Este es el único lugar de la Tierra donde los leones viven solos

En los duros desiertos del norte de Kenia, no tiene sentido formar manadas. Los leones han aprendido a sobrevivir en solitario.

Por Christine Dell'Amore
Publicado 12 ago 2019, 15:21 CEST
Leona Nadala
Una leona llamada Nadala descansa en un árbol en la reserva nacional Samburu en Kenia, donde los leones viven solos.
Fotografía de Shivani Bhalla, Nat Geo Image Collection

La llamaron Magilani —«la lista»— porque debía de ser lista para lograr vivir sola aquí, en los duros desiertos del norte de Kenia.

No solo salía adelante, sino que la gran felina había conseguido criar a sus cachorros compartiendo la tierra de forma pacífica con el pueblo samburu, una tribu de pastores seminómadas.

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«No podía dejar de preguntarme cómo podía esa leona salir adelante sola. Sobrevivía a la perfección», afirma Shivani Bhalla, fundadora y directora ejecutiva de Ewaso Lions, una organización que fomenta la coexistencia entre humanos y especies silvestres que viven a lo largo del río Ewaso.

Cuando Bhalla se mudó a la región de Samburu en 2002, «creía que vería grandes manadas de leones. De niña, mi padre me llevaba de safari a [la reserva nacional de] Masái Mara», cuenta.

Sin embargo, los habitantes le contaron que los casi 50 leones de la población, que circulaban entre la comunidad y las tierras protegidas, vivían solos; era la primera población solitaria descrita científicamente.

«Todos siguen etiquetando a los leones como felinos sociales, pero aquí no son sociales», afirma Bhalla, cuya investigación fue publicada en su tesis de doctorado.

En otras palabras, vivir en manada no es algo predeterminado en los leones.

Los hallazgos de Bhalla encajan con la investigación existente que prueba que los leones tienen una «flexibilidad sorprendente», afirma Meredith Palmer, investigadora posdoctoral de la Universidad de Princeton que estudia las interacciones entre los leones y sus presas.

Palmer indica que esa capacidad de adaptación a los paisajes humanos será fundamental para el futuro de la especie: el león africano ha desaparecido en el 94 por ciento de su área de distribución histórica, sobre todo por la fragmentación del hábitat, la pérdida de presas y los conflictos con humanos. Es posible que queden unos 20 000 ejemplares salvajes.

«En África oriental especialmente, si los leones van a sobrevivir, tendrán que aprender a convivir con las personas», afirma. Llevar una vida solitaria es algo que podría ayudarlos.

Merecen respeto

Además de Magilani, que probablemente falleció en 2011, Bhalla ha colocado collares GPS a otras dos leonas, Nadala y Naramat. Su área de investigación ocupa unos 3100 kilómetros cuadrados del hábitat de los leones en las reservas nacionales de Samburu, Buffalo Springs y Shaba, así como cinco áreas de conservación comunitarias cuyos habitantes se benefician de proteger a las especies silvestres mediante el ecoturismo, por ejemplo.

Naramat, que ha criado a tres camadas de cachorros en su área de estudio, vive ahora a unos 105 kilómetros al sur, en otra área de conservación comunitaria, donde cría a sus nuevos cachorros.

Rastreando los movimientos de Naramat, Bhalla y sus colegas han aprendido que conoce bien su hábitat: enseguida abandona áreas donde no se siente segura y ha averiguado cómo desplazarse entre los asentamientos humanos y las áreas protegidas.

Las madres de Samburu también son muy hábiles. Por ejemplo, Bhalla explica que, en las manadas, las hembras dejan a sus cachorros con «niñeras», pero estas leonas se llevan a sus crías consigo a todas partes, incluso de caza. De hecho, Magilani enseñó a su cachorro de tres meses a derribar a un antílope pequeño, un hecho «asombroso», afirma.

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    Una leona llamada Uni es una de las leonas solitarias del norte de Kenia.
    Fotografía de Shivani Bhalla, Nat Geo Image Collection

    Tampoco se ven muchos leones macho holgazaneando. Son cazadores solitarios y muy activos, aunque machos y hembras se reúnen brevemente para aparearse.

    «Si llevaras a un león de Masái Mara a Samburu, no sobreviviría un día entero. Están gordos y mimados», añade entre risas.

    «Los leones de Samburu merecen mucho respeto».

    Dinámica familiar

    Mucha gente cree que «las manadas forman parte de la definición de ser un león», afirma Palmer, pero esto se debe a que los primeros estudios a largo plazo de los leones se llevaron a cabo en África oriental, sobre todo en la reserva nacional de Masái Mara y en el parque nacional del Serengueti.

    En estas sabanas donde abundan las presas, la vida es próspera, tan próspera que los territorios escasean. Según una investigación del Centro de Leones de la Universidad de Minnesota, donde Palmer hizo su doctorado, vivir en grupo permite a los leones macho defender sus territorios de los machos invasores que quieren hacerse con su trocito de paraíso y la estructura grupal unida también protege a los cachorros.

    Esta investigación también ha descubierto «un gran nivel de flexibilidad en el comportamiento de los leones en tipos de condiciones medioambientales y sociales muy diferentes», afirma Palmer.

    Por ejemplo, las manadas más pequeñas suelen hacerse con territorios más grandes en las llanuras más áridas de África oriental, donde tienen que abarcar más terreno para encontrar comida. Las manadas más grandes defienden territorios más pequeños pero de mayor calidad, cerca de recursos hídricos valiosos donde abundan las presas.

    De hecho, hay muchos motivos para no formar manadas, algo que ya han averiguado la mayoría de las especies de grandes felinos. Por ejemplo, no hay que compartir la comida, sobre todo cuando no abunda, como ocurre en el árido Samburu.

    También resultaría difícil que una manada de leones mantuviera un territorio definido en un mosaico de tierras comunitarias y áreas protegidas, otro motivo por el que los grandes felinos viven solos.

    Bhalla añade que resulta obvio que su estilo de vida solitario funciona: «Algunos leones [de Samburu] sobreviven hasta los 16 años, algo asombroso en un paisaje tan duro». Como comparación, una hembra del Serengueti puede vivir hasta 19 años.

    Una situación en la que todos ganan

    Muchas personas de la tribu samburu protegen a los grandes felinos que viven entre ellos: llamaron a Naramat «la cuidadora» por sus excelentes dotes de madre, según Bhalla.

    Este aprecio proporciona a estos leones más probabilidades de sobrevivir.

    «Cuanta más gente conozca y nombre a los leones, más se implicarán con ellos», afirma. En 2018, fallecieron dos leones en conflictos con personas en la región, un descenso desde 2017, cuando murieron cinco.

    Palmer afirma que el éxito de los leones de Samburu es un buen presagio para las poblaciones de África oriental y Sudáfrica, donde los depredadores están siendo expulsados de los parques y entrando en zonas con ocupación humana.

    «Si los leones pueden vivir en la comunidad y la comunidad puede convivir con los leones, es una situación en la que todos ganan», afirma.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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