferentes en un radio de 25 kilómetros. El primer remonte que existió en los Estados Unidos fue precisamente uno instalado aquí en 1910, que funcionaba a vapor. Hoy, el pueblo sigue conservando su carácter del Viejo Oeste, con pasarelas de madera en el centro histórico y una estación de tren, también de madera, que todavía sigue funcionando (trenes Amtrack dos veces al día) Su población es de 16.180 habitantes, y va en aumento, pero esta localidad relajado ha conseguido escapar de los oropeles del resto de las estaciones del área de Tahoe. Aquí es donde vive la gente de la zona. Y es fácil entender por qué la gente decide vivir allí si tenemos en cuenta que muchas de sus zonas de esquí tienen una precipitación media anual de las más altas del país –más de una de las zonas mantiene los remontes funcionando hasta principios de julio. El Squaw Valley, famoso por su terreno extremo y por aparecer en muchos documentales sobre esquí, es la montaña número uno de Truckee, con seis picos, un superpipe, y un montón de gente con gafas de espejo y mechas rubias. Por algo le llaman “Squallywood”. La estación se ha fusionado recientemente con la vecina Alpine Meadows ―la favorita de las familias― y cuando estén conectadas conformarán uno de los mayores dominios esquiables del país. Northstar, a diez kilómetros del pueblo, es un paraíso para esquiadores de nivel intermedio; Sugar Bowl tiene descensos que rivalizan con los de Squaw, pero menos gente; Tahoe Donner, junto al pueblo, y la cercana Soda Springs, son perfectas para principiantes. El consejo del experto Daron Rahlves —cuatro veces olímpico, miembro del equipo nacional de esquí durante quince años, y actual embajador de Sugar Bowl— se mudó a Truckee con su familia a los 19 años, y ahora está criando allí a sus hijos. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El histórico Truckee Hotel Caro: El Resort de Squaw Creek está junto a las pistas de Squaw Para comer Barato: Tacos Jalisco, una taquería clásica Gourmet: Cottonwood Restaurant and Bar, en una antigua cabaña de esquiadores con vistas al centro Mejor local para el apres-ski Pastime Club. Mejor actividad para el día libre Da un paseo en trineo tirado por perros en Sugar Bowl, o salta al lago Tahoe. El clásico de Truckee La Rahlves' Run, en Sugar Bowl
Fotografía de Fotografía de Hank Devre, Squaw Valley
Perfecto para: Esquiadores y snowboarders que quieran todo a lo grande Whistler Blackcomb es la mega montaña de Norteamérica. Es una estación gigantesca de las montañas Costeras de la Columbia Británica situada a dos horas en coche del aeropuerto de Vancouver, y está compuesta por dos zonas adyacentes: Whistler y Blackcomb. De todas las estaciones de esquí del continente, es la que tiene más nieve, algunas de las caídas verticales más largas, los terrain parks más grandes, las pistas más empinadas, el mayor número de pistas, y el terreno más grande. En otras palabras: es inmensa. Las revistas especializadas la nombran siempre la mejor zona de esquí de Norteamérica. Y por eso está en esta lista, a pesar de que el “pueblo” de la base se creó después de la apertura de la estación en 1966 (Blackcomb abrió en 1980). Desde entonces ha crecido hasta ser una localidad resort que no tiene el encanto de un pueblecito histórico de montaña, pero no le falta emoción: cuenta con más de veinte mil plazas de alojamiento, tres mil trabajadores de temporada, y miles y miles de visitantes de todo el mundo. Existen otras zonas más tranquilas, pero Whistler Village es el epicentro. Su desarrollo estuvo bien planificado y cuenta con plazas y calles peatonales rebosantes de apartamentos, restaurantes y clubs, y se puede coger el teleférico directamente en el centro. Tanta popularidad, como es lógico, tiene un precio. Todo es caro, las colas pueden ser largas, y para cenar siempre hace falta reservar. Pero, con 33 kilómetros cuadrados esquiables y unos mil quinientos metros de vertical (en cada una de las dos montañas), casi todo el mundo está demasiado rebosante de endorfinas como para quejarse. El consejo del experto Leslie Anthony es uno de los mejores periodistas especializados del mundo, y autor de White Planet: A Mad Dash Through Modern Global Ski Culture. Llegó a Whistler en 1999, atraído por su terreno alpino helado, su eterna nieve polvo, su ambiente de gran ciudad y el hecho de que era el centro del universo del freeski. