• Descubre Nat Geo
  • Registrarse
  • REVISTA NAT GEO
  • REVISTA NAT GEO KIDS
  • PROGRAMACIÓN TV
  • NATGEO NOW
  • Disney+
National Geographic
National Geographic
  • Coronavirus
  • NAT GEO NOW
  • Programación TV
Animales

Ami Vitale: tres años fotografiando pandas gigantes

Published 22 ago. 2018 12:54 CEST
Una cría de panda gigante
Una cría de panda gigante sobre la hierba en el Centro de Cría e Investigación del Panda Gigante de Bifengxia, en la provincia china de Sichuán.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Tres crías de panda criadas por la misma madre en la base de Bifengxia. Transferir un bebé débil o rechazado de su madre biológica a una madre adoptiva aumenta sus posibilidades de supervivencia.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Crías de tres meses de edad duermen en la guardería de pandas de Bifengxia. Una mamá panda que tiene gemelos no suele prestarles la misma atención. Los cuidadores reducen la carga cambiando de forma regular a las crías, garantizando que cada una reciba cuidados humanos y maternos.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
La cuidadora de pandas Liu Juan interactúa con dos crías de panda mientras los turistas la observan en el Centro de Cría e Investigación del Panda Gigante de Bifengxia.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Ciegos, casi sin pelo, chillones y 1/900 del tamaño de su madre. Pero no por mucho tiempo. El panda es uno de los mamíferos de crecimiento más rápido, aumentando de los 110 gramos a casi 2 kilos en su primer mes de vida.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Una mamá panda que tiene gemelos no suele prestarles la misma atención. Los cuidadores reducen la carga cambiando de forma regular a las crías, garantizando que cada una reciba cuidados humanos y maternos.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Los bebés pandas se destetan en torno al octavo o noveno mes o al año de vida, y generalmente se quedan con sus madres hasta los dos años.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
La cuidadora de pandas Zhang Xin pesa a una cría de panda en el Centro de Cría e Investigación del Panda Gigante de Bifengxia. «Revisamos a diario a los adultos y los bebés, comprobamos cuánto están comiendo, el aspecto de sus heces, si están animados. Queremos que estén sanos», afirma.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Una mamá panda acuna a su cría en el centro de Bifengxia.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Dos crías de panda interactúa mientras las cuidan en Bifengxia.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Pandas de seis meses jugando en el Centro de Pandas de Dujiangyan. Con un año, los bebés se traen aquí para que interactúen. Estos pandas pasarán el resto de sus vidas en cautividad. En la naturaleza, los pandas gigantes prefieren vivir solos.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Ying Hua fotografiada con su bebé en el Centro de Cría e Investigación del Panda Gigante de Bifengxia.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Dos crías de panda intentan trepar a los árboles del Centro de Conservación e Investigación del Panda Gigante de Wolong. Los pandas que nacen aquí no interactúan con humanos, con la esperanza de poder introducirlos en la naturaleza.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Pandas de seis meses comen zanahorias en el Centro de Pandas de Dujiangyan.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Una cría explora su recinto en Wolong.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
YeYe y su cría de dos años Hua Jiao exploran su recinto en Wolong. Lejos de la influencia humana, YeYe adiestrará poco a poco a su cría para que sobreviva en la naturaleza.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Una madre y su cría juegan dentro de un recinto en Wolong. La cría está siendo adiestrada para volver a la naturaleza, pero debe ser considerada apta para sobrevivir sola. Por ejemplo, debe poder reconocer a los depredadores.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
Camuflado por un bosque de bambú, un panda gigante pasará gran parte de su tiempo rodeado y devorando su comida favorita en Bifengxia. Los pandas solían comer tanto carne como plantas. Hace unos dos millones de años, su dieta cambió al bambú.
Fotografía de Ami Vitale, National Geographic Creative
VER OTROS MESES
  • Fotografía
  • Animales
Recibe lo último de NatGeo

Síguenos

facebooktwitterinstagramflipboardyoutube

Términos y Condiciones de usoPolítica de Privacidad (Actualizada)Política de CookiesGestión del consentimiento