¿Qué animales se extinguirán primero a causa del cambio climático?

Australia, Nueva Zelanda y Sudamérica serán las regiones más afectadas, ya que las temperaturas cada vez más elevadas podrían conducir a la extinción a una de cada seis especies en todo el mundo.

Por Craig Welch
Cuatro animales que se enfrentan a un creciente riesgo de extinción con el aumento de las temperaturas: el walabí de las rocas de patas amarillas, el perico aligualdo y el canguro arborícola de Lumholtz, en Australia, y la tuátara en Nueva Zelanda.
Fotografía de Nick Rains, Corbis, Jan Wegener, Bia, Minden Pictures, Corbis, Bill Hatcher, National Geographic, Frans Lanting, National Geographic

30 de abril del 2015

Una de cada seis especies podría desaparecer debido al calentamiento del clima durante lo que queda de siglo, siendo los animales y plantas de Sudamérica los más afectados, mientras que los de América del Norte se enfrentarían al riesgo más bajo, según un nuevo análisis.

Con poblaciones naturalmente pequeñas de especies autóctonas en sus selvas tropicales y montañas, Sudamérica podría enfrentarse a tasas de extinción cuatro veces más altas que aquellas de Estados Unidos y Canadá, según un estudio publicado en la revista Science.

En Australia y Nueva Zelanda, donde la capacidad de plantas y animales para trasladarse a nuevas localizaciones se encuentra restringida por la presencia de los océanos, el porcentaje de extinciones podría duplicar el de Norteamérica.

“Esta es la prueba de que estamos empujando a la Tierra hacia un lugar en el que o bien nunca había estado antes, o bien no había estado durante mucho, mucho tiempo”, explicó Janneke Hille Ris Lambers, profesora asociada de biología en la Universidad de Washington, quien escribió un artículo de opinión en la revista Science elogiando esta investigación.

Muchos científicos han tratado de calcular qué animales y plantas de qué partes del mundo tienen más probabilidades de quedar condenados al olvido a causa del cambio climático. Un estudio de 2013 predijo que el 82 por ciento de las especies de peces de agua dulce autóctonas de California podrían desaparecer o descender hasta números muy reducidos debido al calentamiento global.

Mark Urban, profesor asociado de ecología en la Universidad de Connecticut, descubrió que los numerosos estudios emplearon varios métodos diferentes, por lo que los científicos prácticamente podían referirse a aquel que confirmase su punto de vista.

““Esta es la prueba de que estamos empujando a la Tierra hacia un lugar en el que o bien nunca había estado antes, o bien no había estado durante mucho, mucho tiempo””

por Janneke Hille Ris Lambers
Universidad de Washington

“Dependiendo del estudio que tuvieras en cuenta, podías obtener una perspectiva o bien pesimista o bien optimista”, afirma.

Para intentar resolverlo, Urban revisó 131 estudios de extinción y empleó modelos computacionales y otras técnicas estadísticas para combinar sus datos y obtener una estimación global.

“Es como preguntar a 131 expertos en la materia: ‘¿cuál sería tu mejor estimación de lo que va a ocurrir?’”, explica Hille Ris Lambers. “Tiene mucho valor”.

Urban halló que cuanto más rápidamente permitamos que aumenten las temperaturas, más se acelerarán las tasas de extinción.

Por ejemplo, limitar el cambio climático a una elevación de temperatura de 2 grados Celsius (un objetivo que muchos líderes mundiales se han comprometido a cumplir) prácticamente duplicaría los riesgos de extinción global, según descubrió Urban. Hoy en día, aproximadamente el 2,8 por ciento de las especies del mundo se enfrentan al riesgo de ser erradicadas: un incremento de 2 grados eleva ese riesgo al 5,2 por ciento.

Pero si la media global de temperaturas se eleva 4,3 grados Celsius (lo que podría ocurrir teniendo en cuenta las trayectorias actuales y sin reducciones drásticas en emisiones de combustibles fósiles) las tasas de extinción podrían dispararse hasta el 16 por ciento, o lo que es lo mismo, a una de cada seis especies. “Eso me sorprendió bastante”, declaró Urban.

Algunas zonas se enfrentan a mayores riesgos que otras, en parte debido a que albergan más especies endémicas (plantas y animales que no se pueden encontrar en ningún otro lugar) que habitan en áreas pequeñas.

Es por ello que el cambio climático ya está contribuyendo al declive de los manaquines de cresta amarilla y de espalda azul en Sudamérica y de la tuátara en Nueva Zelanda, un reptil cuyos huevos producen hembras únicamente cuando sus nidos se encuentran a la temperatura adecuada. Las temperaturas cada vez más elevadas han llevado a que hayan cada vez menos hembras adultas de tuátaras, amenazando el futuro de poblaciones enteras.

En Australia, mientras tanto, el cambio climático supone un riesgo para la supervivencia de especies que van desde el walabí de las rocas de patas amarillas y el canguro arborícola de Lumholtz hasta los lagartos sin patas de cola rosa y los pericos aligualdos.

Urban reconoce que este reciente estudio posee numerosas limitaciones. No existen datos suficientes disponibles acerca de las extinciones en la mayor parte de Asia. Las tasas de extinción global no pueden tener en cuenta cómo afecta el cambio climático a las relaciones entre depredador y presa, o a qué ritmo pueden trasladarse a nuevos hábitats las plantas y los animales.

El estudio tampoco tiene en cuenta las complejas formas en las que el cambio climático altera los sistemas naturales, combinando los problemas provocados por la polución y el desarrollo excesivo. Todos estos factores podrían servir para obtener un panorama general mejor o peor, según Urban.

“Lo que puedo afirmar es que esta es la mejor información que tenemos por ahora”, declaró Urban.

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