Los últimos osos bailarines de Nepal
Publicado 22 dic 2017 10:34 CET, Actualizado 22 dic 2017 11:41 CET
Rangeela, uno de los dos osos perezosos rescatados, junto a su dueño, que agarra la cadena que atraviesa su hocico. Durante años, han obligado a Rangeela a bailar frente al público.
Sridevi, el otro oso rescatado, tumbado junto a sus tres dueños frente a una comisaría de policía en el sur de Nepal. Es probable que ambos animales fueran capturados por furtivos cuando eran cachorros y que los entrenaran para ser sumisos mediante técnicas dolorosas.
A las 3 de la mañana en la comisaría de policía, Rangeela está atado a un banco; sus dueños están sentados tras él. Los dueños «pasaron por un abanico de emociones», explica Neil d'Cruze, que presenció el rescate. «Conmoción, negación, ira, miedo, lágrimas y cooperación».
En la comisaría, el dueño de Rangeela coloca el pie sobre una cuerda atada a la boca del oso. Han extraído los dientes a ambos animales, una práctica común en los osos bailarines. En la naturaleza, los osos perezosos comen termitas. Estos osos sobreviven con una dieta a base de arroz y leche.
Una cuerda atraviesa unos agujeros en el hocico de Sridevi. Cuando los osos cumplen unos ocho meses, sus dueños les perforan la piel y el cartílago del hocico con una barra de hierro candente. Por esos agujeros atraviesan una cuerda o una cadena para poder controlar a los osos.