La inusual variante lambda está propagándose rápidamente por Sudamérica: esto es lo que sabemos

Sus mutaciones la ayudan a evadir el sistema inmunitario. Los expertos tienen dificultades para averiguar si es más transmisible que la variante delta.

Por Sanjay Mishra
Publicado 15 jul 2021, 13:37 CEST
Trabajadores sanitarios en el lago Titicaca

Trabajadores sanitarios viajan a las islas de los uros, en el lago Titicaca, en Puno, Perú, para administrar a los ciudadanos una dosis de la vacuna anti-COVID-19 el 7 de julio de 2021.

Fotografía de Carlos Mamani, AFP via Getty Images

Una variante del coronavirus conocida como lambda, que ha pasado desapercibida durante los últimos nueve meses, está provocando casi todas las nuevas infecciones en Perú.

La lambda (también conocida como C.37) se detectó en Perú en agosto de 2020 y se ha extendido a 29 países, muchos de ellos en Latinoamérica. Desde el 20 de enero de 2021, se han registrado 668 infecciones por lambda en Estados Unidos. En Perú, la lambda es la responsable de más del 90 por ciento de los nuevos casos de COVID-19, un aumento pronunciado comparado con menos del 0,5 por ciento en diciembre. El país ya ha sufrido la peor mortalidad del mundo por la COVID-19; la enfermedad ha matado a casi el 0,54 por ciento de la población.

Es probable que la variante lambda haya causado el gran número de infecciones durante la segunda ola, entre finales de marzo y abril, declaró el ministro peruano de Sanidad, Óscar Ugarte, en una rueda de prensa. En el vecino país de Chile, donde la principal vacuna es CoronaVac, creada en China, la lambda representa el 31 por ciento de los casos secuenciados en los últimos 60 días. Se está registrando un elevado número de casos pese a que el 58,6 por ciento de la población chilena está totalmente vacunada y otro 10 por ciento ha recibido una sola dosis. La escasa eficacia de la vacuna podría tener parte de culpa. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Chile descubrió que una sola dosis de la vacuna CoronaVac tenía una eficacia de solo el 3 por ciento, pero que después de las dos dosis ascendía al 56,5 por ciento.

«El motivo por el que Chile tiene tasas de infección tan altas es desconcertante y probablemente se deba a varios factores. Debido a la elevada cobertura de vacunación, las restricciones se relajaron demasiado pronto y eso podría haber provocado un aumento de los casos», afirma Pablo Tsukayama, microbiólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia en Lima, Perú. Fue Tsukayama quien detectó la variante lambda tras secuenciar las muestras depositadas entre enero y marzo de 2021. «Pero también es posible que las principales variantes que circulan, la gamma y la lambda, tengan algunas propiedades de evasión inmunológica que causen una menor protección de las vacunas».

La posibilidad de que la lambda sea capaz de esquivar al sistema inmunitario hizo que la Organización Mundial de la Salud la declarara variante de interés (VOI, por sus siglas en inglés) el 14 de junio. La OMS categoriza un virus como VOI cuando los cambios genéticos del virus son tan significativos que podrían afectar a su transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad, el escape inmunológico, el diagnóstico o el tratamiento; y se propaga rápidamente por una comunidad.

Aunque Latinoamérica solo alberga un ocho por ciento de la población mundial, representa más del 20 por ciento de los casos de coronavirus globales y el 32 por ciento de las muertes por COVID-19 en todo el mundo. Aunque la región sigue registrando más de la mitad de las muertes a nivel mundial, solo uno de cada 10 latinoamericanos está totalmente vacunado. En países como Honduras y Guatemala, la cifra es inferior al 1 por ciento.

«Creo que vamos a ver otra situación crítica en las próximas semanas en Latinoamérica», dice Alfonso Rodríguez-Morales, epidemiólogo y vicepresidente de la Asociación Colombiana de Enfermedades Infecciosas. Esto se debe a que en algunos países los programas de vacunación aún no han vacunado completamente a más del 5 o 10 por ciento de su población «y eso es muy importante».

¿Por qué es difícil detectar variantes? 

La variante lambda pasó desapercibida durante meses porque solía confundirse con la variante gamma, identificada en Brasil y también conocida como P.1.

Debido a los recursos limitados, el Instituto Nacional de Salud de Perú emplea un método rápido y asequible basado en los cambios en el gen ORF1ab del virus. Ese método no puede distinguir las variantes beta y gamma de la lambda. Para distinguir la variante lambda de las demás se necesita secuenciación genética, un proceso caro y que requiere mucho tiempo.

«En la región tenemos una capacidad muy limitada para llevar a cabo la vigilancia genómica, por lo que estimar la prevalencia total de lambda es difícil. No es fácil predecir por qué una variante se vuelve dominante. Por eso es importante que aumentemos la capacidad de secuenciación en todos los lugares, no solo en Estados Unidos y Europa», afirma Tsukayama.

¿Qué ha cambiado en la lambda?

