10 dinosaurios increíbles descubiertos en 2021

Tlatolophus, Riparovenator, Berthasaura... Este año, los yacimientos de fósiles de todo el mundo han aportado nuevos y espectaculares conocimientos sobre la edad de los dinosaurios.

Hace más de 66 millones de años, durante la última era del Mesozoico, dos especies de dinosaurios "pico de pato" vivían en lo que hoy es Japón. Uno de estos grandes herbívoros (en el centro) fue anunciado a principios de este año. Se trata de tan sólo uno de los 42 nuevos dinosaurios desvelados hasta ahora en 2021.

Fotografía de Illustration by Msato Hattori
Por Michael Greshko
Publicado 9 dic 2021, 13:47 CET, Actualizado 16 dic 2021, 18:07 CET

La comunidad de paleontólogos ha encontrado una media de más de 45 nuevas especies de dinosaurios cada año desde 2003. El ritmo de los descubrimientos es asombroso, y se puede afirmar que en esta edad de oro de la paleontología los científicos están transformando nuestra comprensión del mundo prehistórico. 

En lo que va de año, se han descubierto 42 nuevas especies de dinosaurios, según Tom Holtz, de la Universidad de Maryland, que mantiene una base de datos de nuevos hallazgos de dinosaurios. ¿Qué ha mantenido este ritmo? En primer lugar, dice Holtz, "es que hay más gente haciendo el trabajo: más ojos sobre el terreno, más equipos, más partes del mundo que se investigan". La paleontología de los dinosaurios es una disciplina más diversa y más global que nunca, con enormes beneficios para la ciencia.

Los científicos también tienen un sentido más refinado de lo que es realmente una "especie" de dinosaurio. Los paleontólogos dieron en su día el nombre de Iguanodon a fósiles que abarcaban decenas de millones de años. Las reevaluaciones muestran ahora que el Iguanodon (o Iguanodonte) es en realidad una especie múltiple, incluida una nueva que se dio a conocer en noviembre.

Además, la tecnología está permitiendo a los científicos hacer descubrimientos asombrosos sobre los dinosaurios ya conocidos, como detalles sobre su piel escamosa, sus tractos digestivo y reproductor, su estructura celular, sus manifestaciones sociales e incluso cómo algunos anidaban en las regiones polares. Los resultados combinados revelan lo diversos y extraños que eran realmente estos animales prehistóricos. Sin ningún orden en particular, aquí están 10 de los dinosaurios más sorprendentes desvelados por los científicos este año. 

1. El dinosaurio "punk-rock" de Marruecos, con costillas extrañamente puntiagudas

El único fósil conocido de Spicomellus hasta ahora es un único fragmento de costilla con púas.

Fotografía de Trustees of the Natural History Museum, London

Hace entre 168 y 164 millones de años, un extraño reptil recorrió lo que hoy es el norte de Marruecos: una criatura con grandes púas que salían de sus costillas y sobresalían de su piel.

El único fósil conocido de este animal, publicado en septiembre en Nature Ecology and Evolution, es un fragmento de costilla con cuatro púas que mide unos 25 centímetros de largo. Basándose en la forma y el tamaño del fósil, los investigadores tienen la firme sospecha de que perteneció a un tipo de dinosaurio acorazado llamado anquilosaurio. El nombre del dinosaurio es Spicomellus afer, por las palabras latinas "espiga" (en inglés, spike), "collar" y "habitante de África".

Spicomellus es el anquilosaurio más antiguo conocido y el primero encontrado en África. También es una criatura sin análogos conocidos, vivos o muertos. "Si uno palpa sus propias costillas, hay músculos sobre ellas que permiten mover los brazos", dice Susannah Maidment, la paleontóloga del Museo de Historia Natural de Londres que dirigió la investigación sobre el Spicomellus. "¿Qué hacían con sus músculos cuando sus costillas tenían claramente púas por encima de la piel?". 

El Spicomellus acabó en el museo del Reino Unido a través del legalmente complejo comercio de fósiles marroquíes. Tras pasar por las manos de varios mayoristas marroquíes, el hueso de la costilla llegó a Moussa Direct, un comerciante de fósiles con sede en el Reino Unido que vendió el espécimen al museo.

