Este dinosaurio herbívoro en realidad podría haber comido carne

Los dientes con aspecto de cuchillo de carne en la mandíbula de Pachycephalosaurus más completa descubierta hasta la fecha son similares a los de un carnívoro.

Por John Pickrell
Publicado 25 oct 2018, 15:35 CEST

El Pachycephalosaurus, el dinosaurio con cabeza abovedada, de 4,5 metros de largo y de complexión delicada que convivió junto al Tyrannosaurus y el Triceratops, es uno de los elementos básicos de los libros infantiles y la cultura popular y se lo representa generalmente como herbívoro. Sin embargo, el hallazgo de un nuevo cráneo con la mandíbula y la hilera de dientes más completos de su especie dejó perplejos a los científicos cuando se reveló en la reunión de la Sociedad de Paleontología Vertebrada en Albuquerque, Nuevo México, a principios de esta semana.

Este joven Pachycephalosaurus, como todos los especímenes conocidos de su tipo, presentaba dientes amplios con forma de hoja hacia la parte posterior de su mandíbula, adaptados para triturar plantas, frutas y semillas.

Pero en la parte delantera de su mandíbula —una parte de la especie que nunca se había hallado fosilizada hasta ahora—, este espécimen tenía dientes afilados, triangulares con forma de filo similares a los de los carnívoros como el Tyrannosaurus y el Velociraptor. No se sabe si esta especie presentaba estos dientes de forma temporal durante su juventud o si eran un rasgo permanente del dinosaurio.

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El hecho de que el Pachycephalosaurus presentase estos dientes durante alguna de las etapas de su desarrollo resulta fascinante, según comenta Steve Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo en Reino Unido, que acudió a la reunión en Albuquerque.

«Llevo 15 años estudiando terópodos [carnívoros] y estoy muy seguro de que si me dieras un diente como ese, diría que se trata de un diente de terópodo», afirma. «Combinaba un pico con dientes serrados, afilados, parecidos a un cuchillo de carne... Debieron haber consumido algún tipo de carne. De lo contrario, ¿por qué tendrías cuchillos de carne en la parte delantera de la boca?».

El desarrollo de los dinosaurios

El hallazgo fue presentado por Mark Goodwin, del Museo de Paleontología de la Universidad de California en Berkeley quien, junto con David Evans del Royal Ontario Museum en Toronto, Canadá, ha desenterrado y estudiado muchos especímenes nuevos de Pachycephalosaurus en los últimos años.

El trabajo de Goodwin suscitó polémica por última vez en 2009, cuando presentó pruebas —ahora ampliamente aceptadas— de que dos especies de dinosaurios halladas en la formación de Hell Creek en el oeste de los Estados Unidos no eran especies en sí mismas, sino formas jóvenes de Pachycephalosaurus. Estas criaturas, anteriormente llamadas Stygimoloch y Dracorex, tenían un aspecto bastante diferente al de los adultos. Estaban cubiertos de bultos y cuernos, parte de la ornamentación de su compleja cabeza, pero no poseían las grandes bóvedas de un Pachycephalosaurus adulto, de ahí la confusión previa.

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    Una ilustración muestra el posible aspecto del joven Pachycephalosaurus en vida. Su cabeza muestra adornos, bultos y nodos craneales por la superficie posterior de su cráneo plano.
    Fotografía de Kari Scannella

    El nuevo cráneo increíblemente completo de un ejemplar joven similar al Dracorex se descubrió en el este de Montana y se donó al Royal Ontario Museum. Data de hace 66 a 68 millones de años, del Cretácico Superior, poco después del impacto del asteroide que exterminó a los dinosaurios no aviares. Es uno de los 71 fósiles fragmentarios que Goodwin y Evans estudian para entender mejor cómo se desarrollaba el Pachycephalosaurus desde la juventud a la edad adulta.

    En la reunión de paleontología en Albuquerque, Goodwin también desveló otro hallazgo de la investigación: que el estilo y la complejidad de la ornamentación craneal del Pachycephalosaurus no solo parecía haber cambiado durante la maduración del individuo, sino también a lo largo de los dos millones de años de evolución documentados en las rocas de la formación de Hell Creek. Esto añade más complejidad a la perspectiva descrita por primera vez en 2009.

    Descubrir la dieta

    En palabras de Goodwin, descubrir dientes que «parecen, a todos los efectos, dientes de terópodo» en el nuevo cráneo fue una gran sorpresa. Especula que estos animales podrían haber sido oportunistas a la hora de alimentarse y al menos parcialmente carnívoros, quizá cambiando su dieta por estaciones, como hacen muchos osos hoy en día.

    Quizá el Pachycephalosaurus desempeñaba un papel general de omnívoro, según sugiere Brusatte, «alimentándose de arbustos y helechos, pero también de pequeños mamíferos, ranas, salamandras, lagartos y quizá hasta de dinosaurios pequeños».

    Para confirmar las preferencias dietéticas de los dinosaurios se necesitarán pruebas más completas de qué comían exactamente, y existen varias formas de averiguarlo. Una forma sería analizar la proporción de isótopos de carbono en el esmalte dental de este paquicefalosaurio. Esa marca química puede aportar información sobre la composición de la dieta de un animal, al igual que un estudio de los diminutos agujeros y rasguños en la superficie de los dientes. Otro método consistiría en observar las marcas de mordiscos en otros huesos fosilizados de la formación de Hell Creek para comprobar si algunos de ellos coinciden con la forma y el tamaño de los dientes descubiertos.

    Esta investigación podría tener mayores repercusiones. Philip Currie, paleontólogo de la Universidad de Alberta en Canadá, afirma que está dispuesto a reexaminar los muchos dientes de «terópodo» desconcertantes hallados aislados en rocas de la misma antigüedad. A la luz del nuevo descubrimiento, se pregunta si estos dientes misteriosos podrían pertenecer al Pachycephalosaurus.

    Evans está de acuerdo: «Si estos dientes se hallaron aislados de una mandíbula —y sin duda, podría haber sido así—, podrían haberlos confundido con los dientes de pequeños dinosaurios carnívoros».

    «Es alucinante que estos dientes en la parte delantera de la mandíbula estuvieran reforzados por un pico, al menos parcialmente», afirma Currie. «Siempre nos hemos sentido desconcertados por lo que comían estos animales, pero creo que los dientes en la parte trasera de la mandíbula demuestran que se trata de un herbívoro. La cuestión es por qué necesitaría dientes de carnívoro en la parte delantera».

    La mayoría de los científicos prefieren clasificar a los dinosaurios en categorías claras, según explica Danny Anduza, del Museo de Paleontología de la Universidad de California, que ha ayudado a excavar varios fósiles de Pachycephalosaurus. «Lo emocionante de este estudio es que los autores emplean nuevas pruebas para desafiar algunos de esos supuestos».

    Afirma que la investigación también hace hincapié en la importancia de los trabajos de campo continuos. «Incluso después de estos años de recopilación, el hallazgo de un nuevo espécimen puede cambiar la forma en que vemos un grupo de dinosaurios», afirma Anduza. «Creo que resulta muy inspirador. Nos recuerda que debemos salir al campo con tanta frecuencia como sea posible e ir siempre más allá».

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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