COVID-19 y menstruación: ¿cómo afecta y por qué?

Varios médicos no advirtieron a sus pacientes de que podrían sufrir interrupciones temporales de sus periodos después de ser vacunadas, así como de los problemas más significativos después de un ataque severo de COVID-19.

Por Meryl Davids Landau
Publicado 31 oct 2022, 10:55 CET, Actualizado 16 nov 2023, 15:39 CET
Histerosalpingograma mejorado en color muestra un sistema reproductor femenino, con trompas de Falopio y un útero ...

Este histerosalpingograma mejorado en color muestra un sistema reproductor femenino, con trompas de Falopio y un útero sano.

Fotografía de James Cavallini, Science Source

Raven La Fae, una artista de 31 años de Calgary (Canadá), siempre ha sido capaz de predecir su periodo menstrual casi al día: llega cada 28 días y dura cinco. Después de contraer COVID-19a finales de 2020, esto ha dejado de ser así.

La Fae sufrió la enfermedad durante dos miserables semanas. Su ciclo menstrual, como de costumbre, aterrizó durante esos días. La sorpresa vino cuando comprobó su duración: 10 días.

"Desde entonces, mi menstruación ha sido irregular", se lamenta La Fae. Cuando volvió a contraer COVID, se volvió aún menos predecible. Aunque los días entre sus ciclos han vuelto a ser los habituales, la duración de las hemorragias no lo ha sido, llegando a durar hasta 10 días al mes.

Desde el comienzo de la pandemia, mujeres de todo el mundo empezaron a notar cambios en sus ciclos menstruales. En algunos casos, esto ocurrió después de contraer el virus; en otros, después de recibir la vacuna. Gracias a que muchas mujeres registran sus ciclos en aplicaciones de seguimiento de la menstruación, los investigadores han podido documentar más fácilmente el fenómeno.

Al principio, a los médicos les pilló con la guardia baja. Tras someterse a diversas pruebas que determinaron que las hormonas de La Fae eran normales, la dijeron que no podían explicar la anomalía. Muchas mujeres se han quejado, asegurando que sus médicos desestimaron su corazonada de que el virus podría estar relacionado con la alteración de los ciclos.

"Cuando empezó la COVID nos preocupaba que la gente muriera, así que se pasaron por alto otras cosas", admite Hugh Taylor, jefe de obstetricia y ginecología de Yale Medicine (Estados Unidos). En retrospectiva, dice Taylor, las mujeres deberían haber sido alertadas de esta posibilidad. "Vemos ciclos menstruales irregulares con otras infecciones agudas, así que no es sorprendente que ocurra aquí".

Sin investigaciones ni garantías por parte de los médicos, las mujeres se alarmaron por las desviaciones de sus periodos, dice Taylor, y con razón: "Llevamos años advirtiendo a la gente de que los cambios en un periodo pueden ser un síntoma de un desequilibrio hormonal, o incluso de cáncer."

Cuando niñas y mujeres notaron cambios inesperados en su ciclo después de recibir la inyección de COVID, algunas se replantearon su decisión de vacunarse, dice Candace Tingen, directora de programas del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de Estados Unidos, que ha concedido el equivalente a 1,67 millones de euros a cinco instituciones de investigación para estudiar la cuestión.

Tingen señala que su Instituto lleva mucho tiempo destacando la importancia de los ciclos menstruales para la salud. "Hablamos del asunto como si fuera un quinto signo vital", dice (los otros cuatro son la temperatura corporal, la presión arterial, el pulso y la respiración).

Lo que más preocupaba a las mujeres más jóvenes era si estos cambios podían reducir la fertilidad, dice Taylor. No fue hasta enero de 2022, tras dos años de pandemia, que un estudio de 2000 parejas estadounidenses publicado en el American Journal of Epidemiology resolvió la cuestión. Las mujeres que intentaban concebir y que habían tenido el virus no experimentaron una disminución de la fertilidad. Del mismo modo, la vacuna COVID no tuvo ningún impacto en las tasas de concepción.

(Relacionado: ¿Cómo se las arreglan las astronautas cuando tienen la regla en el espacio?)

Tanto el virus como la vacuna pueden alterar temporalmente la menstruación

Varios estudios financiados por el Servicio de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) han confirmado que la COVID altera la extensión de los ciclos en muchas mujeres, aunque sea solo brevemente.

Miles de mujeres en edad reproductiva que usaban aplicaciones de seguimiento del periodo informaron de que el tiempo entre sus periodos se amplió en más de un día el siguiente mes tras una infección o una vacunación, que en la mayoría de los casos volvía a ser normal en la siguiente regla, informaron los investigadores en agosto de 2023.

En otro estudio de 127 mujeres en edad fértil de Arizona (Estados Unidos) que habían contraído la COVID, el 16% informó de alguna alteración; las más comunes fueron los ciclos irregulares o los intervalos más largos entre los sangrados. Estos cambios eran más probables en aquellas cuya infección presentaba más síntomas o era más grave (pero no hasta el punto de requerir hospitalización).

En este estudio, las mujeres también presentaron un aumento de los síntomas del síndrome premenstrual de cambios de humor y fatiga. "Pensamos en el periodo menstrual como un acontecimiento agudo que se produce durante unos días, pero las hormonas cambian durante todo el ciclo", explica Leslie Farland, profesora de epidemiología de la Universidad de Arizona y principal investigadora del estudio.

