Este caracol invasor podría salvar las plantaciones de café

La roya del cafeto es una plaga que asedia las plantaciones, pero el caracol asiático podría ser la salvación.

Por Forest Ray
Publicado 11 mar 2020, 12:55 CET
Unos caracoles asiáticos (Bradybaena similaris) se arrastran sobre una hoja de café con hongos de la roya.
Fotografía de Zachary Hajian-Forooshani

El Hemileia vastatrix, el hongo que provoca la roya del cafeto, es la plaga del café de más importancia económica del mundo. Desde los años 80, los brotes ocasionales de este hongo han paralizado la producción de café en las Américas, a veces duplicando o triplicando su precio. El problema se ha recrudecido desde 2008 y con ello han aumentado los recursos destinados a combatirlo.

Un nuevo descubrimiento plantea una posibilidad intrigante para controlar la plaga más costosa que asedia el café y viene dentro de una concha pequeña. Según una investigación reciente de la Universidad de Míchigan en Ann Arbor, los caracoles asiáticos Bradybaena similaris pueden consumir grandes cantidades de roya del cafeto antes de que la enfermedad dañe a la planta. Deja un caracol en una hoja cubierta de roya y puede limpiar hasta el 30 por ciento del hongo en 24 horas.

Aunque la roya del cafeto tiene depredadores y patógenos conocidos, los gasterópodos (caracoles y babosas) nunca han figurado entre ellos. También hay evidencias limitadas de que las babosas consuman otros tipos de hongos que afectan a las plantas. Esta parece ser la primera ocasión en que se documenta que los caracoles asiáticos cambian su dieta de plantas a hongos.

Con todo, este posible control biológico (la táctica de gestionar plagas con otros organismos) tiene truco. Normalmente, los caracoles asiáticos son invasores y una plaga de cultivos. Pero los investigadores se han topado con una forma de que los caracoles centren su dieta en la roya del cafeto.

Rastros de excrementos naranjas

Zachary Hajian-Forooshani, estudiante de doctorado de la Universidad de Míchigan, y sus tutores John Vandermeer e Ivette Perfecto llevaban a cabo una investigación de campo en las montañas de la región central de Puerto Rico en 2016 cuando observaron rastros de heces naranjas de caracol pegadas al envés de las anchas y verdes hojas de los cafetos. El color del excremento coincidía a la perfección con el de la roya del cafeto.

Esto picó la curiosidad de los investigadores, que tomaron muestras de caracoles asiáticos y del caracol caribeño autóctono Bulimulus guadalupensis, que suelen compartir las hojas de los cafetos. El grupo dejó a cada caracol durante una noche con hojas que tenían roya del cafeto en un entorno controlado de laboratorio. Veinticuatro horas después, solo los caracoles asiáticos habían limpiado la roya del cafeto de las hojas.

Al año siguiente, el grupo volvió a la misma plantación de café para llevar a cabo más experimentos. En esa ocasión, cuando capturaron caracoles, advirtieron una gran abundancia de Lecanicillium lecanii, un parásito fúngico y enemigo conocido de la roya. La presencia simultánea hizo que se preguntaran si los caracoles asiáticos consumían tanto el hongo causante de la roya como su patógeno, que se denomina micoparásito.

Una hoja de cafeto típica infectada por el hongo de la roya del cafeto (izq.) junto a una hoja que aparentemente ha sido limpiada de las esporas de color anaranjado por los caracoles. En el borde izquierdo de la hoja derecha vemos el rastro anaranjado de los excrementos del caracol.
Fotografía de Zachary Hajian-Forooshani

Pero descifrar esta relación a tres bandas es complicado. Las hojas de cafeto con más manchas de roya también presentan más micoparásitos L. lecanii. Por consiguiente, el hambre del caracol podría concentrarse en la roya, mientras que los micoparásitos L. lecanii son meros espectadores, o el caracol podría tener predilección por ambos.

Así, el equipo recopiló hojas de cafeto infectadas con roya, pero esta vez incluyeron algunas hojas que también albergaban los micoparásitos L. lecanii. De nuevo, dejaron a los caracoles con una sola hoja de cafeto en recipientes oscuros durante 24 horas.

Un análisis estadístico de los hábitos alimentarios de los caracoles indicó una preferencia significativa por hojas que contenían tanto el hongo de la roya como micoparásitos L. lecanii. Asimismo, los caracoles parecían consumir más roya cuando había más micoparásitos en la hoja.