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Si no quieres alojarte en un hostal (hay varios), el Aava Whistler Hotel es lo mejor. Caro: Fairmont Chateau Whistler Para comer Barato: Pasta Lupino Gourmet: Umberto's Trattoria Mejor local para el apres-ski Hay tres bases separadas, así que ahí va uno en cada zona: Dusty's Bar & BBQ en Creekside, GLC en Whistler Village, y Merlin's Bar & Grill en Blackcomb. Mejor actividad para el día libre Jugar al bobsleigh, el parque de snow tubing, o el Scandinave Spa Whistler. El clásico de Whistler Blackcomb La pista Blackcomb Glacier, en la montaña Blackcomb, o la Peak to Creek de Whistler.
Fotografía de Fotografía de Blake Jorgenson, Aurora/Alamy
Perfecto para: Familias a las que les interese la historia del nordeste estadounidense North Conway es menos conocida que la mayoría de las localidades de la lista, pero pocos pueblos de Norteamérica tienen un patrimonio más rico en cuanto a esquí. Ya en la década de 1930 se desarrollaron allí, en el valle Monte Washington de las Montañas Blancas, algunas de las primeras pistas del continente, y muchas otras innovaciones como pisapistas, remontes y escuelas de esquí. North Conway fue uno de los faros del esquí estadounidense durante décadas, antes de que surgieran las estaciones de la zona oeste. Gran parte de ese carácter típico de Nueva Inglaterra sobrevive aún hoy en este pueblo de 2.349 habitantes en el que el esquí es parte imprescindible de su tejido social. Tal vez esto tenga que ver con que haya siete zonas esquiables distintas a poca distancia del pueblo. Quienes vienen de fuera suelen centrarse en tres de ellas. Cranmore está a tres kilómetros del pueblo. Es un punto de partida perfecto para familias, ya que cuenta con una escuela de esquí muy apreciada y un montón de actividades adicionales, como tenis, escalada o tubing, y una fantástica montaña rusa. Attitash, a once kilómetros valle arriba, es la más grande, con 73 pistas y el mejor terrain park de la región. A media hora en coche está la más alta de las tres montañas, Wildcat, sin alardes y perfecta para expertos, con la mayor vertical y unas vistas espectaculares del Monte Washington, la montaña más alta del nordeste. Wildcat y Attitash tienen los mismos propietarios y con la misma entrada se puede acceder a las dos, así que si hace mal tiempo en Wildcat, algo bastante frecuente, puedes pasarte a Attitash, que está más protegida. El consejo del experto Tom Eastman, historiador de esquí y periodista del Conway Daily Sun, vive en North Conway desde hace 30 años. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: The Yankee Clipper Inn Caro: White Mountain Hotel & Resort Para comer Barato: Horsefeathers es genial para las familias, con pizza, pasta y marisco. Gourmet: El Maestro’s ofrece una cocina italiana deliciosa. Mejor local para el apres-ski El Red Parka Steakhouse & Pub lo frecuentan los esquiadores y tiene música en directo los viernes y sábados, y micro abierto los lunes. Mejor actividad para el día libre Visita el Mount Washington Observatory Weather Discovery Center, justo en la Main Street, donde los niños podrán aprender sobre meteorología y los fortísimos vientos que se registran en la cima. Después acércate al Bed and Breakfast Farm by the River, para dar un paseo en trineo. El clásico de North Conway La Lynx Trail de Wildcat es larguísima y serpenteante, y cuenta con unas vistas inmejorables de Tuckerman Ravine y el Monte Washington.
