Descubiertos cientos de huevos fosilizados de pterosaurio en un yacimiento de China

Los huevos, en buen estado de conservación, arrojarán luz sobre la reproducción de los reptiles alados y el comportamiento de sus crías.

Por Michael Greshko
Publicado 1 dic 2017, 13:38 CET
Una reconstrucción de Hamipterus tianshanensis
Una reconstrucción de Hamipterus tianshanensis, una especie de peterosaurio que vivió en la actual China hace más de 100 millones de años. Un equipo de paleontólogos ha descubierto cientos de huevos de estos animales, lo que aumentará nuestro conocimiento sobre la reproducción de estos reptiles alados.
Fotografía de Zhao Chuang

Por primera vez, un equipo de paleontólogos que trabajaba en el noroeste de China ha descubierto un depósito de cientos de huevos fosilizados de pterosaurios, los reptiles voladores que vivieron junto a los dinosaurios. Algunos de los huevos contienen los embriones de pterosaurio más completos que se han descubierto hasta la fecha.

Aunque los científicos llevan más de dos siglos estudiando a los pterosaurios, no se descubrieron huevos hasta principios del siglo XXI, y hasta ahora solo había aparecido menos de una docena. Este nuevo botín, descubierto por el paleontólogo de la Academia China de las Ciencias Xiaolin Wang, incluye al menos 215 —y quizá hasta 300— huevos de pterosaurio en excelente estado de conservación.

Su equipo también descubrió 16 embriones dentro de los huevos y sospechan que hay más dentro de la piedra. Wang y sus colegas anunciaron los hallazgos ayer en Science.

«Hay muchas hipérboles en paleontología, pero esto es realmente espectacular», afirmó David Hone, investigador de la Queen Mary University of London que no participó en el estudio. «La ciencia todavía está en pañales, pero la mera materia prima es algo potencialmente revolucionario».

Dos de los huevos de pterosaurio recién descubiertos. Los paleontólogos dicen que han encontrado cientos de huevos: al menos 215 dentro de un único bloque de piedra arenisca. Probablemente haya más ocultos en el interior de la roca.
Fotografía de Wang et al., Science 2017

Las tormentas perfectas

Los huevos recién descubiertos son de Hamipterus tianshanensis, una especie de pterosaurio conocida que vivió en el noroeste de China hace más de 100 millones de años. Estos animales, con una envergadura máxima de 3 metros y probablemente devoradores de peces, podrían haberse parecido a las garzas actuales, que viven junto a aguas que atraviesan tierras del interior.

«El yacimiento está en el desierto del Gobi y hay vientos muy fuertes, mucha arena y pocas plantas y animales», explica Shunxing Jiang, coautor del estudio de la Academia china de las Ciencias. «Sin embargo, cuando el Hamipterus vivía, el entorno [era] mucho mejor; nosotros lo llamamos el Edén de Pterosaurios».

El Hamipterus no solo se alimentaba en este paraíso perdido, sino que también se reproducía aquí, probablemente enterrando huevos entre la vegetación o en las orillas. Los huevos quedaron fosilizados en los sedimentos lacustres desplazados por el rápido movimiento del agua, un indicio de que las tormentas podrían haber inundado un lugar de anidación y transportado los huevos a un gran lago donde quedaron sepultados bajo el lodo. Los huevos no se desplazaron al mismo tiempo. Están extendidos a lo largo de cuatro capas de sedimentos diferente, lo que sugiere que fueron varias inundaciones las que los depositaron allí.

El equipo de Wang sugiere que el posible antiguo lugar de anidación podría haberse inundado en repetidas ocasiones. Esto implicaría que, al igual que las aves y las tortugas modernas, el Hamipterus usaba los mismos lugares de anidación una y otra vez. Es más, el gran número de huevos sugiere que el Hamipterus se reproducía en grupos grandes, como algunas aves actuales.

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Hora de abandonar el nido

A medida que las aguas asolaban el antiguo lago chino, muchos de los huevos de pterosaurio se abrieron, dejando entrar sedimentos que en última instancia conservarían sus formas oblongas. Y en al menos 16 de estos huevos, los sedimentos también atraparon los pequeños esqueletos de los embriones de pterosaurio en fase de desarrollo, incluido un hueso que, según el equipo, habría pertenecido a una cría recién nacida.

En el yacimiento fósil de Hamipterus, ubicado en la región de Xinjiang, en el noroeste de China, se han descubierto cientos de huesos de pterosaurios.
Fotografía de Alexander Kellner, Museu Nacional, UFRJ

 «Podríamos analizar los huesos y ver qué rasgos caracterizaban a un embrión, a una cría recién nacida y a un ejemplar joven cuando maduraba», afirma la coautora del estudio Juliana Sayão, experta en estructuras óseas de la Universidad Federal de Río de Janeiro. «Es un récord único para los pterosaurios: por primera vez, tenemos todo el abanico [de posibilidades]».

Comparando los huesos aislados de pterosaurios de edades diferentes, los investigadores pueden recomponer de forma aproximada las etapas de desarrollo de un Hamipterus. Han descubierto que los embriones en las últimas etapas carecen de dientes y sus extremidades anteriores están menos desarrolladas que sus extremidades posteriores. La aparente debilidad de los brazos es una sorpresa, ya que muchos paleontólogos pensaban que los pterosaurios podían volar prácticamente al salir del huevo. Sin embargo, los fósiles de Hamipterus nos revelan que el pterosaurio presentaba un desarrollo más lento y que correteaba a cuatro patas cuando era una cría.

«Creo que tenemos argumentos sólidos, [y] es un resultado interesante», afirma el paleontólogo de la Universidad del Sur de California Mike Habib, experto en la reconstrucción del movimiento de los pterosaurios. Espera que en los análisis futuros de estos fósiles se utilice análisis mecánico para probar la capacidad de vuelo de los reptiles más pequeños. 

Las rocas del yacimiento contienen un revoltijo de huevos de Hamipterus conservados, así como huesos desarticulados de adultos de la misma especie. Los paleontólogos todavía no están seguros de por qué solo han encontrado restos de Hamipterus en estos depósitos.
Fotografía de Alexander Kellner, Museu Nacional, UFRJ

Serán necesarios más estudios para desentrañar más detalles sobre la reproducción de estas bestias aladas. La cáscara se parece a los huevos de las tortugas, lo que significa que los Hamipterus probablemente enterraban sus huevos para protegerlos, pero se desconoce dónde o cómo. Es más, todavía no sabemos cuántos huevos podía poner una hembra de Hamipterus o el tamaño de sus grupos reproductores.

Debido a que el registro fósil está incompleto, también es posible que se tenga que revisar esta hipotética secuencia de crecimiento del Hamipterus. Es posible que los embriones más grandes que descubrió el equipo todavía no estuvieran preparados para eclosionar, lo que alteraría la línea temporal de desarrollo. Encontrar más fósiles sería de mucha ayuda; el equipo de Wang sigue buscando en el noroeste de China.

«¿Qué hay en mi lista de deseos?», se pregunta el coautor Alexander Kellner, paleontólogo de la Universidad Federal de Río de Janeiro. «Número uno: encontrar más embriones. Número dos: espero encontrar huevos in situ, es decir, "en el lugar". Aprenderíamos mucho de ellos».

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