El icónico radiotelescopio de Puerto Rico será demolido

Tras la avería de dos cables que sostenían el Observatorio de Arecibo, las instalaciones corren peligro de desplomarse. La Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos ha decidido desmantelar el telescopio.

Por Nadia Drake
Publicado 30 nov 2020, 10:08 CET

El técnico Luis Heredia comprueba algunos de los cables que suspenden el receptor sobre la antena del radiotelescopio en el Observatorio de Arecibo en 1989.

Fotografía de Roger Ressmeyer/Corbis/VCG via Getty Images

Los días del Observatorio de Arecibo, que alberga un radiotelescopio de 300 metros de diámetro y se encuentra en la costa norte de Puerto Rico, casi han llegado a su fin. La Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés) ha anunciado que desmantelará el enorme telescopio de 57 años. La agencia también pretende demoler el instrumento, que está a punto de desplomarse.

«Como alguien que, de niño, se sintió inspirado por el observatorio para llegar a las estrellas, esto resulta devastador y desgarrador. He visto cómo el observatorio, hasta hoy, sigue inspirando a mi isla», escribe Edgar Rivera-Valentín, del Instituto Lunar y Planetario en un mensaje directo por Twitter a National Geographic.

El Observatorio de Arecibo, el segundo radiotelescopio de una sola antena más grande del mundo, se encuentra en el norte de Puerto Rico.

Fotografía de Universal Images Group via Getty Images

La decisión se ha tomado tras varios meses difíciles para el observatorio. Los ingenieros han intentado estabilizar el telescopio después de que se rompieran dos de los cables que suspendían la plataforma de 900 toneladas. Otros cables mostraban señales de debilitamiento y degradación, por lo que se temía cada vez más que la plataforma se desplomara unos 140 metros, estrellándose en la antena y en la selva. Ahora, la NSF ha decidido detener las reparaciones y desmantelar el observatorio.

«El telescopio está en peligro de fallo catastrófico», declaró la NSF en un comunicado del 19 de noviembre. «Cualquier intento de repararlo podría poner a los trabajadores en posible peligro de muerte».

El telescopio de Arecibo, construido a principios de los años sesenta, ha sido una fuente de orgullo e inspiración para el pueblo de Puerto Rico. Muchos residentes han dependido de las instalaciones para obtener recursos cruciales y apoyo durante las emergencias, como el huracán María de 2017. Ha desempeñado un papel fundamental en la ciencia, observado los primeros planetas confirmados fuera del sistema solar y detectado las ondas gravitacionales emitidas por las estrellas muertas giratorias llamadas púlsares, un descubrimiento que ganó el Nobel de Física de 1993. El telescopio también es un radar planetario muy potente, que es fundamental para estudiar los asteroides que cruzan la órbita de la Tierra.

«Piensa en lo que significa el puente Golden Gate para San Francisco o la Estatua de la Libertad para los neoyorquinos. Arecibo es eso y más para Puerto Rico porque se ha convertido en más que un icono», escribe Rivera-Valentín. «Para algunos de nosotros se convirtió en una meta a la que aspirar, ese símbolo de que podemos lograr grandes cosas, ese orgullo en nuestro propio terreno; servíamos a todo el planeta».

Durante la última década, el Observatorio de Arecibo ha afrontado diversos obstáculos. En 2017, el huracán María destruyó gran parte de la infraestructura de la isla y dañó el telescopio. Un reciente enjambre de terremotos también sacudió las instalaciones y Michael Nolan, exdirector del observatorio que ahora trabaja en la Universidad de Arizona, dice que podría ser un factor importante en la pérdida de integridad estructural.

En los últimos años, la NSF ha vacilado a la hora de seguir financiando el observatorio y ha citado varias evaluaciones que recomendaban su desmantelamiento. Tras revisar las recomendaciones de tres empresas de ingeniería, decidió desmantelar el telescopio. Uno de esos informes citaba la elevada probabilidad de un fallo catastrófico si se rompiera otro cable y Thornton Tomasetti, una empresa de ingeniería que ha visitado el observatorio, recomendó «la demolición controlada de la estructura en cuanto sea pragmáticamente posible».

«Nuestro equipo ha trabajado sin descanso con la NSF en busca de formas de estabilizar el telescopio con los mínimos riesgos», declaró en un comunicado Alexander Cartwright, presidente de la Universidad de Florida Central, que administra el telescopio. «Aunque este resultado no es lo que buscábamos con nuestro trabajo y el desmantelamiento de un recurso científico tan importante nos desanima, la seguridad es nuestra máxima prioridad».

Otro informe sugería algunas formas posibles de estabilizar la estructura y Nolan dice que le decepciona que la NSF no intente ninguna de esas opciones.

«Me siento decepcionado, lo que en realidad quiere decir triste», afirma.

Por ahora, la NSF recomienda que algunas partes del observatorio permanezcan intactas y señala que el lugar aún puede utilizarse con fines educativos.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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