Fotografía de Fotografía de Greg Keeler, Cannon Mountain
Perfecto para: Esquiadores y snowboarders fuertes, de todos los niveles, que disfruten de las vistas, los paisajes salvajes y de tener muflones en la puerta de casa Banff, el único pueblo de la lista situado dentro de un parque nacional, también es, curiosamente, el más cosmopolita. Siempre lleno de visitantes de todos los continentes, su centro es un compendio de restaurantes internacionales, tiendas para turistas y museos, todo rodeado de varios picos nevados que se recortan contra el cielo. Es uno de los pocos sitios del mundo en los que uno puede salir de un club de moda, y a dos manzanas encontrarse con un alce pastando (en serio, no te despistes, están por todas partes). Los hoteles históricos y las fuentes termales aportan un toque de lujo de frontera. Hay seis estaciones de esquí a una distancia de cincuenta minutos en coche, todas esquiables con un único forfait. Las pistas de la pequeña pero empinada estación Mount Norquay, en la que están los telesillas más antiguos de Norteamérica, se ven desde el pueblo. Sunshine Village es un poco más grande y completa, pero no te dejes engañar por el nombre, no es un pueblo, y tampoco especialmente soleada. Se encuentra en la Gran Divisoria y tiene la nieve más fiable de la zona. Además, cuenta con una zona para freeride llamada Delirium Drive, que tiene un terreno abrupto y empinadísimo de los que no se suelen encontrar en las estaciones (necesarios transmisores, palas e ir en pareja). Lake Louis es la segunda estación más grande de Canadá (detrás de Whistler), y una de las más bonitas del mundo en cuanto a vistas y paisajes. Hay lanzaderas desde el centro a las tres estaciones. En invierno la temperatura es fría, ve preparado. El consejo del experto David Spence ha vivido siempre en Banff, es ex instructor de esquí de carreras, y se describe como “un loco profesional del esquí”. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Banff Aspen Lodge tiene muy buenos precios y desayuno gratuito para esquiadores. Caro: Fairmont Banff Springs Hotel: en invierno es temporada baja en Banff, así que puedes alojarte en este hotel de cinco estrellas a precio de tres. Para comer Barato: El Tommy's Neighbourhood Pub es el mejor local donde tomarse una cerveza y una hamburguesa. Gourmet: El Castello's Ristorante, en Fairmont Banff Springs, sirve el mejor cordero de la ciudad. Mejor local para el apres-ski Centro de Banff. Con más de treinta bares y restaurantes, Banff es el tipo de sitio donde se va de bar en bar. Todos son diferentes y están muy cerca unos de otros. Mejor actividad para el día libre La excursión Ice Walk de Discover Banff Tours es genial para pasar un día, no te la pierdas. El clásico de Banff El Bye Bye Bowl de Sunshine Village es muy abierto y tiene unas vistas inmejorables.
