¿Te dan asco estas fotos? Entonces podrías tener tripofobia

Un nuevo estudio propone una teoría para explicar por qué la tripofobia, o miedo a los agujeros pequeños, provoca que tanta gente tenga asco.

Por Sarah Gibbens
Publicado 9 nov 2017, 4:19 CET
Tripofobia
Primeros planos de vainas de semillas maduras y verdes del loto sagrado Nelumbo nucifera. La planta es una imagen que suele circular entre los grupos de tripofobia.
Fotografía de George Grall, National Geographic Creative

La tripofobia podría ser una de las fobias más famosas de Internet de la que no has oído hablar por su nombre. El término procede del griego trypo o «perforar agujeros» y phobia o «miedo», y se refiere a la aversión a los patrones repetitivos, especialmente a agujeros pequeños muy juntos.

El término entró en el léxico popular en torno al 2009, cuando fue acuñado por un estudiante en la Universidad de Albany que creó una página de Facebook para incidencias anecdóticas y autodiagnosticadas. Desde entonces, el interés por este fenómeno se ha disparado.

Los foros online de Reddit, Instagram y Facebook sirven como centros donde la gente expresa su repulsión compartida, al mismo tiempo que comparten fotografías de las imágenes con patrones.

(Cuando compartí la imagen de la flor de loto en mi cuenta de Twitter, las respuestas variaban desde gente confusa sobre por qué era perturbadora a otras tan asqueadas que me pidieron que la borrase).

El término no ha sido reconocido por la American Psychiatric Association, y los expertos en salud mental debaten si la aflicción es o no una fobia real. Algunos optan con mayor frecuencia por etiquetarlo como un comportamiento o idiosincrasia inusual. Gran parte de este miedo es autodiagnosticado por quienes dicen que las imágenes les provocan desde una ligera incomodidad hasta una sensación de náusea.

En un estudio de 2013 con el título de «Fear of Holes» («Miedo a los agujeros») dos investigadores de la Universidad de Essex fueron los primeros en enfrentarse académicamente a este extraño miedo. En su estudio, descubrieron que el 16 por ciento de los 286 adultos a los que hicieron pruebas tenían una aversión visceral a los patrones. Tenían la teoría de que, debido a que animales potencialmente letales como algunas arañas, serpientes y escorpiones tienen marcas similares, la aversión era una adaptación evolutiva.

Un nuevo estudio de la Universidad de Kent publicado en la revista Cognition and Emotion propone otra teoría para explicar por qué algunas personas tienen reacciones negativas tan fuertes a las pequeñas acumulaciones de agujeros.

«Se sabe que el asco nos ayuda a evitar las enfermedades infecciosas y los patógenos», explica Tom Kupfer, autor del estudio. «La respuesta a estas imágenes parece ser una respuesta para evitar una enfermedad».

En otras palabras, la gente que tiene miedo a las pequeñas acumulaciones de agujeros podría estar sintiendo angustia por los parásitos o las enfermedades que se pueden extender de persona a persona. Los investigadores tienen la teoría de que los agujeros pequeños presentes en las enfermedades como la viruela, el sarampión o el tifus, entre otras, podrían provocar una reacción excesiva para los tripofóbicos, que observan patrones similares en objetos del día a día.

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Poniendo a prueba la teoría

Para poner a prueba su hipótesis, los investigadores reunieron a 300 tripofóbicos autodiagnosticados de entre grupos online y a 300 universitarios que no habían informado de que sufrieran esta fobia. Ambos grupos observaron 16 imágenes, ocho de las cuales mostraban cúmulos en partes del cuerpo enfermas y otras ocho con acumulaciones no relacionadas a enfermedades, como las vainas de semillas de loto o los agujeros de los ladrillos.

Ambos grupos sintieron asco al ver las imágenes de partes enfermas, pero solo el grupo de los tripofóbicos se sintió incómodo por las fotografías que no mostraban partes del cuerpo. En el grupo que respondió negativamente, algunos hablaban de un sentimiento de asco o de que se les erizaba la piel, más frecuentemente que de sentimientos de miedo. Debido a que los participantes dijeron que se sentían más asqueados que aterrados, los investigadores tienen la teoría de que la aversión a agentes transmisores de enfermedades es la que probablemente ha contribuido a la fobia, y no el miedo a los animales mortíferos como proponía la teoría anterior.

Carol Mathews, profesora de psiquiatría en la Universidad de Florida especializada en trastornos de ansiedad, explicó que una teoría sobre cómo la gente ha desarrollado fobias es que se trate de una aversión evolutiva a los objetos peligrosos. El miedo a las serpientes, las arañas o las alturas (algunas de las fobias más comunes) podría haber servido como forma de protegernos de situaciones peligrosas mediante la aversión.

«El argumento es que todas las fobias en cierto modo fueron provocadas por una adaptación evolutiva», explica Mathews. «[La tripofobia] parece ser un fenómeno real».

«No es algo para lo que la gente necesite un tratamiento en una clínica», añadió.

Aunque muchas fobias podrían servir a un propósito protector, la gente puede desarrollar fobias a casi todo. La Lista de Fobias online cataloga las fobias e incluye de todo, desde el miedo a los teléfonos hasta el miedo a las nubes. Uno de los argumentos más utilizados contra la tripofobia como enfermedad es que, a medida que aumentaba el debate sobre ella en Internet, la gente se mostraba más susceptible a la sugestión de que las imágenes son repulsivas.

«Es una de esas cosas que probablemente ha existido durante mucho tiempo y que debido a Internet y a la facilidad del conocimiento se ha vuelto algo más conocido», explica Mathews.

Aunque piensa que el miedo a los parásitos o a las enfermedades es una hipótesis interesante, añade que la investigación para entender totalmente esta fobia está lejos de haberse completado.

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