Por qué la nueva vacuna contra la COVID es distinta (y el término 'refuerzo' ha quedado obsoleto)

La fórmula de la última vacuna ya está usándose en las campañas de vacunación de 2023. Los expertos dicen que será como la vacuna anual contra la gripe: un pinchazo y listo. Te explicamos la ciencia que hay detrás.

Por Daryl Austin
Publicado 4 oct 2023, 15:46 CEST
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A nurse holds up a single dose of a COVID-19 vaccine alongside a single dose of the flu vaccine at the Feixa Llarga nursing home in Barcelona, Spain, where residents are being inoculated against both viral infections.
Fotografía de Zowy Voeten, Getty Images

Al contrario de lo que ocurrió al principio de la pandemia, cuando las primeras vacunas venían seguidas de un torrente inacabable de refuerzos, la última vacuna contra la COVID es sencilla: un solo pinchazo.

Desarrollada por Pfizer-BioNTech y Moderna fue aprobada el 11 de september por la Agencia de la Alimentación y los Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y a principios de septiembre por las autoridades de la Unión Europea. Esta nueva vacuna ha llegado justo cuando la última cepa del virus está provocando una aumento de los casos de hospitalización y muertes en by the U.S. Food and Drug Administration (FDA), the new COVID vaccines have arrived just as the latest strain of the virus is causing Estados Unidos y Europa. La semana pasada, por ejemplo, las muertes por COVID-19 deaths en EE. UU. aumentaron un ocho por ciento con respecto a la semana anterior y el número de hospitalizaciones fue de 19 079, frente a los apenas 4000 de la misma semana del mes anterior.

La principal razón de este aumento "es que la inmunidad está bajando en muchas personas", dice William Schaffner, un especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela Universitaria de Medicina Vanderbilt (EE. UU.). El descenso de la inmunidad ocurre cuando, con el tiempo, se reduce el número de anticuerpos protectores y defensas celulares que estimulan las vacunas o las infección. En el caso de la COVID-19, se tarda una media de unos siete meses desde la última infección de COVID o nueve meses desde la última vacuna para que ocurra ese descenso.

Por ese motivo, en Estados Unidos los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) incita a las personas a mantenerse al día con sus vacunas contra la COVID. En España, la autoridades han publicado un plan de vacunación estacional con las recomendaciones para los grupos más vulnerables.

Schaffner explica que las nuevas vacunas actualizadas son como las dosis contra la gripe estacional y cada vez estamos más cerca de solo necesitar un pinchazo al año contra la COVID, haciendo que el término "refuerzo" se quede obsoleto. "Durante más de 40 años, las vacunas contra la gripe se han actualizado anualmente para protegernos contra las nuevas variantes y ahora estamos actualizando igual las vacunas contra la COVID".

Vacunación frente a infección

Hay gente que todavía creen que infectarse con el virus confiere una mayor inmunidad que una vacuna contra la COVID, pero los datos continúan sugiriendo lo contrario. Aunque la investigación muestra que la llamada "inmunidad natural" que ocurre después de una infección previa por COVID protege tanto como vacunarse contra el virus, entraña muchos más riesgos y peligros.

"Tenemos muchos datos desde hace a tres años atrás que muestran que obtener inmunidad a través de la vacunación es mucho más seguro que contraerla por infección", explica John Moore, microbiólogo e inmunólogo de Weill Cornell Medicine (Estados Unidos).

Schaffner señala que aquellos que siguen desconfiando de la vacuna deben considerar que en Estados Unidos se han puesto de manera segura más de 600 millones de dosis,  más de 100 millones en España y más de 12 000 millones en todo el mundo, mientras que el riesgo de hospitalización o muerte por una infección COVID permanece. Además, las nuevas investigaciones han demostrado que múltiples infecciones por COVID pueden provocar problemas de salud crónicos como diabetes, enfermedad renal, insuficiencia orgánica e incluso problemas de salud mental. Los síntomas de COVID persistente también son preocupantes e incluyen niebla cerebral, fatiga, dolor en el pecho, mareos y disminución del gusto u olfato.

Los CDC dicen que la vacunación sigue siendo la mejor oportunidad de reducir el riesgo de síntomas de la COVID persistente, afecciones crónicas y hospitalización o muerte, un punto del que se hacen eco los investigadores.

"Incluso si alguien no termina hospitalizado o sufre afecciones crónicas como resultado de una infección por COVID", dice Moore; "la enfermedad hará que su vida sea bastante desagradable durante una semana o más, ya que tendrán que lidiar con muchos síntomas molestos. ¿No es eso peor que un posible dolor en el brazo o un dolor de cabeza de un día que es lo que algunos experimentan después de recibir la vacuna?"

(Relacionado: ¿Cuándo tendremos una vacuna universal de la COVID-19?)

Por qué la nueva vacuna es prudente

Aunque las vacunas COVID anteriores proporcionaron protección vital contra la cepa original del virus y sus muchas variantes posteriores, las últimas cepas del virus, incluida la más común, la EG.5, "tienen muchas mutaciones que pueden ayudarlas a evadir cualquier inmunidad que tengamos actualmente", dice Erin Abner, epidemióloga de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos).

Las nuevas vacunas han sido diseñadas para apuntar específicamente a las subvariantes Omicron que circulan hoy en día.

"El mensaje más importante es que los estadounidenses obtengan esta nueva inmunización anual disponible, ya que se dirige específicamente a estas nuevas subvariantes XBB (Omicron) y  sus derivados", aconseja Peter Hotez, médico y codirector del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital Pediátrico de Texas.

(Relacionado: ¿Cuánto tiempo permanece la COVID-19 en nuestro cuerpo?)

¿Quién debe recibir las nuevas vacunas COVID y cuándo?

Las autoridades de Estados Unidos recomiendan que cualquier persona de seis meses o más reciba la última vacuna COVID. El Ministerio de Sanidad de España las recomienda para: personas de 60 años o más; personas de 5 años o más internas en centros de discapacidad y residencias de mayores, así como otras personas institucionalizadas de manera prolongada y residentes en instituciones cerradas; personas menores de 60 años de edad condiciones de riesgo; mujeres mbarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio; personas convivientes con aquellas que tienen alto grado de inmunosupresión; personal de centros y establecimientos sanitarios y sociosanitarios públicos y privados (tanto sanitarios como no sanitarios) y personas que trabajan en servicios públicos esenciales.

Leana Wen, médica de emergencias y profesora de salud pública en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington (EE. UU.), dice que los adultos mayores y las personas inmunocomprometidas deben estar los primeros de la fila: "Para ellos, esta vacuna es especialmente esencial". 

Sin embargo, un área donde las opiniones difieren es cuándo obtener la nueva vacuna.

Aunque los CDC recomiendan recibir esta vacuna si han pasado dos meses desde la última vacuna o infección COVID, muchos epidemiólogos y médicos de atención primaria piensan que las personas pueden esperar hasta que hayan pasado de cuatro a seis meses desde su última vacuna o infección por COVID.

"No es inseguro vacunarse antes, solo que podría ser innecesario tan cerca de una infección anterior o una dosis de vacuna", dice Moore; "puede ser bueno espaciar las inoculaciones un poco más para extender la protección".

Pero es solo una cuestión de tiempos. "No importa si recibió o no una versión anterior de la vacuna, ya sea la serie primaria, el refuerzo o cualquier vacuna COVID, la nueva vacuna puede ayudar en la protección frente a la enfermedad", dice Scott Ratzan, médico de Nueva York y profesor de la Escuela de Graduados de Salud Pública de CUNY.

"[La nueva vacuna] no proporcionará una protección completa contra la infección", agrega Abner, "pero reducirá drásticamente el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte".

También vale la pena señalar que estas últimas inyecciones son "generalmente una vacuna única, independientemente del historial de vacunas COVID pasadas", dice Elizabeth Jacobs, epidemióloga de enfermedades crónicas del Centro de Cáncer de la Universidad de Arizona (Estados Unidos).

¿Es posible vacunarse contra el COVID y contra la gripe a la vez?

Los CDC dicen, y los expertos están de acuerdo, que está bien recibir las vacunas contra la influenza y COVID al mismo tiempo. "Por ahora, hemos visto muchos datos que muestran que no hay daños asociados con la combinación de ambas vacunas", dice Schaffner. En España, las autoridades recomiendan "la administración conjunta de las vacunas frente a COVID-19 y gripe. Además, estas vacunas se podrán administrar también simultáneamente con otras".

Sin embargo, una consideración que los expertos señalaron con respecto a la posibilidad de separarlos es si ha tenido algún tipo de respuesta negativa a cualquiera de las vacunas en el pasado, como dolor de cabeza, náuseas o un brazo particularmente dolorido, y si prefiere espaciar esos efectos secundarios a corto plazo en lugar de dos viajes a la farmacia "o sufrir solo un día, tal vez especialmente insufrible", dice Moore; "a estas alturas, la mayoría de las personas saben cómo reacciona su cuerpo a una vacuna contra la gripe o COVID, por lo que cualquiera que haya sido su respuesta pasada a corto plazo a cada una, esta vez probablemente será similar".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com

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