Descubierta una nueva especie de orangután en Sumatra: el orangután de Tapanuli

Según un nuevo estudio, una población de aproximadamente 800 simios repartidos por las montañas de Sumatra es genéticamente diferente.

Por Jason G. Goldman
Publicado 3 nov 2017, 10:53 CET

El 20 de noviembre de 2013, el Programa de Conservación del Orangután de Sumatra recibió un aviso sobre un orangután herido en la región montañosa de Tapanuli.

«Tenía cortes en la cara, la cabeza, la espalda, las manos y las piernas», recuerda el investigador Matt Nowak. «Incluso encontraron algunos perdigones de escopeta de aire comprimido dentro de su cuerpo», lo que indica que había sido atacado y perseguido por personas. Pese al tratamiento veterinario, el orangután, llamado Raya, murió ocho días después.

Sin embargo, Raya perdura como miembro representativo de una nueva especie de orangután, el Pongo tapanuliensis u orangután de Tapanuli, la especie de gran simio más rara del planeta.

El animal recién identificado se encuentra solamente en una selva llamada Batang Toru. Esta población ha desconcertado durante mucho tiempo al genetista de la Universidad de Zúrich Michael Krützen, que lleva más de una década estudiando grandes simios.

Esto se debe a que los animales de Batang Toru están más estrechamente relacionados con sus parientes de Borneo, al otro lado del mar, que con otros orangutanes que viven en la misma isla. Hasta ahora, se habían reconocido dos especies de orangután: el de Sumatra y el de Borneo, ambas en peligro crítico de extinción.

«Siempre se asumió que... estos eran Pongo abelii, orangutanes de Sumatra», afirma.

Finalmente, los científicos se asociaron. El grupo de Krützen secuenció el genoma completo de 37 orangutanes salvajes de Sumatra y Borneo.

Los resultados, publicados el 2 de noviembre en la revista Current Biology, demuestran que los orangutanes de Borneo, de Sumatra y la nueva especie de Batang Toru, conforman tres linajes evolutivos diferentes. Sorprendentemente, el linaje más antiguo pertenece a la especie más reciente.

Los análisis genéticos sugieren que hace varios millones de años, los orangutanes se desplazaron desde Asia Meridional continental hasta la actual Sumatra y ocuparon una zona al sur de la caldera de Toba. Hace unos 3,3 millones de años, un grupo de orangutanes se desplazó al norte para colonizar la zona al norte de Toba. Aunque los dos grupos se cruzaron en ocasiones, seguirían siendo diferentes en gran medida. 

Fuentes: Batangtoru.org; Cheryl Knott, Universidad de Boston, Carl P. Van Shaik, Universidad de Zúrich; Serge Wich, Liverpool John Moores University.
Fotografía de Matthew W. Chwastyk, Ng Staff

A continuación, hace unos 600.000 años, se produjo una segunda división, esta vez entre la población original al sur de Toba y los orangutanes que se establecieron en Borneo. A medida que se sucedían las edades de hielo y cambiaba el nivel del mar, los orangutanes se movieron fácilmente entre las masas terrestres, lo que explicaría por qué los orangutanes de Batang Toru están más estrechamente relacionados con los de Borneo.

Hace unos 75.000 años, Toba entró en erupción. Los datos genómicos indican también, quizá no por casualidad, un desplome demográfico hace unos 75.000 años. Debido a que la lava destruyó la selva circundante, los orangutanes que vivían a ambos lados del volcán quedaron separados de forma permanente.

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Simios en peligro de extinción

Por último, James Askew, estudiante de grado de la Universidad de California del Sur, descubrió que las vocalizaciones de los machos de orangután de Tapanuli son diferentes a las que grabó en otras partes de Sumatra y Borneo. Los orangutanes de Sumatra emiten vocalizaciones largas y graves, mientras que los de Borneo emiten unas más cortas y agudas. Las vocalizaciones de los machos de Batang Toru eran una mezcla de ambas: largas, pero agudas.

«Es impresionante que hasta ahora hayamos pasado por alto la división genética más profunda entre orangutanes vivos», afirma Kris Helgen, mastozoólogo de la Universidad de Adelaida, en Australia.

«Las distinciones en las mediciones del cráneo son impresionantes y contribuyen a defender el reconocimiento de una nueva especie, incluso basándonos en un solo esqueleto», afirma Helgen, que no participó en el estudio.

Helgen advierte que el estudio es solo un punto de partida y es crucial seguir buscando nuevos especímenes en Batang Toru, cuando sea posible, para análisis adicionales.

Eso es especialmente importante porque solo quedan menos de 800 de estos grandes simios en Batang Toru, divididos en tres zonas fragmentadas.

«Muchas especies desconocidas, como el Pongo tapanuliensis, están en peligro de extinción», añade Helgen. «Es urgente y crucial documentarlas con precisión y darles un nombre científico para que puedan ser reconocidas como [especies] distintas, estudiadas en mayor profundidad y protegidas frente a la extinción».

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