Un fósil de 508 millones de años, la clave de la evolución de los gusanos

El fósil en buen estado ayudará a los científicos a entender cómo evolucionaron algunos de los primeros gusanos de la Tierra.

Por Sarah Gibbens
Publicado 23 ene 2018, 13:46 CET
Gusano de cerdas
Un artista reconstruyó esta imagen del Kootenayscolex barbarensis.
Fotografía de Royal Ontario Museum

Hace más de 500 millones de años, en el actual parque nacional Kootenay, en la Columbia Británica, un rápido deslizamiento de tierra submarino mató y atrapó a un pequeño gusano.

Esa es una de las hipótesis que baraja Karma Nanglu, investigador de la Universidad de Toronto, sobre el fósil hallado recientemente en lo que él describe como una condición sorprendentemente buena.

El fósil es una nueva especie de gusano de cerdas, con el nombre científico de Kootenayscolex barbarensis, descrito en la revista Current Biology. Es pequeño, de solo unos dos centímetros de largo y rodeado de cientos de cerdas diminutas del tamaño de pelos llamadas quetas.

En su cabeza tiene dos estructuras tubulares llamadas palpos, que según Nanglu podría haber utilizado para sentir el suelo frente a él. Durante el Precámbrico, cuando vivió el gusano, se habría arrastrado sobre el lecho marino alimentándose de materia orgánica y devolviéndola a la cadena alimenticia tras ser devorado por otras especies. Esta función lo convierte en un animal similar a las sanguijuelas y las lombrices, las especies en las que finalmente evolucionó.

El Kootenayscolex barbarensis forma parte de un grupo de animales denominado anélidos (o «gusanos anillados»). Tenía un par de estructuras sensoriales largas denominadas palpos sobre la cabeza, con antenas intermedias pequeñas entre ellas (a la derecha). Su cuerpo estaba cubierto de apéndices carnosos denominados parapodios que tenían cerdas denominadas quetas.
Fotografía de Dr. Jean-bernard Caron, Royal Ontario Museum

Un hallazgo inusual

El gusano de cerdas es un hallazgo bastante raro. El tejido blando que compone su cuerpo también se descompone fácilmente. Su buen estado de conservación ayuda a los investigadores a entender cómo evolucionaron las cabezas en este filo de anélidos o gusanos segmentados.

Estudios previos basados en fósiles de anélidos de Groenlandia sugerían que las cabezas de estas especies no se distinguían de sus cuerpos. Aquellos fósiles, según Nanglu, no estaban ni de lejos tan bien conservados como este descubierto en Canadá. Según él, puede verse el cuerpo más claramente.

«Lo que sugerimos es que, a diferencia de las teorías anteriores, en etapas tempranas de su evolución, la cabeza [de los anélidos] tenía aspecto de cabeza», afirma. «Fue el resultado de una biología del desarrollo única».

El lugar del descubrimiento

Hace cientos de millones de años, la región en la que se descubrió el fósil habría estado plagada de estos diminutos gusanos de cerdas, según los investigadores.

Han centrado sus excavaciones en una parte del parque llamada Marble Canyon, un pequeño yacimiento que forma parte de un conocido depósito de fósiles llamado Burgess Shale. Desde que se descubrió el yacimiento en 2012, se han encontrado 500 fósiles de gusanos primitivos.

Nanglu explicó que el próximo paso será analizar su papel en la comunidad del Precámbrico. Mientras estaba con vida, habría coexistido con una especie antigua de artrópodo, un filo que ahora engloba a animales como cangrejos, arañas e insectos.

Todos los animales evolucionaron a partir de estas formas primitivas de vida y Nanglu espera que un mejor entendimiento de sus rasgos pueda ayudar a los científicos a unir las piezas del rompecabezas evolutivo de la Tierra.

«Tenemos una imagen mucho más clara», dice sobre el fósil del gusano; sin embargo, «la historia no acaba aquí».

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