Al principio, el personal del museo pensó que el hueso formaba parte del estegosaurio marroquí Adratiklit, ya que procedía de la misma zona de las montañas del Atlas del país. Pero Maidment y sus colegas pronto se dieron cuenta de que el fósil pertenecía a algo nuevo, lo que lo hacía mucho más significativo. El Museo de Historia Natural estableció entonces un acuerdo con la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah de Fez (Marruecos) para investigar juntos el fósil.

El equipo de Maidment rastreó los pasos del fósil a través de la cadena de suministro hasta el sitio de excavación original, que visitó en 2019. El coautor del estudio, Driss Ouarhache, geólogo de la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah de Fez (Marruecos), también visitó el lugar en 2020 para recoger datos geológicos cruciales. Según Maidment, la universidad de Ouarhache está construyendo un nuevo museo, que incluirá espacio para albergar futuros fósiles del yacimiento de Spicomellus.

En lo más profundo del interior de la provincia australiana de Queensland, al suroeste del país, la familia Mackenzie lleva generaciones dirigiendo un rancho de ovejas y ganado cerca de la pequeña comunidad de Eromanga. En 2004, el adolescente Sandy Mackenzie encontró indicios de que el rancho había sido el hogar de algunos de estos antiguos titanes.

A partir de 2006, los Mackenzie y un equipo dirigido por el paleontólogo del Museo de Queensland, Scott Hocknull, excavaron periódicamente los lechos óseos del rancho y descubrieron el mayor dinosaurio conocido de Australia. 

Apodado "Cooper" por el nombre de un arroyo cercano, los fósiles del animal pasaron más de una década sometidos a estudios científicos, incluyendo escaneos en 3D de las superficies de los huesos. Ese largo análisis, publicado en junio en la revista PeerJ, confirma que el dinosaurio de unos 95 millones de años es una nueva especie, llamada Australotitan cooperensis

El Australotitan es un titanosaurio, un subgrupo de los saurópodos de cuello largo que incluye a los animales más grandes que jamás caminaron sobre la tierra, como el gigantesco Patagotitan de Argentina. Los huesos de la parte superior de las patas del Australotitan medían al menos 1,80 metros de largo cada uno, y se calcula que el animal completo pesaba entre 26 y 82 toneladas en vida.

Los restos del dinosaurio residen ahora en el nuevo Museo de Historia Natural de Eromanga, fundado por los propios Mackenzie.

3. El exquisito dinosaurio mexicano con cresta en forma de coma

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    En esta representación artística, dos Tlatolophus caminan por las costas del Cretácico en lo que hoy es el sur de México.

    Fotografía de Illustration by Marco A. Pineda

    En 2005, José y Rodolfo López Espinoza dieron con un fósil sorprendente en la provincia de Coahuila, al sur de México: la cola casi completa de un dinosaurio que vivió hace unos 72 millones de años. Un equipo de paleontólogos mexicanos visitó el sitio en 2013 para excavar los restos, descubriendo más de la criatura en el proceso, incluyendo su cráneo. El dinosaurio, revelado en mayo en Cretaceous Research, era único en su género.

    El Tlatolophus galorum es un tipo de dinosaurio herbívoro llamado lambeosaurio. El dinosaurio se llama así porque su espectacular cresta se asemeja al tlahtolli, un símbolo en forma de coma en el arte azteca que significa "palabra" en la lengua náhuatl. El nombre de la especie, galorum, combina dos apellidos, Garza y López, en honor a las personas que ayudaron al descubrimiento del fósil.

    El Tlatolophus probablemente medía unos 8 metros desde el hocico hasta la cola y medía unos 2 metros de altura hasta la cadera. Basándose en su cráneo bien conservado, los científicos creen que el animal era un primo cercano del icónico lambeosaurio crestado Parasaurolophus, que se ve bebiendo de un lago cerca del comienzo de la película Parque Jurásico.

    El Tlatolophus amplía la diversidad de formas de cresta conocidas, que probablemente desempeñaban un papel importante en la vida social de los dinosaurios, en parte por afectar al sonido de sus llamadas.

    4-5. La "garza del infierno" y el "cazador de ribera" de la isla de Wight

    En esta representación ficticia, el humo de un incendio oscurece el cielo sobre la isla de Wight (Reino Unido) en el Cretáceo, dándole un fondo dramático a los dos nuevos spinosaurus encontrados: un Ceratosuchops inferodios (en primer plano) y un Riparovenator milnerae (en segundo plano).

