¿Un dinosaurio sin dientes pero... carnívoro?

La dieta del 'Berthasaura leopoldinae' sigue siendo un misterio debatido por los expertos, divididos ante la posibilidad de que fuese herbívoro o comedor de carne.

Por Jill Langlois
Publicado 16 dic 2021, 12:39 CET
El dinosaurio desdentado Berthasaura leopoldinae vivió hace entre 80 y 70 millones de años, cuando la ...

El dinosaurio desdentado Berthasaura leopoldinae vivió hace entre 80 y 70 millones de años, cuando la región del sur de Brasil donde se encontró era un entorno desértico.

Fotografía de Maurílio Oliveira

Hoy en día, un terreno en el estado de Paraná, al sur de Brasil, recibe el nombre del Cementerio de los Pterosaurios por los cientos de huesos fosilizados de pterosaurios encontrados en la antigua cuenca. Por eso, cuando los paleontólogos que trabajan allí desenterraron una nueva criatura fósil con un pico córneo parecido al de un loro, al principio supusieron que se trataba de otro reptil volador.

En cambio, los investigadores se sorprendieron al saber que habían encontrado una especie completamente nueva de dinosaurio sin dientes. Y lo que es más extraño, el animal pertenece a un grupo llamado ceratosaurios, casi todos ellos carnívoros.

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"El hecho de que ahora tengamos este dinosaurio sin dientes significa que tenemos que repensar la pérdida evolutiva de los dientes para todos los dinosaurios de este grupo", dice Alexander Kellner, paleontólogo del equipo que encontró el fósil y director del Museo Nacional de Brasil. "Es un descubrimiento que va a cambiar la forma de pensar y lo que sabemos sobre estos animales".

El esqueleto fosilizado, descrito en la revista Scientific Reports, pertenece a una nueva especie llamada Berthasaura leopoldinae que vivió hace entre 80 y 70 millones de años durante el periodo Cretácico. El nombre formal es un guiño a Bertha Lutz, una importante científica brasileña que defendió el sufragio femenino, y a María Leopoldina, una austriaca que llegó a ser emperatriz de Brasil y fue defensora de las ciencias naturales.

Con este nuevo nombre formal (y nuevo tipo de dinosaurio), el Berthasaura se convierte en uno de los escasos dinosaurios que rinden homenaje a las mujeres.

"Es un mensaje importante que podría inspirar a nuevas científicas a incorporarse a estos campos, y en particular al estudio de los dinosaurios", afirma Aline Ghilardi, paleontóloga de la Universidad Federal de Río Grande del Norte (Brasil) que no formó parte del equipo de estudio.

También señala el valor de que el esqueleto esté casi completo y extremadamente bien conservado. Entre 2011 y 2014, investigadores del Museo Nacional de Brasil y del Centro Paleontológico de la Universidad de Contestado (Brasil) recogieron partes de su cráneo y mandíbula, columna vertebral, huesos pectorales y pélvicos, y extremidades delanteras y traseras.

"Es algo que siempre es bienvenido en paleontología", dice Ghilardi, "porque nos ayuda a entender mejor las relaciones entre las especies".

Lazos familiares

Cuando los investigadores que encontraron a Berthasaura leopoldinae se dieron cuenta de que el dinosaurio que tenían delante no tenía dientes, pensaron inmediatamente en Limusaurus inextricabilis, un terópodo sin dientes descubierto en el noroeste de China. El Limusaurus vivió hace entre 161 y 156 millones de años, durante el periodo Jurásico. Basándose en fósiles de adultos y jóvenes de la misma especie, los científicos saben que este dinosaurio ceratosaurio perdió sus dientes en la adolescencia y no le crecieron otros.

El Berthasaura, en cambio, nunca tuvo dientes.

El esqueleto encontrado en Paraná es de un animal joven, y "en el arco superior [de la boca] estaba claro que no había dientes", dice Kellner. "Había una placa de hueso donde se esperaría que hubiera dientes. Pero nos preguntamos si había dientes en la arcada inferior. Así que aislamos esa parte del material y utilizamos una tomografía computarizada para confirmar que este animal realmente nunca tuvo dientes".

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    Los fósiles craneales permitieron a los científicos reconstruir el cráneo de un Berthasaura leopoldinae joven, lo que demostró que el animal nunca tuvo dientes.

    Fotografía de Museu Nacional, UFRJ

    El equipo quiere averiguar qué hizo que la especie evolucionara como lo hizo. Para Kellner, todo tiene que ver con la dieta. Aunque todavía no hay pruebas fehacientes, cree que el dinosaurio pudo ser herbívoro, lo que lo diferencia de otros terópodos, que son casi todos carnívoros.

    "¿Por qué iba a perder sus dientes si necesitaba cortar la carne?", dice. "Se trata de una adaptación: en algún momento del pasado, un ancestro tenía dientes y los perdió".

    Pero no todos -incluidos otros miembros de su equipo- están de acuerdo. Para Geovane Alves de Souza, otro investigador del Museo Nacional, es demasiado pronto para confirmar qué comía el Berthasaura. Sospecha que podría ser un omnívoro capaz de desgarrar la carne con el pico, como hacen los cuervos actuales.

    "La ausencia de dientes no confirma por sí sola los hábitos alimentarios", afirma. Para averiguar la dieta de un animal antiguo, los científicos suelen recurrir a un puñado de técnicas y herramientas. Una de ellas consiste en examinar los isótopos estables que dejan los alimentos en los dientes fosilizados, algo imposible en el caso de Berthasaura. Otra crea un modelo preciso en 3D del cráneo del animal para ver cómo se habría movido al morder, desgarrar o masticar posibles alimentos. Pero como los huesos de Berthasaura se encontraron desarticulados, esto tampoco es posible.

    "Es algo que tenemos que averiguar, porque no lo esperábamos", dice Kellner. "Es el primer dinosaurio sin dientes de América Latina".

    El complejo futuro de las excavaciones

    El equipo espera que el lugar donde se encontró el Berthasaura les proporcione más pistas.

    El área llamada Cementerio de Pterosaurios solía ser un desierto del Cretácico, y varias otras especies -incluyendo pterosaurios, lagartos y otro terópodo- ya han sido descubiertas allí, todas con esqueletos notablemente intactos. Kellner atribuye la excelente conservación de los huesos a un fenómeno natural que probablemente tuvo lugar varias veces después de su muerte.

    "Imaginamos que hubo muchos pterosaurios y algunos dinosaurios -que eran raros- que murieron con el tiempo", dice. "Y luego hubo inundaciones repentinas, que pueden ocurrir en el desierto, que recogieron todo lo que se cruzaron, incluidos los animales muertos, y los llevaron a una cuenca, donde se acumularon y se conservaron".

    Él y el resto del equipo esperan descubrir más detalles sobre el Berthasaura encontrando más miembros de la especie en la región. Por ahora, sin embargo, la pandemia y la falta de financiación les han impedido volver al lugar de la excavación.

    Mientras tanto, se preparan para abrir un centro de visitantes en Río de Janeiro mientras se reconstruye el Museo Nacional, que sufrió un devastador incendio en septiembre de 2018. El esqueleto fosilizado y una reproducción en 3D de Berthasaura, entre otros elementos, estarán expuestos para quienes quieran verlos de cerca.

    "Este tipo de dinosaurios muestra, una vez más, cómo podemos acercar la ciencia a la población", afirma Kellner. "Nuestro país tiene tantos yacimientos [fósiles] importantes. No es sólo éste, donde se encontró este dinosaurio. Lo que necesitamos ahora es apoyo para salir ahí fuera, de vuelta al campo, para poder seguir investigando."

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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