La variante lambda es muy inusual por la forma en que se altera su proteína de la espícula comparada con otras variantes. Tiene mutaciones en 14 posiciones, entre ellas un tramo largo de siete aminoácidos que se ha eliminado de una región de la proteína de la espícula llamada dominio aminoterminal o DAT. Además, la lambda también tiene mutaciones en el gen ORF1ab que se dan en otras variantes de interés: alfa, beta y gamma.

El gen ORF1ab codifica una gran proteína, partes de la cual ayudan al coronavirus a multiplicarse y a suprimir la respuesta inmunitaria humana. Debido a su importancia, los científicos ya están desarrollando tratamientos antivirales dirigidos a las proteínas ORF1ab.

Los siete aminoácidos eliminados del DAT pertenecen a un supersitio del DAT donde la espícula es atacada por muchos de los anticuerpos potentes del organismo. Muchas variantes, como la alfa, la beta y la gamma, también presentan mutaciones dentro de esta zona, lo que sugiere que esta región es importante para la evolución del virus. «El DAT no es crucial para llevar a cabo funciones importantes del virus y, por lo tanto, es fácil que el virus mute y siga siendo viable, para así evadir la respuesta de los anticuerpos existentes», explica Shee-Mei Lok, científica especializada en enfermedades infecciosas de la Universidad Nacional de Singapur.

Los anticuerpos anti-DAT fabricados de forma natural en el organismo pueden impedir que virus subsiguientes entren en la célula, incluso después de que se haya unido al receptor ACE2 de la superficie celular, el motivo por el que los fabricantes de vacunas se están centrando en él.

Entre otras mutaciones de la lambda figura una única en la posición 452 que también está mutada en otras variantes muy transmisibles: delta, delta plus, épsilon y kappa. Aunque la mutación L452Q de la lambda nunca se había visto antes en una variante, los científicos predicen que las mutaciones en la posición 452 potencian la capacidad del SARS-CoV-2 para infectar una célula.

La posición 452 se produce en la parte de la proteína de la espícula que interactúa directamente con la proteína del receptor ACE2 que se encuentra en los pulmones y otras células humanas, y esa interacción permite que entre en el organismo. «La posición 452 es reconocida por muchos anticuerpos neutralizantes. Las mutaciones en esa posición podrían dar lugar a una disminución de la fijación y, por consiguiente, a una menor protección por parte de determinadas vacunas en algunas personas, aquellas con reacciones marginales», afirma Michael Diamond, inmunólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.

En un estudio que aún no ha sido revisado, Nathaniel Landau, microbiólogo de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, ha demostrado que un virus similar a la lambda fabricado en un laboratorio era el doble de infeccioso que la primera variante del SARS-CoV-2, solamente por la L452Q. Otras mutaciones halladas en la lambda no tenían un efecto considerable en la infectividad. Otro estudio que aún no ha sido revisado también confirma que la lambda probablemente sea más infecciosa que las variantes gamma y alfa.

¿Qué sabemos sobre las vacunas y la lambda?

«Creemos que, al menos en el caso de las vacunas de ARNm —Moderna y Pfizer—, esas vacunas protegerán perfectamente contra lambda, del mismo modo que protegen contra el virus delta. Aunque algunos de los anticuerpos ya no funcionen contra las variantes, todavía bastan para combatir el virus y eliminarlo bastante bien», asegura Landau, que dirigió uno de los estudios.

Otro estudio, que tampoco ha sido revisado por expertos externos, demuestra que la lambda puede evadir los anticuerpos neutralizantes producidos por la vacuna CoronaVac, aprobada por la OMS y desarrollada por China, aunque el autor principal, Ricardo Soto Rifo, virólogo del Instituto de Ciencias Biomédicas de Santiago de Chile, aclaró que «todavía no tenemos pruebas para afirmar que lambda sea más transmisible, no tenemos pruebas para decir que la lambda sea responsable de la brecha de la vacuna, no tenemos pruebas para afirmar que la lambda sea responsable de una enfermedad más grave o si lambda es responsable de la muerte».

Dos dosis de CoronaVac, una vacuna de virus inactivado que es la que está disponible en muchos países de Latinoamérica, se considera menos eficaz que las vacunas de ARNm, pero aún sirve para proteger contra la enfermedad grave y la muerte.

A pesar del escepticismo respecto a la eficacia de la CoronaVac contra nuevas variantes, todo el mundo debería ponerse cualquier vacuna autorizada disponible en su región, dice Herbert Virgin, inmunólogo, miembro de la Academia Nacional de Ciencias y director científico de Vir Biotechnology. «Si no te vacunas... el virus evolucionará», añade Virgin.

Aunque preocuparse por que una nueva variante como la lambda gane terreno en un país lejano puede parecer excesivo, es importante permanecer alerta y seguir las medidas de precaución. «La lambda no da más miedo que el virus delta. La clave es que ambos son virus muy transmisibles. Pero si te vacunas, es muy probable que estés protegido», recomienda Landau. «Y la tasa de infección con estos virus disminuirá en zonas donde la gente se vacune».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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