    Fotografía de Illustration by Anthony Hutchings

    En la actualidad, la costa suroeste de la isla de Wight, en el Reino Unido, es un pintoresco paisaje marino enmarcado por acantilados de arenisca. Sin embargo, hace más de 125 millones de años, este paisaje era un valle similar a una sabana, atravesado por ríos y llanuras de inundación, un hogar apropiado para dos dinosaurios corpulentos con cráneos elegantes similares a los de los cocodrilos.

    Descritos en la revista Scientific Reports en septiembre, los fósiles encontrados en la isla revelan dos nuevos tipos de espinosaurios, un enigmático grupo de grandes dinosaurios depredadores que incluye al icónico "dinosaurio nadador" Spinosaurus.

    Ceratosuchops inferodios se traduce como "garza del infierno con cuernos y cara de cocodrilo", inspirado en la teoría de que los espinosáuridos eran depredadores de ribera como las garzas actuales. Riparovenator milnerae significa "cazador de ribera de Milner", en homenaje a la experta británica en espinosaurios Angela Milner. Cada dinosaurio medía probablemente unos 1,8 metros de largo y 2 metros de alto hasta la cadera.

    Ceratosuchops y Riparovenator aportan conocimientos cruciales sobre los espinosáuridos, poco conocidos, y arrojan luz sobre los orígenes evolutivos del grupo. La mayoría de los espinosáuridos más antiguos vivían en lo que hoy es Europa, lo que sugiere que la patria ancestral del grupo estaba en el hemisferio norte. (Lee más sobre el origen del Spinosaurus).

    6. Un desdentado de Brasil

    En noviembre, un equipo de investigación brasileño dio a conocer un notable dinosaurio sin dientes en la revista Scientific Reports. La criatura fósil, llamada Berthasaura leopoldinae, es el fósil más completo de su tipo y edad jamás encontrado en Brasil. Lleva el nombre de dos influyentes mujeres brasileñas: Bertha Maria Júlia Lutz, zoóloga y pionera en la defensa de los derechos de la mujer, y la primera emperatriz de Brasil, Maria Leopoldina, que desempeñó un papel fundamental en la consecución de la independencia del país. 

    El Berthasaura se encontró en rocas de entre 125 y 100 millones de años. Con un metro y medio de longitud, el animal era bastante pequeño y ágil. Su pico parecía estar hecho para mordisquear plantas y posiblemente pequeñas presas. Otros grupos de terópodos tenían picos como los de las aves modernas, incluidos los ornitomímidos desdentados "imitadores del avestruz", pero Berthasaura pertenece a los ceratosaurios, un grupo de dinosaurios normalmente dentados que se alimentan de carne.

    El primer ceratosaurio desdentado conocido, Limusaurus, procede de China, por lo que encontrar uno totalmente diferente en Sudamérica significa que la desdentación probablemente evolucionó al menos dos veces de forma independiente entre los ceratosaurios. Berthasaura pone de manifiesto las diversas estrategias dietéticas de este grupo, profundizando en nuestro conocimiento de cómo se ganaban la vida los antiguos dinosaurios.

    7. Un extraño dinosaurio chileno con un arma de cola en forma de cuchilla

     

    Hace unos 73 millones de años, en lo que hoy es el sur de Chile, una nueva especie de dinosaurio con cola en forma de garrote vivió y murió en un delta fluvial rico en vida vegetal, como se muestra aquí en esta representación artística del Stegouros elengassen.

    Fotografía de Mauricio Álvarez

    Hace más de 72 millones de años, los deltas de los ríos de la Patagonia chilena fueron el hogar de un pequeño y resistente dinosaurio con un arma única en su cola: una masa de hueso fusionado que se asemeja a un murciélago de grillo dentado. "Es algo totalmente inédito", dijo Alexander Vargas, paleontólogo de la Universidad de Chile, sobre la cola.

    El esqueleto fósil, presentado en diciembre en la revista Nature, pertenece a un nuevo tipo de pequeño dinosaurio acorazado llamado Stegouros elengassen. La criatura recibe su nombre por su extraña "cola de tejado" y por ser una bestia acorazada en la mitología del pueblo Aónik'enk de la Patagonia. El novedoso armamento de su cola recibe el nombre de macuahuitl, en honor a un garrote con cuchillas que blandían los aztecas.

