
Mientras que el hielo del Ártico comienza a derretirse, los osos polares salen de la tundra y se aventuran en el océano congelado en busca de focas para cazar. Sus afiladas garras y la piel en la planta de sus pies les aporta tracción sobre la superficie resbaladiza del hielo.
La migración de caribúes en el norte de Alaska comienza cuando la nieve del invierno lo ha cubierto todo, estos animales se abren paso para encontrar nuevas zonas donde poder pastar. Algunos rebaños viajan más 965 kilómetros hasta llegar a las zonas de alimentación de verano, donde ingieren hasta 5 kilos de alimento cada día.
Fotografía de Joël Sartore Los caribúes,también llamados de renos, cruzan la tundra ártica de Alaska para pastar en sus terrenos. Los rebaños se desplazarán hasta 80 kilómetros al día y pueden encontrar su camino de vuelta, incluso cuando se encuentran en un terreno poco familiar.
Unas 400 especies de flores silvestres viven en la tundra. En verano se ofrecen inesperadas explosiones de color, como este bosque de laurel de San Antonio cerca de una carretera de Denali, Alaska.
Lugar duro debido a sus bajas temperaturas, a la corta estación de crecimiento, la tundra alberga algunos animales silvestres. Algunas especies, como el oso polar, son de color blanco para mimetizarse con la nieve.