La vida en la Estación Nord (1)

La ingeniera Cristina Sans mira por la ventana del avión de investigación Polar 5 durante un sobrevuelo de la banquisa, al norte de la estación.
Fotografía de Esther HorvathCuando la estación está demasiado concurrida para que la gestionen los seis soldados apostados, un cocinero acude en su ayuda. La Estación Nord tiene capacidad para 60 personas en sus periodos más concurridos, es decir, que hay que llevar muchas cajas de comida a la cocina principal.
Fotografía de Esther HorvathTodos —soldados, investigadores, ingenieros y pilotos— trabajan codo con codo en la Estación Nord. Thomas Krumpen (a la izquierda), un científico del Instituto Alfred Wegener de Alemania, y Magnus Lindstrøm, soldado danés destacado aquí durante 26 meses, comprueban los documentos mientras Gris Gris se echa la siesta.
Fotografía de Esther HorvathRetirar la nieve de la pista de 1,6 kilómetros es una tarea importante para los soldados de la Estación Nord. Pese a las jornadas largas durante la época de investigación, estos soldados tienen la reputación de ser amistosos, cordiales y muy serviciales.
Fotografía de Esther Horvath