Fotografía de Fotografía de Jake Bauer, Ski Banff-Lake-Louise-Sunshine
Perfecto para: Familias que sueñen con criar al próximo Bode Miller Aunque cuenta con una de las estaciones más grandes y famosas de Colorado, la localidad de Steamboat Springs, de 12.088 habitantes, tiene un carácter único dentro del estado. El norte de Colorado es una zona de ranchos, y Steamboat sigue siendo un auténtico pueblo de vaqueros que ha evolucionado hasta convertirse también en uno de los destinos de esquí más importantes del país. Aquí no hay tiendecitas monas con escaparates llamativos, pero está la Howelsen Hill, una estación municipal que funciona desde hace muchísimo tiempo y en la que entrena el Club de Deportes de Invierno (cuenta con siete plataformas de saltos de madera). Además, en febrero se celebra un Carnaval de Invierno en el que la calle principal se llena de nieve para distintas competiciones relacionadas con el esquí, animadas por la banda del instituto, que desfila también sobre esquís. A seis kilómetros, sobre el valle del río Yampa, está la estación Steamboat Ski Resort, con multitud de pistas diseminadas por seis cumbres. Aunque tiene menos zonas para expertos que otras estaciones de Colorado, lo que sí tiene Steamboat es una nieve polvo ligera y única, esquí entre árboles de primer nivel, y la posibilidad de hacer snow entre interminables bosques de álamos. La escuela de esquí es una de las mejores del país, y Steamboat asegura haber producido 79 esquiadores y snowboarders olímpicos, más que ninguna otra estación de América. El consejo del experto Billy Kidd, leyenda del esquí de competición y director de esquí de Steamboat, fue el primer estadounidense que consiguió medalla olímpica en esquí ―plata en 1964. (Su compañero de equipo Jimmie Heuga consiguió el bronce en la misma especialidad.) Tiene 68 años, pero asegura que esquía como si tuviera 67. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El motel Rabbit Ears está justo en el centro y enfrente de las aguas termales. Caro: El Sheraton está literalmente a unos metros de la telecabina. Para comer Barato: El Slopeside Grill, en la falda de la estación, es perfecto para hamburguesas, pizza o una cerveza. Gourmet: Harwigs L'Apogeé, en el centro, tiene una carta de vinos muy buena. Mejor local para el apres-ski El Tugboat es el favorito de la gente de la zona, y allí se suelen reunir los pisteros al final de la jornada. Hay música en directo Mejor actividad para el día libre Es casi la única estación de esquí de América que tiene aguas termales en la falda de la montaña. En el pueblo, estas aguas llenan una piscina con toboganes muy divertida para los niños. El Strawberry Park es un manantial termal natural a ocho kilómetros del centro donde se pueden alquilar cabañas de madera. El clásico de Steamboat “Cuando hay powder, mi zona favorita es Shadows, que está alta, entre árboles. Al principio no hay, pero después entras en un bosque de pinos, y después de álamos”, explica Kidd. “Los de nivel bajo e intermedio no suben allí, así que la nieve polvo aguanta mucho. Además, mira al oeste, así que si la esquías por las tardes tienes esa luz que tanto les gusta a los fotógrafos”.
Fotografía de Fotografía de Larry Pierce, Steamboat Ski Resort
Perfecto para: Esquiadores de grandes pulmones que valoran el buen vino y la buena vida de montaña Remoto y de una belleza inagotable, Telluride podría ser el pueblo de esquiadores más pintoresco de Norteamérica. Es una localidad surgida de la minería de plata de la época victoriana, asentada en el fondo de un cañón de las Montañas de San Juan, al sudoeste de Colorado. Las empinadas pistas de la estación de esquí llegan casi a los límites de la zona histórica de la localidad, donde un teleférico recoge a los esquiadores para subirlos unos mil doscientos metros en vertical mientras disfrutan de unas vistas increíbles. En el pueblo, de 2.325 habitantes, hay solo doce manzanas de edificios y no hay semáforos ni neones, y el ambiente mezcla buenos vinos y bares animados con una sólida cultura de montaña. La población está a 2.680 metros sobre el nivel del mar, y los remontes llegan a los 3.800, así que tal vez tengas que adaptarte. Aunque la estación tiene fama de tener pistas abruptas y con saltos (que las tiene), también cuenta con zonas para principiantes y pistas amplias, en un entorno alpino que hace que incluso los novatos se sientan como héroes. Todo esto, alrededor de su moderna y lujosa Mountain Village. Los expertos encontrarán saltos, tubos y baches en todos los rincones de la estación, y los que estén dispuestos a caminar podrán acceder a dos de las zonas más extremas dentro de una estación: Black Iron Bowl, y el Palmyra Peak, de 4.038 metros. Se puede contratar esquí con helicóptero en la Mountain Village, y el San Juan Hut System ofrece albergues y rutas de varios días para aficionados al backcountry. El consejo del experto Rob Story, viajero y escritor de aventura, ha esquiado en trece países de los seis continentes y en 75 estaciones de Norteamérica. Cuando dejó su puesto de editor senior en la revista Powder en 1998, sabía exactamente a dónde se quería ir a vivir: a Telluride. Es autor de Telluride Storys. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Mountainside Inn es sencillo, pero está a pie de pistas. Caro: El Peaks Resort tiene una gran terraza para el après, y un spa. Para comer Barato: Oak, barbacoas al lado de la base del teleférico Gourmet: La Marmotte es un fabuloso restaurante francés situado en el antiguo almacén de hielo del pueblo. Mejor local para el apres-ski El Historic Bar del Sheridan es el más antiguo del pueblo. Mejor actividad para el día libre Caminar hacia el norte por la calle Aspen. Cuando llegues a donde se transforma en un camino de tierra, sigue adelante y llegarás a la preciosa cascada Cornet, una cascada de 25 metros en un pequeño cañón de roca roja. El clásico de Telluride “Plunge, porque en las zonas de más pendiente verás debajo de ti nuestro pueblecito, tan antiguo y tan lindo,” dice Story.
