Esta foto de una víctima de la COVID-19 en Indonesia ha sido recibida con fascinación y rechazo

La imagen de una víctima del coronavirus envuelta en plástico muestra lo que muchos no querían que viera el público general.

Por David Beard
Publicado 22 jul 2020, 11:14 CEST, Actualizado 22 abr 2021, 21:53 CEST
Cuerpo de una víctima de la COVID-19

El cuerpo de una supuesta víctima de la COVID-19 yace en un hospital indonesio. Tras la muerte del paciente, los enfermeros envolvieron el cuerpo en capas de plástico y lo rociaron con desinfectante para prevenir la propagación del virus.

Fotografía de Joshua Irwandi

Mientras el fotoperiodista Joshua Irwandi seguía a los trabajadores del hospital de Indonesia, capturó la imagen impactante del cuerpo de una víctima de la COVID-19 envuelto en plástico, asegurándose de no revelar rasgos distintivos ni su género.

La imagen, sacada para Nat Geo como parte de una beca de la National Geographic Society, tocó la fibra sensible del país de 270 millones de habitantes. Indonesia había reaccionado con lentitud a la pandemia global; de hecho, en marzo el presidente Joko «Jokowi» Widodo había promocionado un remedio de hierbas cuya eficacia no se ha demostrado. Algunas de las reacciones a la imagen de Irwandi, que humanizaban a los que sufrían el virus, han sido hostiles.

La fotografía de Irwandi ha aparecido en los informativos y ha sido compartida por el portavoz del equipo de respuesta al coronavirus del país. Varios medios indonesios también han hecho capturas de pantalla y la han republicado sin el consentimiento de Irwandi. Más de 325 000 personas le han dado a «me gusta» a la foto en su página de Instagram, donde la subió después de la publicación del reportaje de Nat Geo el 14 de julio.

«Es evidente que el poder de esta imagen ha impulsado la conversación sobre el coronavirus», dijo Irwandi desde su casa en Indonesia. «Debemos reconocer el sacrificio y el riesgo que corren médicos y enfermeros».

Fred Ritchin, decano emérito del Centro Internacional de Fotografía, está de acuerdo en que es indudable que la fotografía ha causado impacto: «Presenta a una persona momificada. Te hace mirar, te hace sentir terror».

Al mismo tiempo, Ritchin indica que hay distancia. «Para mí, la imagen era de alguien a quien tiran, a quien descartan, a quien envuelven en celofán, rocían con desinfectante, momifican, deshumanizan, otrorizan... En cierto modo, tiene sentido. La gente ha otrorizado a las personas que padecen el virus porque no quiere estar cerca del virus».

Tras subir la fotografía, un cantante popular con muchos seguidores acusó al fotógrafo de inventarse la noticia, dijo que la COVID-19 no era tan peligrosa y opinó que no se debería permitir que un fotoperiodista sacara fotografías en un hospital si la familia no podía ver a la víctima. Los seguidores del cantante acusaron erróneamente a Irwandi de haber preparado la foto con un maniquí y lo tacharon de «esclavo» de la Organización Mundial de la Salud. El fotógrafo de 28 años ha recibido amenazas y dice que cree que el gobierno ha intentado identificar el hospital donde fotografió el cuerpo.

«Se han publicado detalles de mi vida privada sin mi permiso», contó Irwandi. «Nos hemos alejado de la intención fotoperiodística de mi imagen».

Sin embargo, sí ha recibido el apoyo de la asociación de fotoperiodistas del país, que alega que la imagen cumple las normas periodísticas y ha demandado que el cantante se disculpe, algo que hizo más adelante.

Irwandi dice que las autoridades gubernamentales han advertido que el país debería tomarse la COVID-19 más en serio. El martes, el rastreador de casos de coronavirus de la Universidad Johns Hopkins había informado de 4320 muertes con COVID-19 y 89 869 casos en Indonesia, aunque se cree que el recuento es muy inferior a la cifra real. Muchas personas no mantienen el distanciamiento social ni llevan mascarilla, y las restricciones sociales a gran escala empezaron a desaparecer el mes pasado.

Él espera que esta imagen inste a los indonesios a extremar las precauciones y salvar vidas. Ha citado un reto propuesto a los fotoperiodistas por la profesora de Harvard Sarah Elizabeth Lewis en mayo: ir más allá de las estadísticas y mostrar cómo afecta la COVID-19 a la gente. Otros fotógrafos, como Lynsey Addario, se han visto motivados a hacer lo mismo. (Addario también cuenta con el apoyo de un fondo de la National Geographic Society para informar sobre la COVID-19.)

¿Cuáles serán los próximos pasos de Irwandi?

Tras una pausa, respondió: «Creo que voy a intentar pasar desapercibido durante un tiempo».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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