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Página del fotógrafo
Brent Stirton
Henriete Bakete Wanda, de 13 años, está sentada en una sala de aislamiento del hospital donde recibe tratamiento para una infección de viruela del mono después de que su madre reconociera rápidamente los síntomas y pidiera ayuda. Una de cada 10 personas infectadas con la virulenta cepa de viruela del mono Clade I muere a causa de la enfermedad.
La ciudad de Oesso, a orillas del río Sangha, en la República del Congo, es un importante centro de comercio de carne salvaje. Los animales y otras mercancías se transportan en piraguas de madera, automóviles y motocicletas. Los vendedores locales ofrecen la carne a la mitad del precio que puede alcanzar en las grandes ciudades, donde un brote de la enfermedad podría extenderse rápidamente, infectando a millones de personas.
Arthur Bengo, de 28 años, dice que se infectó de viruela del mono tras comerse un mono al que había disparado para alimentar a su familia en el norte de la República Democrática del Congo. Al subirle la fiebre, le aparecieron las dolorosas lesiones que le dejaron cicatrices en la cara y el cuerpo. Los Centros de Control de Enfermedades de África han informado de más de 3500 casos de viruela del mono en la RDC, incluyendo más de 120 muertes este año.
El río Sangha es una popular ruta de comercio de mercancías y animales salvajes como monos, roedores y ciervos que se cazan y venden en los mercados de las aldeas de la República del Congo y el vecino Camerún. Algunos investigadores afirman que la clave para reducir el riesgo de que las enfermedades infecciosas "pasen" de la fauna salvaje a la gente es proteger los bosques de la invasión humana.
Tras perder a una hija a causa de la viruela del mono, Blandine Bosaku, de 18 años y embarazada, recibió tratamiento en una clínica rural del norte de la República Democrática del Congo. Cuando una mujer embarazada enferma de viruela del mono, la enfermedad puede transmitirse al feto, reduciendo las posibilidades de supervivencia del bebé. Los expertos en salud piden que se aumente la vigilancia de la enfermedad en estas zonas remotas de África para así detectar mejor los primeros signos de un brote.
"Te echaremos de menos". Estas son las palabras que el fotógrafo Brent Stirton tuvo para Ndakasi, una gorila de montaña huérfana, tras su muerte en 2021. "Si pudiera hablar con ella, le diría que fue uno de los momentos más tristes que he vivido en mi carrera al presenciar tu fallecimiento", dice Stirton, que ganó la categoría de Fotoperiodismo.
Elephant ivory that law enforcement has recovered from poachers is sometimes destroyed to ensure that it doesn’t end up back on the black market.
Anthony Caere, piloto del Parque Nacional de Virunga en la República Democrática del Congo, acuna a los jóvenes chimpancés Felix y Mara mientras los lleva en avión al Centro de Rehabilitación de Primates de Lwiro. Las familias de los bebés fueron asesinadas por cazadores furtivos. Caere, que sobrevivió a un accidente de avión en 2017, dice que ayudar a rescatar chimpancés le da un propósito.
Una historia del número de septiembre de 2016 hablaba sobre los avances científicos que podrían llevar a terminar con la ceguera. En esta foto, dos hermanas en la India se maravillan con su nueva visión después de que unos donantes pagaran la cirugía que les corrigió sus cataratas.
Pangolín El pangolín, antaño poco conocido, se ha hecho famoso en los últimos años por las razones equivocadas, ya que este amable mamífero se ha convertido trágicamente en la especie que aparece en los carteles del tráfico de animales salvajes. Según la red de vigilancia del comercio de especies silvestres, Traffic, en la última década se han comercializado hasta un millón de pangolines. "Las ocho especies de pangolines están clasificadas como amenazadas por la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN) y, aunque están protegidas por leyes nacionales e internacionales, siguen teniendo una gran demanda en China y Vietnam por su carne y sus escamas, que se utilizan en la medicina tradicional asiática", afirma Michela Pacifici, investigadora del programa de Evaluación Mundial de Mamíferos (GMA), en el que se basa la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. "La aplicación efectiva de la ley, la reducción de la demanda de artículos provinientes del pangolín y el trabajo con las comunidades locales son claves para preservar la especie". En la imagen, un mujer se prepara para matar a un pangolín en Camerún. Se trata del mamífero no humano que más tráfico ilegal genera a nivel mundial.