
Una tormenta se forma con la mar picada y los fuertes vientos en la costa montañosa del oeste de Svalbard. Aquí los glaciares fluyen hacia el mar. Los investigadores navegaron durante dos días hacia el norte por la costa oeste.
Fotografía de John WendleJostein Bakke, de la Universidad de Bergen, introduce un tubo de extracción de testigos en las aguas del lago Ringgåsvatnet, en Nordaustlandet, archipiélago de Svalbard. El tubo se introduce en lodo, arena y gravilla en el fondo del lago y se usa para extraer un testigo de sedimentos producidos por el glaciar Ahlmannfonna, que desemboca en el lago.
Fotografía de John WendleEl equipo de científicos reúne el instrumental que llevarán a la ensenada de Innvika y lo transporta a lo largo de dos kilómetros. Cruzan territorios fragmentados de fango cenagoso y peligrosos pedruscos en camino al lago Ringgåsvatnet, en Nordaustlandet, archipiélago de Svalbard.
Fotografía de John WendleWilliam D'Andrea, paleoclimatólogo en el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty en la Universidad de Columbia, Nueva York, vigila por si aparecen osos mientras examinan un campo de piedras entre el glaciar Ahlmannfonna y el lago Ringgåsvatnet.
Fotografía de John WendleEl equipo de científicos prepara un tubo para tomar muestras de los sedimentos lacustres en la orilla del lago Ringgåsvatnet.
Fotografía de John WendleLos científicos Eivind Støren (izquierda), Jostein Bakke (centro) y Torgeir Røthe (derecha) se agachan cientos de veces para subir y bajar una carga pesada y llevar un tubo hasta el sedimento del fondo del lago para extraer un testigo.
Fotografía de John WendleEivind Støren (izquierda) da a Willem van der Bilt (derecha), de la Universidad de Bergen, un tubo pequeño para usarlo en la extracción de testigos.
Fotografía de John WendleEl barco anclado en un día tranquilo en el archipiélago de Svalbard.
Fotografía de John Wendle