
Los osos polares son excelentes nadadores gracias a sus zarpas ligeramente palmeadas y a su poderosa musculatura. Su comida favorita es la foca, aunque comen cualquier cosa que consigan atrapar, e incluso carroñean entre la basura en zonas en las que su hábitat se solapa con el de los humanos.
Fotografía de Paul NicklenLas zarpas de los osos polares tienen una piel gruesa y garras afiladas. La piel les brinda mejor tracción sobre el hielo, mientras que las garras son excelentes armas para cazar.
Fotografía de Flip Nicklin Los oseznos negros nacen en invierno, pero salen de la osera en primavera. Son juguetones y curiosos, pero siempre están bajo la atenta mirada de su madre. Una osa madre llamará a sus oseznos cuando haya algún peligro, y actuará sin miedo alguno para defender a su prole.
Fotografía de Robert Caputo Un oso polar dormido parece adorable, ¡pero ten cuidado! Sin enemigos naturales, los osos polares ocupan la cima de la cadena alimenticia del Ártico. No conocen el miedo y no dudarán en atacar a humanos.
Fotografía de Flip NicklinUn oso pardo pesca en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Kodiak, en una isla de la costa sur de Alaska. Un oso pardo de Kodiak macho puede medir unos tres metros, pesar unos 680 kilogramos y correr a nada menos que 55 kilómetros por hora. (Fotografía tomada por encargo, pero no publicada, para el artículo «On Television» de la revista National Geographic, edición de enero de 1994. Texto adaptado del mismo artículo.)
Fotografía de George F Mobley