Cómo desconectar del trabajo cuando estás de vacaciones

Trucos y consejos de médicos e investigadores que te ayudarán a liberar el estrés de la oficina en tus momentos de ocio y descanso.

Por Allie Yang
Publicado 15 dic 2021, 13:14 CET
Una mujer trabaja con su ordenador portátil en la estación de Gotanda, en Tokio.

Una mujer trabaja con su ordenador portátil en la estación de Gotanda, en Tokio. No eres el único al que le cuesta desconectar del trabajo mientras viaja.

Fotografía de Charly Triballeau, AFP/Getty Images

¿Estás de vacaciones y sigues pendiente del teléfono? No estás solo.

El impacto del correo electrónico en el equilibrio entre la vida laboral y personal es algo que ha afectado a toda una generación. Ahora, las aplicaciones que buscan fomentar la productividad, como Slack y Zoom, han hecho que sea casi imposible poder escapar de la vida laboral en tu tiempo libre, incluso cuando estás en la playa. En muchos sentidos, la pandemia ha empeorado la llamada "grind culture" (o cultura 24/7), es decir, la expectativa de estar siempre disponible para el trabajo, al difuminar aún más la delgada frontera entre el hogar y la vida profesional mediante el trabajo en remoto.

Para los viajeros, estos problemas se extienden mucho más allá de las horas de trabajo: el estrés y el agotamiento nos hacen perder los placeres relajantes de las vacaciones. Un estudio citado con frecuencia y publicado en el Journal of Happiness Studies ha demostrado que, dado que "se necesita tiempo para relajarse tras un periodo de trabajo estresante y aclimatarse a las vacaciones", hacen falta ocho días de vacaciones para que se perciban plenamente los beneficios de un descanso.

Esta investigación ha sido la base de muchos estudios posteriores sobre el estrés y los viajes, incluyendo una encuesta en 2018 que asegura que para el 43% de los estadounidenses es difícil desconectar del trabajo mientras están de vacaciones.

El tiempo libre del trabajo no tiene por qué medirse en días. Aquí, una joven pareja de Stuttgart (Alemania) encuentra tiempo para desconectar desde una azotea.

Fotografía de Berthold Steinhilber, Laif, Redux

Incluso cuando "salir de la oficina" no tiene el significado que tenía antes -y cuando apagar el teléfono parece casi imposible- existen algunos consejos, tácticas y soluciones para evitar que las vacaciones se conviertan en una extensión de la semana laboral.

Hemos pedido a profesionales de la medicina y a expertos en la gestión del estrés que opinen sobre los factores que entran en juego en la vida profesional actual y que nos den técnicas para aprender a proteger el tiempo que deberíamos reservar para nuestro descanso.

El estrés y sus consecuencias

Mediante el trabajo en remoto, la pandemia de la COVID-19 ha llevado a su máximo exponente la cultura laboral del empleado siempre disponible. Esta conduce irremediablemente al agotamiento al incorporar el aislamiento, el miedo, la pena y la preocupación a la vida de los trabajadores. Según los expertos, una de las respuestas a este problema ha sido la "Gran Dimisión". En agosto, Estados Unidos alcanzó un récord histórico con 4,3 millones de trabajadores que renunciaron en sólo un mes.

"A la mayoría de nosotros se nos enseña desde muy pequeños que nuestro trabajo es nuestro valor, y que si no hacemos todo lo posible por satisfacer a nuestros empleadores y ser productivos, acabaremos sufriendo inmensamente por culpa de la pobreza", dice Devon Price, profesor de psicología social en la Universidad Loyola de Chicago (Estados Unidos) y autor de La pereza no existe.

A medida que el estrés se acumula, la regulación del estado de ánimo de los seres humanos se vuelve menos eficaz, la capacidad creativa se atrofia, la resolución de problemas disminuye y el cuerpo pasa cada vez más al modo de supervivencia, dice Emily Nagoski, educadora en salud y autora de Burnout: Quemados: El secreto para desbloquear el ciclo de estrés. Las respuestas a este agotamiento pueden incluir una alimentación poco saludable, la soledad y la desesperación, el abuso del alcohol y otros comportamientos destructivos.

El estrés relacionado con la pandemia también puede pasar factura de forma muy física, aumentando la presión arterial y los problemas digestivos y reduciendo el funcionamiento del sistema inmunitario.

"Seguimos exigiéndonos más allá de los límites de nuestro cuerpo", dice Nagoski. "Nunca se lo haríamos a nuestras mascotas. Nos lo hacemos a nosotros mismos todos los días".

Nagoski observa que los viajeros agotados suelen resfriarse nada más llegar a su destino. Esto ocurre cuando el cuerpo de una persona ha seguido funcionando y siendo productivo mucho tiempo después de lo previsto, por lo que se colapsa cuando finalmente tiene la oportunidad de descansar, explica.

“Estamos diseñados para oscilar a través de los ciclos de la vida. El bienestar no es un estado mental. No es un estado del ser. Es un estado de acción”

EMILY NAGOSKI, DOCTORA EN EDUCACIÓN SANITARIA Y AUTORA

"Puedes vivir sin un descanso adecuado, pero tarde o temprano te pasará factura", dice Nagoski. "La necesidad de descansar te agarrará de la camisa, te tirará al suelo, te pondrá el pie en el pecho y [dirá] '¡Te dije que te acostaras!'".

