Los dinosaurios no fueron las únicas bestias colosales de la prehistoria

Los brontoterios (o bestias del trueno) fueron de los primeros mamíferos que desarrollaron cuerpos de gran tamaño tras la extinción de los dinosaurios. Por fin conocemos el secreto de su impresionante tamaño.

Por Riley Black
Publicado 16 may 2023, 14:04 CEST
Un esqueleto de una de las mayores especies de brontoterios

Un esqueleto de una de las mayores especies de brontoterios, un mamífero extinto parecido al rinoceronte y emparentado con los caballos, en el Museo de Geología de la Escuela de Minas de Dakota del Sur, en Rapid City. Esta especie, Megacerops coloradensis, llegó a tener el tamaño de un elefante africano de bosque.

Fotografía de MILLARD H. SHARP, SCIENCE PHOTO LIBRARY

Las bestias del trueno fueron de los primeros mamíferos que vivieron a lo grande. La mayor de estas criaturas parecidas a rinocerontes, llamadas brontoterios (Brontotheriidae) por los expertos, medía más de dos metros y medio en la cruz y pesaba más de tres toneladas. Los científicos han descubierto que el secreto de su impresionante tamaño se debe en parte a la competencia en la ensalada de especies prehistóricas.

Los mamíferos no empezaron a crecer hasta el final de la era de los dinosaurios, hace 66 millones de años. Los que sobrevivieron a la extinción no eran mucho más grandes que un terrier, pero 20 millones de años después ya eran comunes los mamíferos que pesaban más de una tonelada. Un nuevo estudio publicado en la revista Science arroja luz sobre este estirón prehistórico al desvelar la historia de las bestias del trueno.

Los primeros brontoterios eran relativamente pequeños, sólo pesaban unos 18 kilos, y evolucionaron hace unos 54 millones de años en lo que hoy es Norteamérica. Con el tiempo, sin embargo, las especies de brontoterios fueron produciendo descendientes más grandes. De las 57 especies de brontóteros conocidas, más de la mitad pesaban más de una tonelada.

"Este grupo alcanzó notables aumentos de tamaño en un periodo de tiempo relativamente corto", afirma el paleontólogo de la Universidad de Alcalá de Henares Óscar Sanisidro, que dirigió la nueva investigación.

Mediante el seguimiento del tamaño corporal de los brontóteros y la aparición de nuevas especies a lo largo del tiempo, Sanisidro y sus colegas buscaron cualquier patrón en el registro fósil. Intentaban determinar si los mamíferos experimentaron aumentos constantes de tamaño a lo largo del tiempo, si evolucionaron hacia tamaños mayores en un pequeño conjunto de nichos ecológicos o si se diversificaron de diversas formas sin dirección aparente. El patrón evolutivo podría revelar posibles causas, como aumentar de tamaño para protegerse de los depredadores o acceder a fuentes de alimento sin explotar en el antiguo entorno.

El equipo descubrió que los brontoterios no crecían simplemente con el tiempo. Por el contrario, tanto los miembros grandes como los pequeños de este grupo siguieron evolucionando a lo largo de su historia. "Diferentes linajes de brontoterios produjeron vástagos pequeños y grandes", afirma Sanisidro. Pero aunque los brontoterios no evolucionaban en una única dirección, cada vez más grande, las especies de mayor tamaño solían salir mejor paradas.

Los grandes brontoterios podían alcanzar el alimento por encima de las cabezas de sus competidores, evitar que se abalanzaran sobre ellos los carnívoros que se alimentaban de especies más pequeñas y viajar más lejos, a zonas más verdes del bosque, con más facilidad que los pequeños herbívoros. En un mundo en el que la mayoría de los mamíferos intentaban ganarse la vida entre la maleza, los brontoterios lograron esquivar la carrera de ratas.

Según la paleontóloga Gemma Benevento, que no ha participado en la nueva investigación, los científicos llevan más de un siglo preguntándose por los patrones evolutivos de los brontoterios.

"Entre los mamíferos en su conjunto", afirma Benevento, "algunos grupos evolucionaron hacia tamaños más grandes, otros mantuvieron una gama de tamaños corporales y otros eran casi exclusivamente de cuerpo pequeño". Los mamíferos llenaron el mundo de diferentes maneras tras la diezma de los dinosaurios, y los brontoterios respondieron con una amplia gama de tamaños, pero los más grandes parecen haber evolucionado más a menudo y permanecido más tiempo que sus homólogos más pequeños.

Parte de la razón se encuentra en la forma en que los ecosistemas de la Tierra se vieron sacudidos tras la extinción masiva provocada por un asteroide a finales del Cretácico. El mundo no tenía animales terrestres verdaderamente grandes justo después de este acontecimiento.

"Una de las principales razones por las que los brontoterios, y algunos otros mamíferos, parecen haberse adaptado bien a tamaños mayores... fue simplemente la disponibilidad de nichos". Las plantas que sólo podían ser alcanzadas por animales más grandes, o que tenían hojas que sólo podían ser masticadas por bocas más grandes, por ejemplo, estaban al alcance de la mano durante esta época. Los mamíferos que desarrollaron cuerpos más grandes pudieron acceder a más recursos con menos competencia.

La historia de los brontoterios más pequeños subraya esta cuestión. Cuando Sanisidro y sus colegas analizaron el tiempo que sobrevivían las distintas especies de estos mamíferos con cuernos y las comunidades en las que vivían, el equipo descubrió que los brontoterios de menor tamaño luchaban por sobrevivir junto a los herbívoros que se alimentaban del mismo tipo de vegetación.

"Los más grandes sobrevivían más tiempo y evitaban mejor la competencia por el alimento en un mundo lleno de pequeños herbívoros con hábitos de ramoneo similares", explica Sanisidro.

La nueva investigación también esboza lo que pudo llevar a los brontoterios a la extinción. Las bestias del trueno solían alimentarse de la vegetación espesa y frondosa de los bosques húmedos, en lugar de pastar en la vegetación más dura cercana al nivel del suelo.

"Cuando el clima se volvió más seco", dice Sanisidro, "los brontoterios posteriores quedaron restringidos a hábitats húmedos y ribereños". Al cambiar el clima mundial y extenderse las praderas donde antes crecían frondosos bosques, las bestias del trueno se vieron arrinconadas evolutivamente. El medio ambiente cambió más deprisa de lo que ellos podían seguir, abriendo el mundo a nuevos gigantes mamíferos que ocuparon el escenario evolutivo.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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