Los humanos habrían llegado a Australia hace 65.000 años, 18.000 años antes de lo que creíamos

Este nuevo análisis de herramientas antiguas también sugiere que los humanos salieron de África mucho antes de lo que se pensaba.

Por Sarah Gibbens
Publicado 9 nov 2017, 4:20 CET

Hemos sabido durante años que los humanos modernos u Homo sapiens existían en África hace unos 200.000 años. Se creía que los primeros humanos en Australia habían llegado hace 47.000 años, lo que señalaría una de las últimas paradas en el periplo que supuso la migración humana, un trayecto para el que se habrían necesitado largos viajes por mar.

Un nuevo descubrimiento publicado recientemente en la revista Nature ha desafiado esa creencia y data la llegada de los humanos a Australia hace 65.000 años. Conforme a esta fecha, las sociedades aborígenes australianas serían 18.000 años más antiguas de lo que se pensaba (aunque una investigación en curso en un refugio de roca podría reducir esa cifra hasta los 10.000 años, si sale bien).

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Queensland llegó a estas conclusiones tras estudiar un refugio de roca en Majedbebe, una región del norte de Australia, durante excavaciones realizadas en 2012 y 2015. Entre los objetos hallados en la región se encontraban hachas y herramientas de piedra, lo que indicaría un entendimiento avanzado de la fabricación de armas. Otras hachas similares no aparecieron en otras culturas hasta 20.000 años después, según afirman los autores del estudio.

«Las hachas estaban perfectamente conservadas, las encontramos metidas en la pared posterior del refugio a medida que excavábamos cada vez más», contó uno de los autores del estudio, Chris Clarkson, al medio de comunicación australiano Fairfax Media.

Los métodos anteriores para datar objetos dependían de una técnica llamada datación por radiocarbono. Sin embargo, esta técnica solo es capaz de proporcionar fechas precisas que se remontan hasta 45.000 años.

Para llegar a la conclusión de que los humanos llegaron a Australia hace 65.000 años, los investigadores usaron una técnica adicional llamada luminiscencia estimulada ópticamente (OSL, por sus siglas en inglés). La técnica se aplica a sedimentos minerales y determina cuándo se expusieron por última vez a la luz, indicando así cuánto tiempo ha permanecido enterrado un objeto.

Los artefactos encontrados por el equipo arqueológico inicialmente se remontaban a solo 10.000 años atrás. A medida que excavaban en el refugio, descubrieron herramientas de 35.000, 40.000 y 65.000 años de antigüedad.

Para llegar a Australia, los aborígenes australianos habrían tenido que enfrentarse a un viaje de unos 95 kilómetros desde las regiones circundantes. Clarkson también dijo al Sydney Morning Herald que es posible que los primeros australianos caminasen hasta las regiones del norte del continente desde Papúa Nueva Guinea cuando el nivel del mar era mucho más bajo.

Chris Stringer, autor del libro Los orígenes de los humanos modernos e investigador en el Museo de Historia Natural de Londres, señaló que la llegada de los humanos a Australia marcó un punto de inflexión en nuestra evolución.

En un email dirigido a National Geographic, Stringer explicaba que el viaje necesario para llegar a Australia «demuestra claramente las enormes habilidades de los pueblos que lo lograron por primera vez».

Stringer también añadió que el retroceso del periodo de tiempo de la migración humana indicaría que los primeros humanos podrían no haberse encontrado en conflicto directo con otros homínidos y animales, al menos no tanto como se creía anteriormente. Estudios previos sugieren que la llegada de humanos a Australia se correspondía con la extinción de varias especies. La migración humana también se ha atribuido al descenso del número de neandertales.

Para contextualizar lo importante que es esta extensión adicional de 18.000 años para entender la historia de las comunidades aborígenes australianos, el Sydney Morning Herald presentó el ejemplo siguiente: si la cultura aborigen tuviera solo 24 horas, la población blanca solo habría estado en el continente durante cinco minutos.

El equipo de arqueología de la Universidad de Queensland ha obtenido un permiso de la Gundjeihmi Aboriginal Corporation para realizar excavaciones en la región. Estos pueblos aborígenes se reservan el derecho a supervisar todos los aspectos del trabajo realizado en sus tierras, así como el derecho de veto.

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