Pingüinos azules se dirigen de noche hacia sus madrigueras en el Parque Natural de Phillip Island

¿Por qué los cuervos han comenzado a atacar a los pingüinos más pequeños del mundo?

La comunidad científica trata de comprender por qué los cuervos sólo han aparecido como amenaza para esta colonia insular de pequeños pingüinos en los últimos años.

Pingüinos azules (o del hada), (Eudyptula minor) se dirigen de noche hacia sus madrigueras en el Parque Natural de Phillip Island, Victoria, Australia. En los últimos años, estas pequeñas aves no voladoras se han enfrentado a una nueva amenaza: los cuervos que atacan sus nidos.

Fotografía de Tui De Roy, Nature Picture Library
Por Kenna Hughes-Castleberry
Publicado 30 ene 2024, 10:46 CET

A través de las playas poco profundas de la isla australiana de Phillip, chillidos como silbidos rotos llenan el aire. Diminutos pingüinos, de apenas 30 centímetros de altura y poco más de un kilo de peso, luchan por la vida de sus polluelos desde sus madrigueras. Sus atacantes: los cuervos de la isla.

Los cuervos pasan varios días observando la madriguera de un pingüino pequeño (Eudyptula minor), también conocido como pingüino azul o pingüino enano, antes de atacar. Trabajan en parejas: el más grande distrae al pingüino padre mientras el más pequeño excava un agujero en la madriguera desde arriba para arrebatarle los huevos o los polluelos. En un ataque especialmente violento, los investigadores vieron a una pareja de cuervos arrojar a un pingüino por un acantilado antes de asaltar la madriguera. Pero normalmente, dice Kasun Ekanayake, de BirdLife Australia, los cuervos acosan al pingüino progenitor durante varias horas hasta que éste pierde la esperanza y se da por vencido.

No siempre ha sido así. De hecho, no fue hasta hace unos 20 años cuando los investigadores se percataron de que los cuervos, llegados de Australia continental en la década de 1970, empezaban a depredar sobre los pingüinos de la isla, casi de su mismo tamaño. Ahora, mientras cada especie desarrolla nuevas estrategias para intentar ser más astuta que la otra, los investigadores se apresuran a encontrar formas de detener los ataques de los cuervos antes de que empiecen a afectar a la población de pingüinos.

Los pingüinos pequeños, que se encuentran en toda la costa meridional de Australia y Nueva Zelanda, no están en peligro de extinción, pero con más de 40 000 aves reproductoras, la colonia de Phillip Island es la mayor de todas. Los ecosistemas insulares viven en un delicado equilibrio, y basta un pequeño cambio para que esa armonía se venga abajo.

"Por lo que sabemos, parece que otras colonias de pingüinos no sufren estos ataques de cuervos", afirma Mike Weston, catedrático de Biología de la Fauna y la Conservación de la Universidad Deakin de Melbourne (Australia), que ha estudiado el fenómeno; "eso sugiere que tenemos una población local de cuervos que ha aprendido a hacer esto, y el riesgo de que este comportamiento se extienda es real".

(Relacionado: Los pingüinos no viven en el Polo Sur y otros mitos polares desmentidos)

Depredadores poco estudiados y menospreciados

Los zorros invasores solían ser la mayor amenaza para la colonia de pingüinos de Phillip Island, con más de 3000 pingüinos víctimas, pero un esfuerzo concertado de erradicación finalmente dejó a la isla libre de zorros en 2015.

Los cuervos, en cambio, plantean un reto mucho más complejo.

Un polluelo de pingüino azul preparándose para emplumar. Aunque la colonia de pingüinos pequeños de Phillip Island es la mayor del mundo, los cuervos depredadores representan una amenaza creciente.

Fotografía de Tui De Roy, Nature Picture Library

Los córvidos "han sido muy infravalorados como depredadores de la fauna salvaje", afirma Weston. Su capacidad para prosperar en zonas urbanas, alimentarse de diversos animales y plantas y su increíble inteligencia hacen que la amenaza que suponen sea especialmente difícil de mitigar. Estas características explican también por qué su número va en aumento. Para complicar aún más las cosas, nadie sabe a ciencia cierta por qué los cuervos empezaron a alimentarse de pingüinos azules ni cómo se propagaron.

Un estudio de 2021 estableció que el comportamiento depredador proviene del aprendizaje social y no de la genética, pero aún se desconocen muchas cosas. "Probablemente hubo algún tipo de innovación, que se extendió por la población. Los cuervos son muy inteligentes, y se sabe que algunos córvidos aprenden simplemente observando a otros cuervos resolver rompecabezas", dice Weston, coautor del estudio.

En 2013, los investigadores descubrieron que más del 60 por ciento de las nidadas de pingüinos que estaban vigilando habían sido atacadas o destruidas. Solo dos años después, solo el 30% de las nidadas observadas habían sido atacadas, lo que sugiere que los pingüinos se habían adaptado a los ataques de los cuervos para hacer sus madrigueras más seguras. Hasta ahora, la población de pingüinos de la isla se ha mantenido estable desde 2015.

Esto se debe a que el ritmo al que los cuervos atacan las madrigueras de los pingüinos fluctúa de un año a otro, según la investigación de Laura Tan, de BirdLife Australia, dependiendo en parte de la disponibilidad de fuentes alternativas de alimento.

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      Los pingüinos azules (o pingüinos hada) desembarcan al anochecer para llegar a las zonas de cría.

      Fotografía de Tui De Roy, Nature Picture Library

      Los "asesinatos" y los cuervos

      Weston, Tan y sus colegas también experimentaron para ver si se podía detectar ADN de pingüino en las heces de los cuervos, lo que podría dar a los investigadores una mejor idea de lo extendida que está la depredación de pingüinos entre los cuervos de la isla. Aunque la técnica no resultó tan útil como los investigadores esperaban, sí demostró que los cuervos comen muchas más especies de aves y mamíferos de lo que se pensaba.

      Eso significa que el creciente número de cuervos no es sólo una preocupación para los pingüinos pequeños, dice Tan, sino también para otras especies vulnerables, especialmente otras aves que anidan en el suelo.

      "Lo que me sorprendió es el aliento de la dieta de los cuervos", dice Weston; "su versatilidad es asombrosa".

      También se sabe que los cuervos ciegan al ganado con sus afilados picos o apuñalan hasta la muerte a otras aves playeras antes de comerse los cadáveres. Estos comportamientos dan crédito a su caracterización colectiva. No es casual la denominación que recibe un grupo de cuervos: asesinato.

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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