Hajian-Forooshani explica que muchos organismos pueden cambiar lo que hacen y cómo lo hacen cuando los colocan en una situación nueva.

«En general, esto se acepta como una realidad, debido a la aparición espontánea de plagas en todo el mundo, así como las interacciones imprevistas de especies invasoras y agentes de control biológico en comunidades ecológicas de todo el mundo», afirma Hajian-Forooshani.

Los gremios del café

La relación entre la roya del cafeto, los caracoles asiáticos y los micoparásitos L. lecanii podría ser un ejemplo de un fenómeno llamado «depredación intragremial», que consiste en que un depredador consume presas que han sido infectadas por un patógeno. Una investigación teórica ha sugerido que la depredación intragremial puede prevenir los brotes de plagas.

Según Stacy Philpott, profesora de la Universidad de California, Santa Cruz, que se especializa en agroecología, biodiversidad y controles biológicos de las plagas del café, la interacción intragremial podría estabilizar la población de micoparásitos y así proporcionar un mejor control o supresión a largo plazo de la roya del cafeto.

«El caracol podría desempeñar un papel ecológico importante», afirma Philpott, que no participó en este estudio. Su laboratorio ha presenciado un fenómeno intragremial similar en la protección del café, concretamente en la relación entre las hormigas y dos insectos herbívoros, los áfidos y los cocoideos.

Los áfidos y los cocoideos se alimentan de los cafetos. A su vez, las hormigas cosechan azúcar de estos insectos y los protegen de otros depredadores. Aunque esto parezca malo para el café y aunque los agricultores suelen considerar estos bichos como algo perjudicial, las hormigas suelen ser agresivas hacia otros herbívoros más perjudiciales, lo que aporta un beneficio neto a la planta.

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    La ironía de que los caracoles asiáticos proporcionen un servicio agrícola al consumir la roya del cafeto es que el propio caracol se considera una plaga agrícola grave, ya que consume cultivos de cítricos, uvas, legumbres, repollos y hojas de mostaza en todo el mundo. Por este motivo, entre otros, todos investigadores entrevistados para este artículo han recomendado proceder con cautela a la hora de explorar el uso de los caracoles invasores como agente de control biológico de plagas.

    Ahora mismo, se sabe demasiado poco respecto a lo que podrían traer al ecosistema los caracoles asiáticos. Por ejemplo, el caracol consume tanto los micoparásitos como la roya, pero ¿qué pasa si consume demasiados? ¿Podría permitir que la roya se extienda más rápida y ampliamente y desestabilizar el ecosistema de las plantaciones de café?

    «Los enfoques clásicos del control de plagas no suelen comprender esta complejidad y provocan desastres naturales considerables», afirma Estelí Jiménez-Soto, agroecóloga de la Universidad de California, Santa Cruz, cuya labor suele centrarse en el café y las medidas de control biológico. También se desconoce si esta depredación intragremial sería aplicable como control biológico en el resto de Puerto Rico o en otros países.

    Hajian-Forooshani afirma que se llevarán a cabo más estudios para evaluar la extensión del consumo de roya del cafeto por parte de los gasterópodos en las plantaciones de la isla y en el resto de Latinoamérica.

    Durante su última visita a Puerto Rico, los investigadores advirtieron otras babosas no identificadas con algo que parecían esporas de roya del cafeto en su interior y que también dejaban excrementos de color naranja. Es posible que los gasterópodos consuman más roya del cafeto de lo pensado y que simplemente los científicos hayan pasado por alto este fenómeno hasta ahora.

    Otra cuestión importante es si las esporas de roya del cafeto que consumen los caracoles aún son viables tras ser excretadas. Si las esporas pueden sobrevivir y propagarse, entonces la depredación de los caracoles proporcionaría muy pocos beneficios a los caficultores (y a los consumidores de café).

    Con todo, si este descubrimiento sí desemboca en una forma viable de control biológico de plagas, sería muy bien recibido. Otros métodos de control para la roya deben perfeccionarse continuamente para impedir que el hongo desarrolle resistencia a los plaguicidas y los fungicidas. Ahí es donde los caracoles podrían suponer una ventaja.

    «Cuesta desarrollar resistencia a que te coman», afirma Hajian-Forooshani.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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