Un amplio estudio publicado en junio de 2023 se centró en las vacunaciones contra la COVID confirmó el aumento en el número de días entre periodos en un día durante el mes de vacunación, pero volvía a ser normal después.

Estos descubrimientos siguen la línea de un estudio que le hizo el seguimiento a 4000 mujeres estadounidenses que usaban una aplicación de seguimiento de la regla y descubrieron que, en la gran mayoría de los casos, los ciclos se alteraban ligeramente y temporalmente; aunque, la duración del sangrado no se alteró, dice Alison Edelman, obstetra y ginecóloga de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón e investigadora principal del estudio. Un segundo estudio realizado por Edelman, con cerca de 20 000 mujeres de Estados Unidos y Europa que utilizaron la misma aplicación, informó de resultados similares en septiembre.

Aun así, el 10% de las mujeres vio cómo su periodo se desplazaba más de una semana después de cualquiera de las dosis. Sin embargo, estas mujeres también volvieron a la normalidad poco después.

En octubre de 2022, la Agencia Española del Medicamento publicó sus conclusiones sobre un primer estudio sobre los efectos de las vacunas contra la COVID-19. "El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia Europeo (PRAC) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha finalizado la revisión de toda la evidencia científica disponible sobre la posible relación de sangrado menstrual abundante y la administración de las vacunas frente a la COVID-19 Comirnaty y Spikevax. En esta revisión se han analizado los datos disponibles de los ensayos clínicos, de los programas de notificación espontánea de acontecimientos adversos tras la vacunación y los procedentes de la literatura médica. El PRAC ha concluido que existe una posibilidad razonable de que la aparición de sangrado menstrual abundante esté relacionada con la administración de estas vacunas de ARNm", aseguró el organismo.

Ninguno de estos estudios explica situaciones como las de La Fae, en las que el ciclo menstrual se ve alterado significativamente y de manera persistente.

(Relacionado: El misterio de la niebla cerebral de la COVID-19 está a punto de resolverse)

¿Cómo cambia el periodo el coronavirus?

No está claro cómo afecta el coronavirus o la vacuna al ciclo menstrual.

Una hipótesis sostiene que la COVID-19 puede afectar a lo que se conoce como el eje hipotálamo-hipófisis-ovario. Para comenzar cada ciclo mensual, el hipotálamo envía una señal a la hipófisis para que segregue dos hormonas que, juntas, liberan un óvulo de los ovarios.

Es posible que el coronavirus afecte directamente al hipotálamo, dice Taylor, pero el cuerpo también puede disminuir proactivamente la actividad de estas glándulas si se detecta el virus. "Esto tiene ventajas evolutivas, porque uno no quiere quedarse embarazado cuando está luchando contra un factor de estrés físico, que podría ser una enfermedad o la desnutrición o algo parecido", explica.

Por otra parte, el sistema inmunitario que lucha contra el virus podría alterar la respuesta inflamatoria normal del revestimiento uterino (endometrio) durante el ciclo, según sugirieron recientemente los investigadores en el International Journal of Epidemiology. Esta podría ser la razón por la que las personas que experimentaron un brote más intenso de COVID (lo que indica una mayor carga viral y una mayor actividad inmunitaria) tienen mayores tasas de cambios menstruales, como descubrió el estudio de la Universidad de Arizona.

Ese fue el caso de Annette Gillaspie, una enfermera titulada de 41 años de Hillsboro, Oregón (Estados Unidos), que contrajo COVID y estuvo extremadamente enferma durante más de dos semanas. Ahora tiene síntomas de COVID larga, incluyendo un ritmo cardíaco fluctuante y una fatiga tan extrema que una ducha puede mandarla a la cama durante días. Sus menstruaciones son tan inusualmente largas y abundantes (durante casi dos semanas algunos meses) que Gillaspie se hizo insertar un dispositivo hormonal intrauterino. De momento, no ha reducido la hemorragia y, si no mejora en unos meses, es probable que se someta a una histerectomía.

(Relacionado: ¿Es posible curar los sofocos?)

Las vacunas provocan más cambios menores

Las vacunas desencadenan la respuesta del sistema inmunitario del cuerpo, aunque sea menor que la de la enfermedad, por lo que los mismos mecanismos podrían estar implicados en sus alteraciones temporales del ciclo menstrual, afirma Tingen.

Difundir esta información tranquilizadora a las mujeres para que sepan que pueden sufrir este posible efecto secundario es una importante tarea de salud pública, afirma Tingen.

Sin embargo, cualquier persona cuyo ciclo permanezca significativamente alterado durante varios meses debe consultar con su proveedor de atención médica, dice Taylor. "Mi sospecha es que las personas que están en el punto límite de una enfermedad (anomalías de la tiroides, irregularidades hormonales, hemorragias por fibromas) podrían verse empujadas al límite" por el coronavirus o la vacuna COVID.

Edelman espera que este sea un momento de enseñanza para su profesión. "La salud menstrual ha sido lamentablemente poco estudiada, no sólo en los ensayos de vacunas, sino en casi todas las áreas de investigación", dice. "Sin embargo, la mitad de la población va a menstruar, menstrúa o ha menstruado, y esta función biológica rutinaria tiene un significado para el individuo y para la ciencia".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

más popular

    ver más

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved