Nuevas imágenes de los Yanomami: la aldea de los Moxihatetema
Publicado 5 nov 2020, 7:33 CET

Conocidos como Moxihatetema, estos indígenas siempre han
evitado el contacto con extraños, incluso con otras comunidades Yanomami.
Fotografía de Guilherme Gnipper Trevisan, HutukaraLas aldeas comunales tienen una estructura circular y pueden albergar hasta 400 personas, y utilizan la zona central para actividades como rituales o fiestas.
Fotografía de Guilherme Gnipper Trevisan, HutukaraLa aldea de los Moxihatetema se encuentra a tan sólo 28 kilómetros de la mina de oro más cercana. Esto preocupa a las autoridades brasileñas por el peligro que supone para los indígenas.
Fotografía de Guilherme Gnipper Trevisan, HutukaraAlgunos Yanomami de los que habitan dentro del denominado Territorio Yanomami tienen contacto con el exterior. Suelen cortarse el pelo en forma de "tazón" y perforan sus lóbulos, nariz y comisuras para colocarse palillos de bambú. Por lo general las plumas son un signo de masculinidad y las flores de feminidad.
Fotografía de Guilherme Gnipper Trevisan, HutukaraLos Yanomami cazan en la selva, aprovechando lo que su entorno les ofrece pero sin dejar huella humana por donde pasan.
Fotografía de Michael Nichols, National Geographic CreativeUna aldea comunal Yanomami en la selva amazónica que practica la agricultura de roza y quema, consistente en cortar árboles, abrir claros y quemar para que las cenizas aporten fertilidad al suelo.
Fotografía de Michael Nichols, National Geographic CreativePara dar a luz las indígenas se alejan, acompañadas por sus madres, de las casas comunales rumbo a la selva. Si es de noche, lo hacen a las afueras del área comunal. Muchas de ellas llevan a sus hijos en un cabestrillo hecho de algodón o de tiras de fibra vegetal hasta la edad de dos años.
Fotografía de Michael Nichols, National Geographic CreativeEntre los hombres la caza se considera una habilidad de gran prestigio, aunque esta actividad sólo representa el 10% de la comida de los yanomamis.En la pesca son los más jóvenes los que atrapan a los peces más pequeños con finas flechas hechas de madera.Un dato curioso es que ningún cazador come la carne que ha cazado, sino que la reparte. A cambio recibe carne de otro.
Fotografía de Michael Nichols, National Geographic Creative