Fotografía de Fotografía de Tony Demin, Corbis
Perfecto para: Esquiadores avanzados que quieran probar el baile country en línea El gigante del esquí en Estados Unidos —si sueñas con montañas inmensas y laderas con mucha pendiente cubiertas de nieve polvo, Jackson Hole es la tierra prometida. La localidad de Jackson, a veinte kilómetros de la estación, está en un valle remoto del noroeste de Wyoming, a la sombra de la imponente Cordillera Teton y justo al sur del Parque Nacional de Yellowstone. El pueblo, de 9.500 habitantes, luce orgulloso su patrimonio de ciudad del oeste ―desde aceras altas de madera hasta restaurantes que sirven raciones gigantescas de carne bien roja. Igual que pasaba en Banff, aquí el invierno es la temporada baja, así que abundan los alojamientos a buen precio. La imponente estación de Jackson Hole fue una de las cunas del esquí extremo estadounidense. Aunque ofrece algunas pistas para principiantes, y los esquiadores de nivel intermedio disfrutarán de un montón de pistas pisadas con paisajes imponentes, los que de verdad van a sacar jugo a este lugar son los expertos. Los snowboarders y esquiadores más avanzados querrán ir directos al teleférico de invierno con capacidad para cien personas que lleva a lo alto de la montaña Rendezvous, desde donde te temblarán las piernas al mirar hacia la base de la montaña, a más de mil doscientos metros en vertical. Toda esa distancia se puede bajar esquiando de un tirón, pero es que además hay un montón de saltos, tubos, baches y cornisas. Incluso los novatos deberían hacer un viaje en el teleférico (desde donde se puede ver a los expertos que se lanzan por el legendario Corbet’s Couloir) para disfrutar de las espectaculares vistas desde la cima. Si los diez kilómetros cuadrados de estación no te sacian, puedes acceder a otros doce kilómetros cuadrados de nieve polvo fuera pista (la escuela de esquí Mountain Sports School ofrece guías fantásticos para los neófitos en el mundo del backcountry). El consejo del experto Jess McMillan creció esquiando en Jackson Hole y es esquiadora profesional y campeona del Mundial de la IFSA 2007. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Hostel de Teton Village (en la base de la estación) Caro: Teton Mountain Lodge & Spa Para comer Barato: La mejor comida barata la sirven en el Village Cafe de Teton Village. Tienen unos burritos precocinados geniales para el desayuno, que te puedes comer mientras haces cola para el teleférico, además de una bollería para chuparse los dedos. La pizza es riquísima. El burrito thai chicken para comer es un clásico. Gourmet: El Couloir es de visita obligada si vas a Jackson. Es genial subir en teleférico a cenar, y la comida es increíble. Mejor local para el apres-ski Mangy Moose Restaurant and Saloon Mejor actividad para el día libre Los pasos en trineo del Elk Refuge son imprescindibles —es una pasada estar tan cerca de los alces del refugio. El clásico de Jackson “Mi pista favorita es la Alta 1. Es una de las mejores pistas de gran pendiente de Jackson,” dice McMillan. “Si prefieres algo menos exigente, la clásica es Rendezvous Bowl hasta Hobacks. No hay nada mejor que los 760 metros de vertical por nieve polvo abierta de Hobacks”.
Fotografía de Fotografía de David J. Swift, The New York Times/REDUX
Perfecto para: Adictos al esquí y al snow del hemisferio norte que no pueden parar cuando termina el invierno Wanaka, que se está haciendo un hueco como uno de los principales destinos de aventura del mundo, se encuentra junto al lago Wanaka de los Alpes del Sur de Nueva Zelanda. Rodeado por un paisaje abrupto y alpino estilo “El señor de los anillos”, este tranquilo pueblo de cinco mil habitantes está salpicado por hostales, cafeterías y pubs, y pequeños alojamientos de lujo ecológico. Como es habitual en Nueva Zelanda, no se puede esquiar en el propio pueblo, pero hay cuatro estaciones a una distancia de cuarenta minutos en coche, entre ellas una (Snow Park NZ), que es básicamente un inmenso terrain park de primer nivel ―chavales que lleváis los pantalones caídos, tomad buena nota. Treble Cone, a 35 minutos del pueblo, es la mejor y la que está más cerca, y tiene más nieve y más terreno esquiable que ninguna otra estación de la Isla Sur. Como también suele pasar en Nueva Zelanda, toda la estación está por encima del límite del bosque. Tiene mucha pendiente, con muchas pistas pisadas buenas para nivel intermedio, pero pocas opciones para novatos. Casi la mitad de las pistas son de nivel experto, y las zonas estilo fuerapista de la estación son uno de sus principales atractivos ―una colección de bowls, pistas y saltos. La Cardrona Alpine Resort, a cuarenta minutos en dirección sur, tiene más pistas para principiantes, una buena escuela de esquí y alojamiento en la estación. Aunque Nueva Zelanda no tiene tan buen powder como por ejemplo Japón o las Rocosas, Wanaka es la estación con más nieve de todo el país, con una media anual de cinco metros. Las estaciones están invertidas con respecto al hemisferio norte, así que la temporada de esquí en Wanaka va de junio a octubre: una opción excelente para esquiar y hacer snow en “verano”. El consejo del experto Jossi Wells es un profesional del freestyle de 21 años que ha vivido siempre en Wanaka. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: YHA Wanaka Purple Cow Caro: Lakeside Apartments Para comer Barato: Redstar Gourmet: Botswana Butchery Mejor local para el apres-ski Ruby’s Cinema & Bar Mejor actividad para el día libre Puzzling World El clásico de Wanaka Las Arcadia Chutes de la estación Cardrona Alpine Resort
Fotografía de Fotografía de Tony Harrington, Alamy
Perfecto para: Esquiadores del este de EEUU aficionados al buen comer Stowe, prototipo del pueblo de esquí de Nueva Inglaterra, es tan pintoresco que parece de mentira, con sus casas de madera y sus iglesias con torres, en medio de unas colinas boscosas a los pies de las Montañas Verdes de Vermont. La Main Street y la Mountain Road están llenas de tiendas y locales de restauración. En la zona hay más restaurantes de lujo que en ningún otro pueblo de esquí del nordeste. Nota para quien busque fiesta: abundan los alojamientos de lujo, pero no las fiestas hasta altas horas. Se viene a Stowe a vivir en una postal, no a salir de juerga. Para esquiar hay que conducir quince minutos hasta la estación Stowe Mountain, donde los quads y teleféricos te trasladan a dos montañas distintas. Mount Mansfield, el pico más alto de Vermont, tiene mucho que ofrecer a los esquiadores y snowboarders aventureros, incluido el famoso “front four” –cuatro pistas doble negro que están entre las más peligrosas de la zona este. Spruce Peak, a la que un pequeño teleférico conecta con Mansfield, es el mejor sitio para los novatos, ya que tiene escuela de esquí y suaves pistas azules y verdes. El esquí backcountry de la zona es uno de los mejores de la costa este, incluyendo la pista original de Mount Mansfield, la Bruce Trail, un camino estrecho y serpenteante con una caída de 730 metros que se abrió en la década de 1930. El consejo del experto Sam von Trapp, miembro de la famosa familia de Sonrisas y Lágrimas, es profesor de esquí y colabora en la gestión del Trapp Family Lodge, un alojamiento estilo nórdico de primer nivel y el primer resort comercial de cross-country de los Estados Unidos. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: El Town and Country Resort de Stowe tiene una gran relación calidad precio. Caro: Stowe Mountain Lodge está a pie de pista y tiene cinco estrellas. Para comer Barato: Pie in the Sky Pizza Gourmet: El Blue Moon Cafe, en pleno centro Mejor local para el apres-ski El bar Mattherhorn es una institución en Stowe. Mejor actividad para el día libre El Museo del Esquí y el Snowboard de Vermont está justo en el centro del pueblo, y es el sitio perfecto para aprender algo nuevo y a la vez descansar las piernas. El clásico de Stowe Hay un montón de zonas fantásticas fuerapista, pero prueba la Goat. Es estrecha, con pendiente y todo un reto.
Fotografía de Fotografía por cortesía de Stowe Ski Resort
Perfecto para: Aficionados al carving que quieran jugar a localizar actores famosos La primera estación de esquí de las Rocosas, Sun Valley, de Ketchum, tuvo el primer telesilla del mundo cuando abrió en 1936, y fue uno de los destinos favoritos de la época clásica de Hollywood. La estación es opulenta y lujosa y sigue conservando la grandiosidad de la época anterior a la guerra, mientras que Ketchum, antiguo pueblo minero y ganadero de 2.689 habitantes, conserva una elegancia rústica, con restaurantes gourmet y salones con parrilla y cerveza artesana en edificios antiguos de ladrillo. La zona de alojamientos de la estación Sun Valley rodea Ketchum en la base de la montaña Dollar, la primera donde se esquió, ahora convertida en una zona ideal para aprendices que cuenta con escuela de esquí, parque de snow, y unos forfaits especiales y económicos. Los que ya tengan un nivel tendrán su zona favorita en Bald Mountain, al otro lado del pueblo (hay autobuses gratuitos), con mil metros de desnivel en vertical por algunas de las mejores pistas pisadas del mundo. Si te gustan las pistas interminables y perfectamente cuidadas, este es tu sitio. Los snowboarders disfrutarán del hecho de que la montaña no tiene zonas llanas, y como abundan los remontes de alta velocidad, no hay que hacer colas. La estación no está cerca de ninguna localidad importante, así que las pistas nunca jamás están llenas, y como hay nieve artificial de arriba abajo, siempre tienes pistas perfectas para carvear. No te pierdas el lujoso Seattle Ridge Lodge en la Seattle Ridge de Bald Mountain, con unas vistas impresionantes de las montañas Pioneer y Sawtooth, y del valle del río Woody. El consejo del experto El esquiador profesional Reggie Crist ha pasado casi toda su vida en Sun Valley. Fue miembro del equipo nacional de esquí y aparece a menudo en documentales, y actualmente es asesor de Eddie Bauer/First Ascent y K2 Sports. Estas son sus recomendaciones. Para dormir Económico: Lift Tower Lodge Caro: Sun Valley Lodge (aquí es donde Hemingway preparó Por quien doblan las campanas) Para comer Barato: Pioneer Saloon Gourmet: Michel's Christiania Mejor local para el apres-ski Apples Bar and Grill Mejor actividad para el día libre Visitar Galena Lodge para comer, y después ir en coche a las montañas Sawtooth. El clásico de Sun Valley Warm Springs— 944 metros en vertical de puro quemapiernas.
Fotografía de Fotografía de Erik Seo, Level 1 Productions
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