El estrés, como cualquier emoción, es "un túnel", explica. En lugar de atravesar el túnel procesando activamente su malestar, muchas personas recurren a actividades "adormecedoras" como ver la televisión, navegar por las redes sociales y comer comida basura. Estas actividades no suelen funcionar para liberar la válvula de presión, dice, ya que el verdadero descanso requiere considerar y comprender el malestar.

"No estamos diseñados para trabajar duro todo el tiempo. Y no estamos diseñados para estar dormidos todo el tiempo", dice Nagoski. "Estamos diseñados para oscilar a través de los ciclos de la vida. El bienestar no es un estado mental. No es un estado del ser. Es un estado de acción".

Liberando la válvula de presión

¿Cómo mantener alejadas las preocupaciones cuando se está de vacaciones? David B. Posen, médico y autor de varios libros de gestión del estrés, señala la investigación fundamental de Mihaly Csikszentmihalyi, de la Universidad de Chicago, sobre el "flujo" (o flow state, es decir, dejarse llevar). Su investigación demuestra que cuando una persona está profundamente implicada en lo que hace, pierde la noción del tiempo y de sí misma.

Los estados de flujo funcionan "porque no puedes prestar atención a dos cosas en el mismo momento. Si estás haciendo algo que requiere cierta concentración, eso es todo lo que tu cerebro puede hacer", dice Posen.

Una de las mejores formas de entrar en un estado de flujo o evasión es hacer actividad física. "Uno de mis hijos practica la escalada; cuando está escalando una pared de roca, créame, no está pensando en el trabajo", dice Posen. "Está pensando en dónde poner la mano a continuación, cómo mover la pierna. Cuanto más atractivo sea el ejercicio, más le absorberá de esa manera".

Cualquier actividad que te guste puede llevarte a un estado de flujo, incluso la lectura de un gran libro que no puedas dejar. Pero encontrar algo que "hacer" no es la única respuesta. A veces lo contrario, la quietud, puede proporcionar el antídoto ideal para el estrés.

Olvidarse del trabajo se produce de forma natural cuando se reconecta con uno mismo, dice Karma Lekshe Tsomo, monja budista desde hace cuatro décadas y profesora de budismo en la Universidad de San Diego, en Estados Unidos.

La atención plena y el significado espiritual a través de la meditación y el trabajo de la respiración ayudan a las personas a ponerse en contacto con sus cuerpos y mentes. Se puede empezar simplemente cerrando los ojos y contando las respiraciones (contar "uno" al inhalar y "dos" al exhalar). "Uno de los beneficios de la meditación es que nos enseña la importancia de todos y cada uno de los momentos de nuestra vida", dice Tsomo. "Esto abre todo un mundo nuevo. No hace falta ser budista. Ni siquiera tienes que ser espiritual, ni religioso, ni nada, sólo tienes que sintonizar".

Encontrar la gratitud puede acercarte a estabilizar el estrés.

"Las fuentes de estabilidad son la familia, los amigos, las mascotas, la espiritualidad y la religión, la naturaleza", dice Posen. "Céntrate en lo que hay, no en lo que falta. Cuando empiezas a pensar en todas las pequeñas cosas por las que estar agradecido, la lista es casi interminable. Saca a la gente de su propia cabeza y de sus propias quejas".

Consejos para unas vacaciones más relajadas

Los médicos y académicos especializados en el estrés y el agotamiento han desarrollado varias formas para que las personas puedan gestionar mejor esas presiones en su vida diaria; estas mismas prácticas pueden ayudar a los viajeros a superar el estrés durante las vacaciones. Estos son algunos de los consejos que han compartido.

Tómate tiempo para descansar antes de viajar: apaga tu teléfono después del trabajo, configura una respuesta automática fuera de la oficina después de las horas de trabajo y establece un límite de tiempo para el correo electrónico en tu teléfono, dice Price. Haz que te resulte más difícil volver al trabajo durante las horas de descanso cerrando la sesión de todos los programas de trabajo en tu ordenador, apagándolo y guardándolo en un cajón, si es posible. Pasa tu tiempo de inactividad lejos de una pantalla y coge un libro u otro pasatiempo.

Sé creativo: Nagoski afirma que las expresiones creativas, como el arte, las manualidades y los diarios, ayudan a superar el estrés. Estas actividades crean un canal para que los sentimientos desagradables se expresen fuera de ti, lo que indicará a tu cuerpo el fin del ciclo de estrés. De este modo, se desactiva la respuesta de lucha o huida y la relajación se produce de forma natural.

Busca la comunidad: "La cura para el agotamiento sólo puede ser que todos nos cuidemos los unos a los otros", dice Nagoski. "Yo lo llamo 'la burbuja del amor' de la gente y la conexión social. En dicha burbuja, uno niega que su valor pueda medirse en función de su sueldo, nivel de agotamiento, cargo o número de horas trabajadas". Pasar tiempo con personas que te hacen feliz puede ser reconfortante, energizante y ofrecer diversión. El voluntariado funciona de forma similar, dice Posen; saca a la gente de su propia cabeza para pensar en los demás.

Abraza la naturaleza: Posen recomienda contemplar una cascada o sentarse en una playa y observar la marea. Añade que este tipo de entornos ofrecen un ritmo relajante para que la mente se libere, e incluso pueden ofrecer confort espiritual.

Allie Yang es editora de la sección de viajes de National Geographic. Puedes encontrarla en Twitter.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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