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ESA
En 800 exposiciones tomadas entre 2003 y 2004, el telescopio espacial Hubble captó lo que entonces era la vista visible más profunda y detallada del universo, conocida como el Campo Ultraprofundo del Hubble y que se ve aquí. Ahora, gracias al JWST, la comunidad científica ha observado la misma región para descubrir algunas de las galaxias más antiguas hasta la fecha.
Con el telescopio espacial James Webb, los científicos se han asomado al universo primigenio y han descubierto galaxias que existían cuando el universo sólo tenía entre 300 y 400 millones de años.
Caparazones de polvo cósmico aparecen como anillos de árbol alrededor de la estrella Wolf-Rayet 140 en esta imagen del JWST. Las estrellas Wolf-Rayet se encuentran en una fase avanzada de su ciclo vital, liberando elementos pesados al espacio, y ésta forma parte de un sistema binario con una estrella de tipo O, uno de los tipos de estrella más masivos conocidos. La notable regularidad del espaciado de las capas indica que éstas se forman como un reloj durante la órbita de ocho años del sistema, cuando las dos estrellas del binario se aproximan más la una a la otra.
En cambio, la cámara de infrarrojo cercano de Webb (NIRCam) es capaz de mirar a través de los pilares polvorientos para mostrar estrellas recién formadas en tonos rosa, rojo y carmesí. La luz en el infrarrojo cercano puede penetrar las gruesas nubes de polvo, lo que permite a los astrónomos conocer mejor esta increíble escena. Los pilares son una pequeña región dentro de la nebulosa del Águila, una vasta región de formación estelar situada a 6500 años-luz de la Tierra.
El Instrumento del Infrarrojo Medio (MIRI) de Webb capta una tormenta de gas y polvo en los icónicos Pilares de la Creación. Cuando se forman nudos de gas y polvo en estas regiones, pueden colapsar bajo su propia gravedad, calentarse lentamente y acabar formando nuevas estrellas.
Decenas de miles de estrellas jóvenes nunca vistas hasta ahora estaban envueltas en el polvo cósmico de la nebulosa de la Tarántula. El telescopio espacial James Webb de la NASA puede penetrar a través de las nubes de polvo para ver las estrellas gracias a su resolución sin precedentes en longitudes de onda infrarrojas. La región más activa parece brillar con estrellas masivas de color azul pálido. Dispersas entre ellas hay estrellas recién formadas, de aspecto rojo, que aún no han salido del polvoriento capullo de la nebulosa.
Esta comparación, lado a lado, muestra las nuevas observaciones del Telescopio Espacial James Webb de la Nebulosa del Anillo Sur, a la izquierda, y una imagen compuesta de la misma nebulosa realizada con observaciones del Telescopio Espacial Hubble y el Gran Telescopio Binocular de Arizona.
En esta imagen compuesta, las observaciones en luz visible del Telescopio Espacial Hubble de la NASA se combinan con los datos infrarrojos del Gran Telescopio Binocular terrestre de Arizona para montar una vista espectacular de la conocida Nebulosa del Anillo. Llamada nebulosa planetaria, la Nebulosa del Anillo son los restos brillantes de una estrella similar al Sol.
Imagen del cúmulo de galaxias SMACS 0723, a la izquierda, comparada con la del telescopio espacial James Webb.
El Quinteto de Stephan, una agrupación visual de cinco galaxias, se muestra en la mayor imagen de JWST hasta la fecha. Contiene más de 150 millones de píxeles y está construida a partir de casi mil archivos de imagen independientes. Esta nueva visión está proporcionando información sobre cómo las interacciones galácticas pueden haber impulsado la evolución de las galaxias en el universo temprano.