Songkran 2022: el agua vuelve al nuevo año de Bangkok
Después de dos años de prohibiciones, las tradicionales guerras de agua con las que los tailandeses festejan el año nuevo volvieron a Bangkok de forma puntual y muy controlada.

Coincidiendo con el mes más caluroso del año, los tailandeses celebran a lo largo de todo el país su entrada al año nuevo remojándose durante tres días (13, 14 y 15 de abril). Debido a la pandemia mundial, 2019 fue el último Sonkran que se celebró, pues el de este año ha estado limitado a ubicaciones muy puntuales en Khaosan (Bangkok), Bang La (Pa Tong, Phuket) y Pattaya (Chon Buri). Con todo, oficialmente incluso estas celebraciones estaban prohibidas. En la imagen, la empleada de un bar suministra agua a unos niños para que llenen sus pistolas en Khaosan Road, Bangkok.
Desde hace décadas, los tres días de Songkran (13, 14 y 15 de abril) que marcan el inicio del año nuevo en Tailandia son el acontecimiento turístico estrella del país asiático entre los más jóvenes y, sobre todo, los mochileros, quienes siempre suelen recalar en la zona de Khaosan. Este año ha sido la primera vez desde el inicio de la pandemia que ha sido posible ver alguna que otra guerra de agua (a pesar de que estaban prohibidas por orden del gobierno).
No se supo a ciencia cierta hasta pocos días antes del 13 de abril si estarían o no permitidas las guerras de agua en Bangkok. Aunque finalmente se prohibieron, en la tarde del día de Año Nuevo era prácticamente imposible atravesar la famosa calle turística sin recibir un salpicón. En la imagen, una camarera (que prefiere no compartir su identidad por miedo a ser multada) dispara agua a los viandantes de Khaosan Road.
"Es el primer año que hay algo de agua, pero ni se acerca a como era el Songkran en Khaosan antes de la pandemia. Tengo la sensación de que Tailandia va algo por detrás con respecto al resto del mundo en cuanto a la COVID-19, pero, en fin, qué se le va a hacer. Están haciéndolo lo mejor que pueden", comenta Pete Alis, irlandés de 34 años que trabaja en Bangkok como profesor de inglés.
Tommy Yeets (abajo a la izquierda) es un canadiense que lleva dos años viviendo en Bangkok y que, cuando me lo encuentro en el día de Año Nuevo, lleva ya seis horas de fiesta: "Están haciendo un gran esfuerzo por restaurar lo que solía ser normal, y al mismo tiempo saben que tienen que cumplir la ley. Están manteniendo un equilibrio muy delicado porque saben que, a la mínima, les cerrarán el negocio: no son del todo claros con lo que se puede y no se puede hacer el turista porque no quieren que se vayan"
Además de alcohol, en Khaosan es sencillo comprar óxido de nitrógino (o, como lo llaman ellos, "gas de la risa"). De manera cíclica, la prensa tailandesa informa sobre redadas a vendedores de esta sustancia acusados de vender medicina de forma ilegal (este gas es usado como anestesiante). En la imagen, una chica juega con su pistola de agua mientras sostiene un cartel en el que se anuncia la venta de gas de la risa.
Aunque la asociación de empresarios de Khaosan decidió cancelar todas las celebraciones oficiales de Songkran (debido a lo difícil que sería cumplir con las normas sanitarias en medio de la fiesta del agua), varios negocios siguieron adelante con las celebraciones de año nuevo en la popular calle. En la imagen, una camarera anuncia "cockteles muy fertes" a 100 THB (2,76 euros) mientras varios turistas se remojan al fondo.
Wasan Boonmuenwai, Director de la Oficina de Distrito de Phra Nakhon, visita acompañado de la policía los bares de Khaosan Road para pedirle a los dueños que respeten la prohibición de festejar el año nuevo con agua. Las multas para negocios o turistas que incumpliesen la prohibición podrían llegar hasta los 100 000 THB (alrededor de 2763 euros).
Los grifos de agua se cierran y los bares de Khaosan Road bajan el volumen de la música al paso de las patrullas policiales. En cuanto la policía ha abandonado el lugar, la música y la fiesta regresan. Después de inicialmente anunciar hace un mes que se permitiría las guerras de agua, el Gobierno tailandés tomó en el último momento la decisión de prohibir todos los festejos acuáticos por miedo a que aumentasen el contagio de casos de COVID-19. El 13 de abril, ocho negocios fueron sancionados por vender alcohol pasadas las 11 de la noche.
Karn Mingmesuk, de 44 años, es dueño de cinco bares de la zona de Khaosan Road (de los cuáles ha tenido que cerrar dos debido a la pandemia y la bajada de clientes). Un día antes del 13 de abril, año nuevo, molesto con la prohibición de poder arrojar agua durante el Songkran, me dice con total seguridad que este año será distinto: "La gente está muy cansada, ya son tres años. Somos 10 000 ¿qué van a hacer para frenarnos?".
Al caer la noche, la aglomeración se intensifica y los bares (abiertos hasta medianoche) no imponen limitaciones de aforo.