    El Stegouros es un extraño mosaico anatómico. El cráneo, los dientes y la cola en forma de garrote del dinosaurio son clásicamente anquilosáuricos, parecidos al Ankylosaurus y a otros dinosaurios con armadura tardía. Sin embargo, los esbeltos huesos de las extremidades y la pelvis del dinosaurio se asemejan a los de estegosaurios como el Stegosaurus, que se habían extinguido hace decenas de millones de años en la época de Stegouros.

    Stegouros también llena un importante vacío evolutivo. Se han encontrado muy pocos dinosaurios acorazados en las tierras que una vez formaron Gondwana, el antiguo supercontinente que comenzó a separarse durante la era de los dinosaurios. Antes de Stegouros, sólo se habían encontrado dos dinosaurios con armadura en lo que fue el sur de Gondwana, y ninguno es tan completo como el animal recién descrito.

    8-9. Dos enormes dinosaurios encontrados en la mina de oro de los pterosaurios de China

    Los afloramientos rocosos cerca de Hami, una ciudad de la región autónoma de Xinjiang, en el noroeste de China, son más conocidos por sus increíbles fósiles de pterosaurios, reptiles voladores que vivieron junto a los dinosaurios. Pero ahora los investigadores han encontrado por primera vez huesos de dinosaurio en estos sedimentos, y pertenecen a dos especies nunca vistas.

    Estos huesos, descritos en agosto, proceden de dos tipos de saurópodos, o dinosaurios de cuello largo. Uno de ellos, Silutitan sinensis, lleva el nombre de la palabra china mandarín que designa la Ruta de la Seda, y el otro, Hamititan xinjiangensis, rinde homenaje al lugar del descubrimiento.

     

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    Los dos dinosaurios eran enormes. Las distintivas vértebras del cuello de Silutitán, los únicos fragmentos del animal encontrados hasta ahora, miden entre 45 y 54 centímetros de largo cada una. A modo de comparación, las vértebras del cuello más largas de las jirafas modernas miden menos de 28 centímetros. Hamititan se conoce por una serie de huesos de la cola que miden al menos 20 centímetros, y la cola del animal estaba formada por docenas de estos huesos.

    Silutitan y Hamititan contribuyen a nuestro conocimiento de los saurópodos que vivieron en lo que hoy es Asia durante el Cretácico temprano, hace entre 145 y 100 millones de años. El descubrimiento también afina la imagen de los científicos sobre cómo los dinosaurios saurópodos se extendieron y diversificaron por la antigua Tierra.

    10. Un dinosaurio japonés del último capítulo de la Era Mesozoica

    En 2004, un cazador de fósiles aficionado llamado Shingo Kishimoto estaba buscando entre las rocas de una cantera de cemento en la isla japonesa de Awaji cuando dio con un hallazgo extraordinario: los huesos de un dinosaurio que vivió hace más de 71 millones de años.

    Este fósil, descrito en abril, es el segundo dinosaurio de Japón que vivió durante la era del Maastricht, que duró desde hace 72 millones hasta 66 millones de años, hasta la extinción provocada por un asteroide al final del Cretácico. El dinosaurio, Yamatosaurus izanagii, recibe su nombre de un antiguo término que designa una parte del archipiélago japonés, así como de Izanagi, una deidad de la mitología japonesa.

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    El Yamatosaurus es un hadrosaurio, un amplio grupo de herbívoros con "pico de pato" que incluye al Tlatolophus, el dinosaurio con la cresta de la cabeza en forma de coma. El Yamatosaurus pertenece a una rama "fantasma" del árbol genealógico que se separó hace unos 95 millones de años, muy al principio de la existencia de los hadrosaurios. 

    El fósil ayuda a revelar que los hadrosaurios pertenecientes a las primeras ramas del árbol genealógico, como el Yamatosaurus, estaban muy extendidos por lo que hoy es Asia y el este de Norteamérica. Sin embargo, no abundaban en el oeste de América del Norte ni en Europa, donde vagaban primos de ramas posteriores como el Tlatolophus. El hallazgo sugiere que el este de Asia puede haber dado refugio a algunas de las ramas más antiguas del árbol genealógico de los hadrosáuridos, incluso cuando otros linajes del grupo continuaron diversificándose a lo largo del Cretácico tardío.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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